“Chantaje”. Ha sido la palabra más pronunciada durante el debate en el Parlamento Europeo. Aunque no aparece como tal en la resolución aprobada este jueves en Estrasburgo de condena a Marruecos por el uso de miles de menores y migrantes durante la pasada crisis de Ceuta. Así, la mayoría de los grupos de la Eurocámara –397 votos a favor; 85 en contra y 196 abstenciones– expresan su “rechazo a la utilización por parte de Marruecos de los controles fronterizos y de la migración y, en particular, de menores no acompañados, como medio para ejercer presión política contra un Estado miembro de la Unión”.
La resolución pactada por los principales grupos del Parlamento Europeo “lamenta, en particular, que niños, menores no acompañados y familias hayan participado en el cruce masivo de la frontera entre Marruecos y la ciudad española de Ceuta, poniendo en peligro evidente sus vidas y su seguridad”. Además, “insta a Marruecos, a que respete su compromiso arraigado en favor de una cooperación reforzada en materia de gestión de fronteras y movilidad migratoria, en un espíritu de cooperación y diálogo” y “hace hincapié en la importancia que reviste reforzar la asociación entre la Unión y Marruecos, que debe tener en cuenta las necesidades de ambas partes de manera equilibrada y equitativa”.
Esta es la resolución que ha debatido el pleno de Estrasburgo este jueves sobre la crisis que se produjo en Ceuta el pasado 17 de mayo cuando cerca de 9.000 personas atravesaron la frontera de Marruecos ante la pasividad de la policía alauí.
En su intervención ante el pleno, el eurodiputado del PP Juan Ignacio Zoido, coautor de la resolución pactada entre populares, socialistas, liberales y verdes, y apoyada por La Izquierda, ha expresado el “rechazo absoluto” al uso de la migración como elemento de presión política contra un Estado miembro de la UE. “El ingreso hospitalario del líder del Frente Polisario Brahim Gali debería quizás haberse gestionado por las autoridades españolas teniendo en cuenta todas las circunstancias del caso, incluidas las que han alegado las autoridades marroquíes; pero ello no justifica la respuesta por parte de Marruecos fuera de las vías diplomáticas establecidas, consintiendo una crisis migratoria de la dimensión que se vivió en esos momentos en Ceuta”, ha asegurado: “Ceuta y Melilla son parte fundamental de España desde hace siglos y por tanto forman parte de la UE, por eso, los problemas de Ceuta y Melilla son europeos, y sus fronteras, son fronteras de toda la Unión”.
“Es imprescindible que se recuperen inmediatamente las relaciones diplomáticas y que la buena convivencia entre europeos y marroquíes presida las relaciones”, ha insistido Zoido.
“La Unión y todos sus miembros han mantenido una postura firme pero paciente y contenida. El Gobierno español y las autoridades de Ceuta han manejado el asunto con extremada eficiencia, dada su escala, que representa en un solo día tener un aumento de población de 10%”, ha dicho el eurodiputado socialista Nacho González Amor: “ Imaginen 50 millones de personas entrando en un día que la Unión Europea y además dando la debida protección a los menores, cuyo retorno todos sabemos que requiere atender muchas garantías. La Unión, incluida España, no se ha movido un milímetro de su tradicional posición sobre el Sáhara Occidental, en línea con las Naciones Unidas”.
El vicepresidente de los verdes y eurodiputado de Catalunya en Comú, Ernest Urtasun, ha defendido que “la cooperación entre la UE y Marruecos se tiene que basar en la confianza y en el respeto mutuo. Instrumentalizar la migración es algo que rechazamos en este Parlamento. Las imágenes de niños desesperados que intentan llegar a las orillas de Ceuta es un episodio deplorable que este Parlamento no puede aceptar. Es necesario cumplir con los derechos humanos. Vemos que el problema es el futuro del Sáhara Occidental, la Unión siempre ha buscado una solución en el marco de la ONU y el derecho internacional”.
“Desde hace 25 años no tenemos un debate sobre la situación de los derechos humanos en Marruecos, y no porque no existan múltiples razones para ello”, ha dicho en su intervención el eurodiputado de Anticapitalistas, Miguel Urbán, “sino porque para la mayoría de este Parlamento lo único que importa es que Marruecos sea un buen policía de fronteras. Y poco importan los derechos en el Sáhara ocupado, los derechos de los periodistas y activistas encarcelados o de los inmigrantes. Pero todo vale para tapar sus violaciones de derechos humanos o justificar su ocupación ilegal del Sáhara. Por eso la crisis humanitaria en Ceuta no se acabará retomando la cooperación en materia migratoria con Marruecos. Mientras esto no cambie, seguiremos siendo cómplices de sus crímenes y estaremos a merced de sus chantajes. Hay que cambiar nuestra política migratoria. Hay que respetar los derechos humanos y hay que denunciar las violaciones de Marruecos”.
