Con este mensaje, publicado en tres idiomas diferentes, Helena Maleno anunciaba a las cientos de personas migrantes que siguen su tablón de Facebook el carpetazo de la causa penal que la relacionaba en Marruecos con el tráfico de personas. A través de la misma plataforma donde informa cada día del número de desaparecidos en las aguas del Estrecho, de los abusos en la frontera o de las madres y padres que buscan a sus hijos, era el momento de hablar de sus propios derechos. Del final de la persecución judicial sufrida por alertar de vidas en peligro en el mar.
El Tribunal de Apelación de Tánger ha archivado el caso penal contra la activista española Helena Maleno que la acusaba de un supuesto delito de tráfico de personas por sus llamadas a Salvamento Marítimo o la Marina marroquí con las que advierte de pateras en riesgo. Aunque la defensora de derechos humanos no desconocía haber sido investigada hasta finales de 2017, las pesquisas contra su labor comenzaron años antes, en 2012. No se iniciaron en Marruecos, sino en su país natal: España.
El caso cerrado recientemente por la justicia marroquí se basaba en una investigación desarrollada por la Unidad Central de Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades Documentales (UCRIF Central) de la Policía Nacional. En 2017, la Fiscalía de la Audiencia Nacional archivó las diligencias recopiladas por la policía española al no encontrar indicios de delito. Sin embargo, el expediente policial había sido enviado por España a la justicia marroquí, que decidió abrir una causa contra la activista.
“El juez marroquí me lo decía en los interrogatorios. 'Esto es lo que dice la policía de su país sobre usted, señora'. Y yo le respondía que todo era mentira”, recuerda Maleno en conversación con eldiario.es. Por eso, la fundadora de Caminando Fronteras estudia ahora la manera de exigir responsabilidades al Estado español por iniciar las pesquisas contra la activista y elaborar un expediente policial que, denuncia, “es un informe político”.
Han sido 15 meses de angustia, de asumir una posible cadena de perpetua, pero también, reconoce, de muchas muestras de apoyo. Como las de decenas de migrantes que ya han plasmado sus agradecimientos y felicitaciones tras leer el anuncio del carpetazo de la investigación.
Después de más de un año luchando para lograr el cierre del caso, ya es una realidad. ¿Cómo le ha afectado este proceso?
Ha sido un desgaste muy grande, porque este procedimiento fue dejando una serie de marcas de mis derechos. Por ejemplo, el derecho al trabajo, no he podido moverme libremente. He tenido que introducir en mi día a día temas de seguridad muy duros… El impacto en mi familia y la gente que me quiere ha sido durísimo. No saber qué va a pasar. No saber si me puedo mover de Marruecos o no.
Pero también desarrollas otras capacidades. He recibido el seguimiento de defensoras de derechos humanos, como Front Line Defenders, que me han apoyando en el mantenimiento de mi seguridad. Me han enseñado a cómo resistir juntas, como otras activistas lo hacen en otros lugares del mundo. Ha sido muy importante para mí. Como cuando el relator de derechos humanos me dijo: 'Tienes derecho a defender los derechos de los migrantes'. Todo eso ha ido reformulando mi capacidad de resistencia, he aprendido a vivir en contextos de inseguridad.
Es una inseguridad total en la que vivo, como le pasa a otra mucha gente. He aprendido a construir una vida en un contexto de inseguridad e indefensión. Esa falta de derechos y todo lo que ha pasado, se me ha suplido con amor. Con tanta gente que me ha acompañado. Esta es una victoria de mucha gente.
La investigación marroquí se basaba en un informe de la Policía Nacional española. ¿Cómo es? ¿Qué dice ese expediente?
No puedo contar muchas cosas.
La primera vez que yo lo vi, mi abogada me dijo antes que no lo podía leer sola, sin tener un apoyo al lado. Tuve que ver todo delante de mi abogada y con el apoyo de mi amiga. Con la primera pagina, me hundí. Empecé a leerlo y empecé a llorar.
Ese informe atacaba a mi condición de mujer. Nunca pensé que un informe policial español pudiese ser así. Era un informe machista, horroroso, y la información no era correcta. Yo sabía que no lo era. pero al ser enviadas a un tercer país es difícil de verificar. Eso es lo que me decía el juez de Marruecos. “Esto es lo que dice de usted su policía, señora”. Y yo decía: “Sí, pero no es cierto”.
No había ninguna prueba de ningún delito. No es un informe policial al uso. Es un informe político, un informe cloaca: a mí me había tocado ese tipo de informe. Es una vergüenza para la democracia. Hemos vivido una etapa muy oscura donde se ha perseguido políticamente a mucha gente. Pedimos al Gobierno que se aclare todo.
¿Se plantea tomar acciones legales por esta investigación?
Lo que quiero es asimilar lo que ha sucedido. Quiero comprender cómo es posible que un país democrático pueda hacer un informe de estas características contra una defensora de derechos humanos. Me pregunto también cuál ha sido el papel de Frontex. En el expediente de la policía española, hay informes de Frontex sobre mí. ¿Qué hace Frontex en las fronteras investigando a defensoras de derechos humanos? Quiero pedir responsabilidades: por qué la policía es capaz de investigar a una ciudadana durante siete años o escuchar mis conversaciones sin orden judicial. Por qué la policía española no ha respetado mis derechos y no había un fiscal que controlase toda esta investigación policial.
