Proactiva Open Arms denuncia que la Guardia Costera libia ha amenazado con dispararles en aguas internacionales

La ONG Proactiva Open Arms ha denunciado este martes que las unidades de la Guardia Costera libia han amenazado este martes con abrir fuego contra uno de sus barcos de rescate estando en aguas internacionales. “Nos amenazaron por radio con dispararnos si no les seguíamos a Trípoli”, relata a este medio Laura Lanuza, portavoz de la organización, minutos después de que fuera liberada la embarcación. Después de una hora y 40 minutos de conflicto con los guardacostas, en los que se vieron obligados a poner rumbo a Libia, estos les han permitido volver a Italia.

“Lo que hemos vivido es un acto de piratería por parte de los guardacostas libios”, sostiene Lanuza y recuerda que son “financiados y formados por la Unión Europea”. La organización humanitaria estaba realizando prácticas de entreno de rescate en la nave 'Golfo Azzurro', a las 17.40 horas. “Estábamos en las 27 millas, en plenas aguas internacionales, no pueden decir nada, no había duda”, insiste.

Entonces, una patrullera libia se acercó a la embarcación y amenazó por radio a sus tripulantes con abrir fuego si no ponían rumbo a Trípoli, según la ONG. Lanuza afirma que comunicaron que tenían autorización de las autoridades italianas de navegar en esa zona, pero la patrullera les exigió aun así que se dirigieran a territorio libio.

La ONG, a través de las redes sociales, denunció con imágenes lo sucedido.

La diputada del PSOE Lola Galovart, presente en la embarcación, ha confirmado los hechos denunciados por la ONG, según ha comunicado el grupo parlamentario socialista.

Tras continuos hostigamientos contra los ocupantes del Golfo Azzurro, los responsables de la embarcación optaron por obedecer y poner rumbo a Trípoli, “aunque al mínimo de velocidad posible”, explica Laura Lanuza. Tras “una hora y 40 minutos desde que empezó todo, de repente, nos dijeron por radio que podíamos irnos, aunque con nuevas amenazas de que no volviéramos o nos dispararían”, prosigue.

Proactiva Open Arms es una de las organizaciones humanitarias que desplegaron misiones de rescate en el Mediterráneo ante las muertes de migrantes y refugiados en las aguas del sur de Europa, sin que la UE pusiera en marcha una misión conjunta de salvamento. También lo hicieron Médicos Sin Fronteras y Save The Children, entre otras.

Sin embargo, después de que el Gobierno de Italia haya impuesto a las ONG un “código de conducta” para regular las labores de rescate y de la intención del Gobierno de Unidad de Tripoli, que controla una pequeña parte occidental en este fragmentado país, de establecer su propia zona de búsqueda y rescate de migrantes (SAR, en inglés), Médicos Sin Fronteras, Sea Eye y Save The Children optaron por retirar sus operativos de rescate.

Proactiva Open Arms ha mantenido su propósito de continuar con las labores de salvamento en el Mediterráneo pese a las dificultades que están registrando, como relataba el director de la ONG, Óscar Camps, a eldiario.es Cantabria en esta entrevista: “Libia, a través de uno de los grupos armados que tiene el control de la ciudad de Trípoli –único reconocido por Europa, que se le financia, se le dota de material y se le instruye–, ha pasado de una actitud de vigilancia expectante, de control de sus aguas territoriales, a una actitud muy agresiva, por no decir hostil”.

La organización ya denunció la semana pasada que los guardacostas libios llegaron a disparar “al aire” a uno de sus barcos de salvamento, “por encima de sus cabezas”.

Laura Lanuza reitera, pese a que aún no han podido valorar lo sucedido en el día de hoy, que la organización continuará rescatando en el mar. “Somos necesarios, hay tres ONG que se han ido ya. Esto es lo que se quiere, que no haya ojos que denuncien lo que está ahí pasando”, sentencia.

Preocupación ante el aumento de víctimas

Este martes, una relatora independiente de Naciones Unidas, Agnes Callamard, advirtió de la posibilidad de que haya más muertes de migrantes y refugiados en la ruta del Mediterráneo Central por el código de conducta propuesto por Italia a las ONG y las restricciones a la búsqueda y rescate impuestas por Libia.

Hasta este 13 de agosto, 2.408 personas murieron en aguas del Mediterráneo intentando llegar a Europa, según los datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), la gran mayoría en la ruta italiana (2.242).

La experta de la ONU advirtió también del peligro del apoyo europeo a los guardacostas libios. Considera que la financiación de 46 millones de euros de la Comisión Europea a Libia para apoyar a su guardia costera y sus operaciones de búsqueda y rescate puede exponer a “más violencia abominable” a los inmigrantes y refugiados devueltos a ese país.

Callamard admitió que la guardia costera de Libia necesita mejorar su labor, pero este apoyo de la UE “no puede hacerse sin garantías demostrables de que los derechos de los inmigrantes interceptados son respetados y que serán protegidos de violaciones y abusos por parte de agentes estatales y de milicias armadas y traficantes”, subrayó.