Turquía levantará más muros en su frontera con Siria. Construirá una barrera en varios tramos de la frontera para “impedir el paso de terroristas y contrabandistas”, según ha confirmado el portavoz del Gobierno turco en funciones, Bülent Arinç. El representante aseguró se dejarán puntos de paso para los refugiados que puedan llegar desde Siria.
Turquía ya tiene más de 10 kilómetros de muros y vallados en la frontera y también se han instalado cámaras termales para detectar cualquier movimiento de personas, según recoge Europa Press.
“Tenemos una frontera de 910 kilómetros con Siria. Construiremos una barrera en ciertos tramos conflictivos de ella; alguno de 150 kilómetros, otro de 40...”, indicó Arinç durante una rueda de prensa transmitida en directo por la cadena NTV.
Confirmó así una información adelantada a finales de junio por la prensa turca, pero se negó a detallar si efectivamente se va a tratar de un muro de bloques de hormigón de una altura de 3,5 metros, tal y como aseguró el diario “Milliyet”.
“Los detalles técnicos no los puedo explicar ahora. Será una barrera que integre todo tipo de tecnologías. Si no funcionan se reemplazarán por otras tecnologías”, indicó el portavoz.
La finalidad de la barrera será impedir el paso tanto de terroristas como de contrabandistas, pero con certeza se dejarán puntos de paso para los refugiados que puedan llegar desde Siria, subrayó.
La iniciativa se suma a los esfuerzos de Ankara contra el Estado Islámico “de los que nadie debería dudar, pese a que hay en marcha una campaña de imagen contra Turquía”, añadió Arinç.
“Desde que declaramos el Estado Islámico organización terrorista, hace dos años, hemos detenido a 600 personas, de las que han pasado a prisión 102”, desgranó las cifras.
Además, sólo en el último año, las autoridades turcas han arrestado y expulsado a 1.270 extranjeros sospechosos de viajar a Siria para unirse a las filas del EI, agregó el portavoz.
Túnez también confirmó este mes que levantará un muro en la frontera con Libia, de 168 kilómetros de longitud, que ha justificado por “la amenaza del terrorismo yihadista”.