Me gustaría saber quiénes son los responsables de esas investigaciones. Mientras Frontex y la UCRIF se dedican a investigar a defensoras de derechos humanos, sus recursos están dejando de investigar otras cosas, a los verdaderos 'malos'. Gastan fondos del Estado en perseguir a las defensoras de derechos humanos. Es uno de los más grave de persecución de defensoras de derechos humanos que han pasado en la Unión Europea, con la implicación de la Policía de un país europeo.
Entonces, ¿tomará medidas legales concretas?
Estamos estudiándolo. Queremos saber la verdad. Si se están haciendo más informes. Durante el procedimiento he tenido comunicaciones de muchas compañeras que están en temas de prostitución me han escrito que sufrían la persecución de la UCRIF. No soy la única víctima. Soy un caso emblemático, soy una privilegiada porque tengo un apoyo brutal.
¿Cómo valora la respuesta del Gobierno español actual a tu procedimiento de Marruecos? ¿Se ha sentido respaldada?
Hay un cambio entre el anterior gobierno y este. Este no es responsable de esa persecución, lo fue el anterior gobierno. A través de grupos de políticos, abogadas y la ONU hemos intentado que el Estado asuma la responsabilidad de mi persecución, y hemos notado un cambio. El Ministerio de Exteriores nos ha aportado un apoyo más activo e importante en algunos momentos. Desde el Ministerio de Justicia, también.
Creo que este Gobierno ha intentado reintegrarme los derechos que se me quitaron, pero yo les pido que no hay que quedarse aquí, hay que reintegrar todos los derechos. Les pido lo que pide la ONU: una investigación por parte del el Ministerio del Interior: no puede haber policías haciendo dossieres contra defensoras de derechos humanos.
¿Se preparó mentalmente para ir a prisión?
Sí. Yo me preparé mentalmente para ir a prisión. De cara a la primera convocatoria en el juzgado, se me dice que hay posibilidades de ir a prisión provisional. Cuando vi el informe de la policía española lo entendí. Era terrible todo lo que decía por lo que asumí que podía ser condenada a cadena perpetua.
Todos estos meses he recibido apoyo psicosocial de una persona especializada en ataques a defensoras de derechos humanos y víctimas de guerras. También en un programa de coach que recibimos siete defensoras a nivel internacional. Ese arrope de organizaciones defensoras me ha ayudado mucho para afrontar la prisión.
¿Cómo se preparaba cada vez que ha tenido a declarar?
Me acompañaba muy poca gente. Cuatro o cinco, los más cercanos. Dejé todo arreglado con mis hijos, todos los temas legales, e iba siempre con el bolso vacío. Solo llevaba la foto de mi madre. Mi mejor amiga, Meme, que es como mi hermana, se quedaba con todo: las llaves de la casa, todo. Y yo me iba a a declarar.
Con mi hija, cada vez que tenía que declarar, si salía, había gente que iba al recreo para decirle: 'Tu madre va a volver a buscarte'. Mis dos hijos son súper valientes. Son maravillosos. Siempre me han dicho: te apoyamos, lo que estas haciendo es lo correcto. Han sido muy generosos, porque para realizar esta labor hay que soportar muchos sufrimientos, pero saben lo importante que es defender los derechos humanos.
A pesar del proceso judicial, ha continuado alertando cada día de las vidas en peligro en el Mediterráneo. ¿Nunca pensó en tirar la toalla? ¿Dudó sobre si verdaderamente valía la pena continuar con su labor?
Ni un solo momento. Nada. No he pensado en ningún momento en tirar la toalla. Sabía que era inocente y era importante. No solo para mí si no mucha gente. Se tiene miedo, pero en ningún momento dudé de lo que tenía que hacer. Y sabía que era importante respetar la justicia marroquí, sus tiempos, sus dinámicas. Los he respetado y ha salido bien.
Con el auge de la extrema derecha y ante las próximas elecciones, ¿teme que continúe alguna forma de persecución? ¿Cree que con el carpetazo ha acabado la criminalización a su defensa de los derechos de los migrantes?
Las organizaciones de defensoras con las que estamos trabajando saben que es un momento complicado. Ha pasado con otros casos de defensoras, cuando hay alguna victoria, se revuelven las tripas de quienes defienden políticas de muerte. Esta es una victoria que no ha gustado a mucha gente. Esto no va a acabar con el hostigamiento, criminalización de las defensoras de los derechos de los migrantes, que forma parte de la micropolíticade la Unión Europea, como ha analizado la ONU.
Con ello tenemos que vivir. Evaluarlo y continuar construyendo para hacernos más fuertes.
Ha recibido muchísimos apoyos. ¿Cómo ha recibido la noticia la comunidad migrante en Marruecos?
Ha sido increíble… Me han llegado mensajes de ánimo maravillosos: “Ha sido la lucha de dios contra el diablo. La victoria de David contra Goliat. Tienes a muchísimos jóvenes detrás que no te van a dejar caer”, me decían entre otros muchos. También muchas personas marroquíes, diciéndome que era una injusticia el hecho de que me pasase esto aquí: “Tú también eres marroquí”, me repetían.
Ha habido familiares de gente que ha muerto en el mar que me han llamado llorando, dándome la enhorabuena. Ha sido precioso.
La pichiruchi [como a veces se llama a sí misma] venció.
[Risas] La pichiruchi ha vencido a los Estados. Con lo pequeñita que yo soy...