El eurodiputado de Ciudadanos, Jordi Cañas, ha afirmado: “Marruecos es un país socio estratégico de la Unión Europea. Es el mayor receptor de ayudas y fondos europeos. Pero la importancia de nuestras relaciones no pueden ser una coartada o una excusa para mirar hacia otro lado cuando se vulneran derechos humanos a plena luz del día. Europa no puede ni debe aceptar chantajes de Marruecos ni de ningún otro país que utilice el control de fronteras y el drama de la inmigración irregular. En el ensayo de una especie de marcha verde infantil, la mejor manera de escalar es desincentivar comportamientos inaceptables y exigir el respeto de estos derechos fundamentales. Y rechazar el uso por parte de Marruecos del control fronterizo y la migración, especialmente de menores no acompañados como presión política a un Estado miembro de la Unión Europea y a toda la Unión Europea con ello, porque con la vida de los niños no se juega la vida y los derechos de los niños se protegen”.
La eurodiputada del PNV, Izaskun Bilbao, ha afirmado en la Eurocámara: “Marruecos no se ha portado como un socio estratégico, pero para arreglar esta crisis es más útil buscar soluciones que intercambiar reproches. Toda la Unión está concernida por esta situación. Marruecos no ofrece expectativas atractivas a su juventud. Mal asunto para cualquier país. La colaboración Europa-Marruecos y es un principio que vale para toda África, debe centrarse en cambiar esa situación. Nadie se va de su casa si tiene un futuro allí. Hay que tomarse en serio, de una vez, el papel de las autoridades locales y regionales en la determinación de las políticas de inmigración, porque son las que atienden, dan servicios y gestionan el proceso de integración. Ceuta y Canarias son el ejemplo de la disfunción que produce marginar este nivel de gobernanza de las mesas en que se deciden estas políticas”.
La eurodiputada de Junts Clara Ponsatí ha sostenido: “Más de 1500 niños llegaron a Ceuta. Las normas españolas prohíben la expulsión de los menores antes de que se estudien los casos a título individual. No obstante, hay pruebas de que se fueron forzados a salir por las autoridades españoles. Además, la policía española utilizó la violencia tirándolos al mar y disparando. La acuerdo entre España y Marruecos es similar al de la Unión Europea con Turquía. Marruecos se ocupa de evitar que lleguen los migrantes dejando las fronteras de la Unión Europea en manos de regímenes autocráticos como el de Marruecos. Les permite usar esto en función de su agenda política sin tener en cuenta los derechos humanos. Esto es algo humillante para la Unión Europea y se tienen que poner fin ahora mismo”.
Por su parte, el eurodiputado de ERC, Jordi Solé, ha señalado que “no hay ningún conflicto de soberanía que justifique jugar con familias con menores, con sus aspiraciones a una vida mejor y poner en riesgo su integridad física. La población, la inmigración, no puede ser moneda de cambio en conflictos diplomáticos. Las autoridades marroquíes han convertido temerariamente un conflicto bilateral diplomático en un conflicto humanitario entre la Unión Europea y Marruecos. Y, a su vez, la respuesta de las autoridades españolas con presuntas expulsiones colectivas ilegales y denuncias de abusos policiales pone de relieve una vez más las graves carencias de la gestión europea de la inmigración”.
El eurodiputado de EH Bildu, Pernando Barrena, ha intervenido en el pleno para defender que “la reciente crisis migratoria en Ceuta y Melilla y la sobreactuación de Marruecos por la hospitalización del presidente de la República Árabe Saharaui Democrática, Brahim Gali, han evidenciado que el régimen alauí gestiona sus relaciones internacionales desde la amenaza y el chantaje, y que aprovecha la debilidad de la actuación exterior de la Unión y su nefasta política migratoria. ¿Cómo se puede calificar a un régimen que usa a sus niños como carne de cañón, que azuza las pateras a Canarias o el salto a Ceuta, que criminaliza a sus ciudadanos más desprotegidos o que se desentiende de la repatriación de sus menores? ¿Ustedes creen que en estas condiciones Marruecos puede seguir siendo un socio preferente para la Unión Europea?”
Jordi Buxadé, el portavoz de Vox en la Eurocámara, ha afirmado: “Durante años los gobiernos europeos han dado la bienvenida a la inmigración ilegal con la excusa de que vienen a pagar nuestras pensiones y necesitamos mano de obra barata. Han engañado a quienes venían ofreciéndoles un paraíso y han abandonado a los europeos que hoy sufren las consecuencias en las calles. Es el momento de proclamar que las naciones europeas quieren garantizar el derecho de los menores a no emigrar, a crecer con sus familias y a contribuir al crecimiento de sus naciones. Las fronteras de España han sido atacadas y si no somos directamente duros con Marruecos, lo volverá a hacer con más inmigrantes y con más menores. Las defensa de las fronteras de Europa no depende de resoluciones, sino de acciones decididas y contundentes”.