El servicio de asilo griego ha revocado la decisión de deportar a un refugiado sirio a Turquía en contra de lo estipulado en el acuerdo firmado entre la Unión Europea y el país turco, según un documento al que ha tenido acceso The Guardian. La decisión histórica podría crear un precedente para otros demandantes de asilo que se encuentran en un caso similar, advierten varias organizaciones humanitarias.
El motivo que ha determinado que el comité de apelaciones griego, formado por tres miembros, anule la expulsión del refugiado se basa en que el país turco no garantiza la “protección temporal” ni “le ofrecen los derechos requeridos en la Convención de Ginebra”, indica su resolución. Por lo tanto, el ciudadano sirio no será expulsado de las islas griegas y el caso será revaluado desde cero.
La decisión pone en entredicho la base jurídica y práctica con la que se firmó el acuerdo entre la UE y Turquía. Los líderes europeos con este pacto esperaban disuadir a los refugiados en su idea de migrar hacia Europa dado que la mayoría serían deportados al poco de llegar. La Unión Europea ha insistido en que las deportaciones están justificadas legalmente porque los refugiados tienen garantizados sus derechos en territorio turco. Es precisamente este precepto contra el que arremete el comité independiente griego.
Cerca de 400 refugiados han sido deportados a Turquía fruto del acuerdo. La directora adjunta de Amnistía Internacional, Gauri van Gulik, ha valorado al medio británico que la sentencia supone que “el acuerdo entre la UE y Turquía se desmorona”.
El gobierno griego, que no ha participado en la decisión del comité de apelaciones, ha admitido que el juicio ha creado “una situación muy complicada”.
Los Derechos Humanos en Turquía, cuestionados
Esta sentencia pone de manifiesto que el Gobierno de Erdogan no está cumpliendo las clausulas del pacto en materia de derechos humanos, algo ya denunciado por numerosas ONG.
La Convención de Ginebra, que regula el derecho de asilo a nivel internacional, prohíbe las expulsiones sumarias. Lo que sí permite es la devolución a otro país de potenciales refugiados siempre que cumplan una serie de requisitos. Esta es la premisa a la que se agarra la Unión Europea para aplicar su acuerdo con Turquía: los solicitantes, dice, no tienen por qué ir donde quieran, sino que podrían buscar protección en el primer Estado donde la encuentren. Es el llamado “tercer país seguro” o “país de asilo seguro”.
El comité griego coincide en su resolución con las voces que alertaban de que Turquía no cumple los requisitos para ser consinerado “país seguro”.