El Departamento de Estado estadounidense otorgará a los funcionarios encargados de aprobar los visados de entrada en EEUU la potestad para impedir que mujeres extranjeras embarazadas puedan visitar el país.
Con esta medida, que entrará en vigor el viernes, el Gobierno de Trump pretende detener el denominado 'birth tourism' ('turismo de nacimiento'), es decir, la llegada a EEUU de mujeres extranjeras con la intención de dar a luz en territorio norteamericano para obtener la ciudadanía estadounidense de sus hijos.
Según lo publicado, esta prohibición podría afectar a aquellos visados solicitados con motivos de placer, visita a familiares o amigos residentes en el país norteamericano y tratamiento médico. En este último caso, actualmente considerado un factor legítimo para la obtención de visados, la solicitante deberá demostrar tener la suficiente capacidad económica para afrontar dicho tratamiento.
“Este cambio de legislación es necesario para mejorar la seguridad pública, la seguridad nacional y la integridad de nuestro sistema de inmigración”, ha afirmado la Casa Blanca en un comunicado. “Cerrar esta evidente laguna en materia de inmigración combatirá este tipo de abusos endémicos y protegerá a EEUU de los riesgos generados por esta práctica”, concluye el mensaje.
No obstante, esta nueva reglamentación deja dudas respecto tanto a la interpretación que los funcionarios pueden hacer de ella, como de la aplicación efectiva que puede tener en los permisos otorgados a largo plazo. Es el caso de aquellos visados que permiten a las personas extranjeras realizar varios viajes a lo largo de un plazo de hasta 10 años, período durante el cual una mujer podría quedarse embarazada y mantener aun su derecho de entrada en el país.
Esta medida supone un paso más en la lucha iniciada por el Gobierno de EEUU desde la llegada de Trump a la Casa Blanca contra lo que denominan como 'bebés ancla', aquellos nacidos en suelo estadounidense y, supuestamente, utilizados por sus progenitores para permitir la llegada al país de otros miembros de la familia.
De hecho, ya en octubre de 2018 el presidente Trump trató de revocar el derecho a la ciudadanía a los hijos de inmigrantes en situación irregular nacidos en Estados Unidos, una medida que finalmente no pudo poner en marcha al suponer una violación de la Constitución.