Me dedico al periodismo, la comunicación y a escribir libros como “Exceso de equipaje” (Debate, 2018), ensayo sobre el turismo que se desborda; “Biciosos” (Debate, 2014), sobre bicis y ciudades; y “La opción B” (Temás de Hoy 2012), novela... Aquí hablo sobre asuntos urbanos.
Madrid actualiza su plan para la bici… a ver si esta vez lo cumple
La movilidad en bicicleta en Madrid recuerda a ese sketch de Monty Python en el que un equipo de fútbol formado por filósofos griegos se enfrenta a otro compuesto por pensadores alemanes y, tras el pitido inicial, todos se ponen a pasear pendientes sólo de sus profundas reflexiones sobre el juego pero completamente ajenos al balón, al juego mismo. Aquí hablamos mucho de que hay que ir en bici y discutimos más sobre la manera de hacerlo pero pedaladas damos pocas.
Ojo, no estoy diciendo que Madrid se mueva mal, al contrario. Según la última encuesta de European Metropolitan Transport Authorities (EMTA), es la sexta ciudad de Europa en uso del transporte público y la quinta con menor uso del coche. También se sabe, aunque unas líneas más abajo hablaré de lo poco que se sabe, que aquí se camina mucho. Es lo de la bici lo que llevamos retrasado.
Y para demostrarlo viene la revisión y actualización del Plan Director de Movilidad Ciclista (PDMC) que se acaba de hacer pública. Voy con antecedentes: hace casi diez años, en 2008, se hizo un PDMC que pretendía definir estrategias e impulsar políticas para resolver nuestra anomalía. El PDMC, elaborado por Gea21, era bastante consistente pero no se le hizo ni caso. Ahora llega el PDMC 2008+, una revisión realizada por la misma empresa a partir de varias reuniones y dinámicas mantenidas durante el último año en lo que se ha llamado el Foro Ciclista de Madrid, en el que, además de técnicos de la empresa y del Ayuntamiento, participan colectivos y asociaciones relacionadas con la bici.
¿Qué se puede decir de este PDMC 2008+ y qué dice él de nosotros? Resumo.
Volver a empezar. Insisto: aunque parezca increíble, han pasado diez años y no ha pasado casi nada. Estamos al principio y así lo expresa el mismo Plan: “Madrid es una ciudad con un desarrollo ciclista en fase de comienzo ya que aún presenta condiciones pobres para el uso de la bicicleta”. Esto es esencial asumirlo, tanto para el desarrollo de este PDMC 2008+ y la planificación de actuaciones como para moderar las expectativas ciudadanas. No, no podemos tener una ciudad llena de bicis en un año ni en dos.
A ojo es muy difícil. Tan mal vamos que ni siquiera nadie ha caído hasta ahora en la necesidad de hacer una buena recogida de datos sobre cómo se mueve la gente. Hacer políticas de movilidad sin información fiable es como levantar una casa sin planos. Lo dice el mismo PDMC 2008+: “La carencia de datos en relación con este tema en el Ayuntamiento de Madrid es enorme, lo que ha dificultado enormemente asentar con firmeza la revisión y actualización de la política de movilidad en Madrid y en especial la política ciclista”. Eso sí, el Plan asegura, y lo confirman técnicos del Ayuntamiento, que se van a hacer aforos y conteos decentes y el Consorcio Regional de Transportes (CRT), según cuenta Marta Serrano, prepara una gran encuesta de movilidad que llegará... en 2019.
Un objetivo ¿realista? Con la información que hay, el PDMC 2008+ sostiene que la bicicleta en Madrid está por debajo de un 1% de reparto modal, o sea, fatal. El Plan pone como objetivo que en 2025 estemos en un 5% “sin pérdida del peso de los desplazamientos peatonales ni del transporte público”. Y, además, que la proporción de usuarias suba al 40% (ahora es un 20%), que un 10% de los alumnos de secundaria monten a diario y que un 5% de las personas mayores de 65 sea habitual. Se quieren hacer 430 kilómetros de itinerarios ciclistas, 50 al año, con una inversión de unos 86 millones de euros. Al ritmo que van los 30 km aprobados en 2016, ocho años parecen muy pocos.
El compromiso necesario. El PDMC 2008+ está muy bien, es muy completo y sirve como tratado de movilidad ciclista y como hoja de ruta para realizar actuaciones que logren los objetivos propuestos pero no es un mandato, no sirve si el Ayuntamiento no se pone la pila. José Manuel Calvo, concejal de Desarrollo Urbano Sostenible (DUS), reconoció la semana pasada que el anterior PDMC también era bueno pero que había faltado voluntad política para ejecutarlo y dijo que, para que no volviese a suceder, iba a hacer lo posible para que este PDMC 2008+ sea refrendado por el Consistorio. Un compromiso coherente con su Plan A de calidad del aire y necesario para responder a la exigencia de una ciudad que quiere ir en bici.
