El Gobierno británico presentará este martes una de las normas migratorias más duras de Europa para castigar a las personas que cruzan en pequeñas embarcaciones y sin papeles el canal de la Mancha. Si llegan así a Reino Unido no podrán solicitar asilo aunque cumplan otros requisitos ni pedir papeles en el futuro, según la nueva legislación que tiene que pasar el trámite parlamentario y que podría encontrarse con impedimentos en los tribunales, incluida la violación de la convención europea de derechos humanos.
En 2022, las autoridades británicas registraron la llegada de más de 45.000 personas en botes y otras embarcaciones pequeñas sin visado o permiso para entrar en Reino Unido. Los solicitantes de asilo siguen llegando por otras vías, pero estas entradas han recibido más atención por el aumento (en agosto de 2022, se detectó el mayor número de llegadas de este tipo desde que existen datos) y por las redes de tráfico implicadas. La mayoría de las personas que son identificadas en estas embarcaciones provienen de Albania y de Afganistán, aunque también llegan de Siria, Irán e Irak. El 90% piden asilo al llegar a la costa o cuando son interceptadas por la guardia costera en Reino Unido o Francia. La mayoría -más del 60%- lo reciben, según los datos británicos desde 2018.
El caso de Albania, la nacionalidad dominante desde mayo de 2022, es especialmente significativo ya que muchos huyen de las bandas locales, pero el Gobierno británico asegura que caen en redes que trafican con personas para llegar a Francia y Reino Unido. Afganistán es uno de los lugares de origen de personas que suelen recibir el asilo de manera casi automática (también es el caso de Ucrania y Hong Kong), pero, si se aprueba la nueva ley, incluso los afganos podrían perder el derecho a solicitar asilo.
La ministra de Interior, Suella Braverman, presentará el plan este martes en el Parlamento, pero el Gobierno ha ido avanzando detalles. Braverman, que se presentó a la carrera para suceder a Boris Johnson el verano pasado, es una de las políticas conservadoras más a la derecha en el Gobierno de Sunak y es defensora de las normas más duras contra la migración con y sin papeles. La oposición a la inmigración estuvo en la raíz de la campaña a favor del Brexit en 2016.
En un artículo en el tabloide conservador The Sun, el primer ministro británico, Rishi Sunak, llamó a la nueva ley “stop the boats” (“paremos los barcos”) y dijo que haría “todo” lo que hiciera falta para conseguirlo. Ahora tiene prisa por anunciar la tramitación de la ley y un acuerdo de control de fronteras con el presidente francés, Emmanuel Macron, con quien se reúne este viernes en París para una cumbre franco-británica.
Centros de detención y hoteles peligrosos
Según la nueva ley, los migrantes tendrán que ser devueltos a su país de origen o un tercer país considerado “seguro” en los siguientes 28 días tras ser retenidos por las autoridades británicas si bien los lugares designados para los migrantes que llegan -hoteles, entre otros- ya están desbordados y han sido denunciados por condiciones insalubres y falta de seguridad que convierte especialmente a los menores en presa de redes locales de tráfico de personas. Más de 160.000 personas están esperando ahora decisión sobre su petición de asilo.
Enver Solomon, consejero delegado del Consejo de Refugiados, recordó que la mayoría de los que llegan son refugiados y describió la nueva propuesta de ley como “inhumana” porque hará que decenas de miles de migrantes sean detenidos y “tratados como criminales”. “No es justo y subraya la falta de un proceso claro en el Reino Unido para la mayoría de las personas que solicitan asilo. No es un crimen buscar seguridad. Ninguna persona manda a su hijo en un viaje desesperadamente peligroso sin una buena razón”, dijo.
A Ruanda
El plan que quiere aplicar Interior desde el año pasado de enviar a los solicitantes de asilo a Ruanda fue declarado legal por el alto tribunal británico, pero varios jueces han paralizado los primeros intentos de deportaciones refugiados. La ministra Braverman dice que sigue siendo su prioridad la deportación “a escala” de refugiados a ese país.
Una de las críticas incluso de los representantes de los agentes de frontera es que el plan de enviar a estas personas fuera del Reino Unido es confuso y no se ha podido poner en práctica. “A no ser que tengamos un tercer país seguro que no sea Ruanda para enviar a las personas, esto simplemente no va a ser posible”, dijo Lucy Moreton, portavoz del sindicato de agentes de frontera y aduanas, este lunes en el matinal de la radio de la BBC. Además, señaló que el foco en las pequeñas embarcaciones puede provocar que los traficantes de personas se dediquen ahora a organizar los trayectos en camiones mientras aceleran las llegadas por mar en los próximos meses con botes todavía más cargados de personas y cruces más peligrosos.
El Gobierno británico puede toparse, además, con la violación de la convención europea de derechos humanos de la que incluso contempla salirse en línea con los tories más a la derecha.
Otra opción que considera Sunak es introducir un cambio legislativo para que no haya que cumplir requisitos humanitarios en el caso de algunos refugiados y así las deportaciones no sean paralizadas como ahora en los tribunales británicos.