El viceprimer ministro de Turquía Numan Kurtulmus ha afirmado este jueves que el país no permitirá de ahora en adelante la entrada de refugiados desde Siria, argumentando que “ya no existe una tragedia humanitaria”.
“Esperamos que vayan a zonas seguras en su región”, ha dicho, antes de recordar que Turquía “acoge a dos millones de hermanos y hermanas sirias, independientemente de sus raíces étnicas o sectarias”, según ha informado el diario turco 'Hurriyet'.
Kurtulmus ha manifestado que en las últimas semanas se han registrado importantes desplazamientos de población a causa de los bombardeos de la coalición internacional y los avances de las fuerzas kurdas sobre el terreno.
Sin embargo, el portavoz del Ministerio de Exteriores, Tanju Bilgiç, niega que el país vaya a modificar su política respecto a las personas que huyen de la guerra Siria, que superó el 15 de marzo su cuarto año de guerra. “No hay cambios en la política” hacia los refugiados sirios, afirmó.
Hasta hoy, Turquía ha abierto sus puertas a los que huyen de Siria y se ha colocado como el país que más refugiados acoge de esta procedencia, 1.700.000 asilados, según los datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur). “Es una tragedia humanitaria”, ha remachado.
El conflicto en Siria se ha saldado por el momento con 220.000 muertos y unos 7,6 millones de desplazados, según los datos que maneja Naciones Unidas, si bien se teme que la cifra sea muy superior. Organizaciones humanitarias como Médicos Sin Fronteras advierten de la gran escasez de personal médico y de infraestructuras para tratar a los heridos. Amnistía Internacional ha denunciado a través de un informe la comisión de crímenes de guerra en ofensivas sobre la población civil.
Además de los enfrentamientos entre las diferentes facciones implicadas en la guerra civil, las milicias del autodenominado Estado Islámico se están haciendo con el control de algunas ciudades del país, como parte del campamento de refugiados palestinos de Yarmuk.
Según Acnur, en la actualidad nos encontramos ante la mayor crisis de desplazados en el mundo después de la segunda guerra mundial. La acogida de las personas que huyen de la guerra y la persecución también se discute en la Unión Europea, donde algunos países miembros, como España, Gran Bretaña y Francia, se han mostrado contrarios a un sistema de reparto de solicitantes de asilo, que ha propuesto la Comisión Europea.