Competencias y financiación. Hasta ahora, el Gobierno de Ahora Madrid ha demostrado ganas de hacer cosas pero también dudas y hasta algo de miedo. Todo esto que se percibe en la superficie viene, como también señala el PDMC 2008+, acompañado por un follón interno que dificulta más las cosas: competencias diseminadas entre Áreas y Distritos pero también otras dependientes de otros gobiernos (autonómico, central). Y, por supuesto, con el freno constante de Montoro en materia de financiación. Y esto es difícil de solucionar.
Integración y segregación. Cuando lo de la movilidad en bici en Madrid no se parece al sketch de los filósofos futbolistas es porque se acerca más a un debate de La Sexta, de ésos en los que unos gritan sobre los gritos de otros y todo es muy blanco y muy negro. El PDMC 2008+ menciona, cómo no, el debate de los colectivos madrileños sobre el carril bici y se posiciona donde Salomón, apostando por “integrar los distintos tráficos y hacer uso compartido del viario” a través del calmado de tráfico, pero también “segregar, mediante la creación de infraestructura específica y de uso exclusivo sólo cuando los volúmenes de tráfico y las velocidades de circulación sean demasiado elevados y no puedan reducirse”.
Participación pero de la buena. Se habla mucho desde el Ayuntamiento de la participación como base de la política municipal y suena bien como idea pero la práctica está dejando bastante que desear, como se ha visto en procesos como el de Plaza de España, Gran Vía o en este mismo Foro Ciclista. Lo expresó muy bien un miembro del colectivo Pedalibre en la última reunión, que señaló el sesgo asociacionista del Foro y la falta de hueco para la participación de los ciudadanos sin asociar. Así es: el Foro, el Plan y las políticas del Ayuntamiento están lastrados por un conflicto maximalista sobre el carril bici que no responde ni a la opinión ni a las necesidades de la sociedad.
Y comunicación, también. Aunque hay una campaña reciente de la EMT con presencia en buses, BiciMAD y algunos canales más y otra de la Policía Municipal para sensibilizar y sancionar tanto a ciclistas como a conductores, no es suficiente: la comunicación es necesaria y urgente. Es necesario y urgente que se sancione a los coches que rebasan la velocidad en los ciclo carriles (que son casi todos, como indica el Plan), que se informe a los que conducen de los derechos de los que van en bici y a los que van en bici de los de los peatones, que se cuenten los planes de movilidad antes de que se vean las primeras actuaciones, que se hagan las infraestructuras de una vez y no a cachos, que se hable con las empresas de reparto de comida para que pongan orden en sus ciclistas… Es imprescindible que se incluya la comunicación como parte esencial de la intervención y que se entienda de forma integral y continua y no como una campaña publicitaria convencional y esporádica. Y esto también lo dice el PDMC 2008, por cierto.
Se dice todo eso y se dice mucho más en el Plan, que son 250 páginas con bastante miga y criterio. Como también se anunciaron cosas interesantes en la última reunión del Foro Ciclista –una inversión inmediata e importante en aparcamientos para bicis y nuevos itinerarios para conectar los distritos del este de la ciudad– pero este texto no da para más. Lo dejo aquí y salgo a celebrar que volvemos a tener un plan. De momento, con agua con gas. Me reservo el despendole para cuando podamos celebrar que se ha llevado por fin a cabo.
La movilidad en bicicleta en Madrid recuerda a ese sketch de Monty Python en el que un equipo de fútbol formado por filósofos griegos se enfrenta a otro compuesto por pensadores alemanes y, tras el pitido inicial, todos se ponen a pasear pendientes sólo de sus profundas reflexiones sobre el juego pero completamente ajenos al balón, al juego mismo. Aquí hablamos mucho de que hay que ir en bici y discutimos más sobre la manera de hacerlo pero pedaladas damos pocas.
Ojo, no estoy diciendo que Madrid se mueva mal, al contrario. Según la última encuesta de European Metropolitan Transport Authorities (EMTA), es la sexta ciudad de Europa en uso del transporte público y la quinta con menor uso del coche. También se sabe, aunque unas líneas más abajo hablaré de lo poco que se sabe, que aquí se camina mucho. Es lo de la bici lo que llevamos retrasado.