La junta de accionistas de Bankia han dado este martes el visto bueno a la fusión del grupo bancario rescatado en 2012 con CaixaBank. Se trata de uno de los últimos pasos que quedan pendientes para que la creación del mayor banco en España salga adelante. Este jueves será el turno de los accionistas de la entidad catalana.
El presidente de Bankia y futuro presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri, ha defendido esta operación en uno de sus últimos discursos como primer ejecutivo del banco rescatado. El FROB, organismo mediante el cual el Estado cuenta con el 62% de la entidad, ya había avalado esta operación, por lo que la cita de este martes se presentaba como un mero trámite para cumplir con todos los pasos legales para que se culmine con su absorción por parte de CaixaBank. “En mi opinión es la junta más relevante que ha tenido Bankia”, ha apuntado.
“El proyecto que hoy estamos sometiendo a su consideración es, sin duda, la mejor respuesta a los retos a los que como sector nos vamos a seguir enfrentando en el medio plazo, al tiempo que generará un gran valor para los accionistas”, ha defendido Goirigolzarri. El directivo ha argumentado que esta operación obedece al entorno de bajos tipos de interés que, ha señalado, “los analistas descuentan que no volverán a ser positivos hasta 2027”. A ello se suma el camino a la digitalización del sector y a la entrada de nuevos competidores.
En este sentido, Goirigolzarri ha defendido ante los accionistas —estaban presentes o representados el 80% de las acciones– que CaixaBank era el socio idóneo para el grupo. “Si bien es cierto que nuestra entidad se convertirá en líder destacado en nuestro país, tanto en cuota de depósitos como de crédito, esta situación no es diferente a la realidad del sector en otros países europeos, donde el líder del mercado ostenta cuotas similares”, ha apuntado, recordando que en torno a un 25% de los principales negocios bancarios quedará en manos de esta entidad.
En el turno de preguntas de los accionistas ha sido interpelado sobre la oportunidad perdida de contar en España con un banco público. El presidente, en respuesta a esta pregunta, ha vuelto a mostrar su oposición a la existencia de un banco comercial público. “Si por banca pública se entiende que se use un banco como Bankia como un instrumento de política económica no me parece correcto y me parece un error. Las entidades financieras deben gestionarse de manera profesional y con absoluta independencia. Bankia es un clarísimo ejemplo de esto”, ha zanjado. “Se debería valorar la gestión de Bankia estos años”, ha reivindicado.
También ha sido consultado por el futuro proceso de reestructuración tras la fusión que provocará un recorte de plantilla. Goirigolzarri ha evitado avanzar cifras de posibles ajustes, alegando que todavía quedan meses hasta que se produzca este proceso. Ha avanzado, eso sí, tres “vectores” en los que se dirigirá el proceso por parte de la nueva entidad. “Llegar a un acuerdo con la gran mayoría de los representantes sindicales, trataremos que el máximo número de desvinculaciones sean voluntarias y tomaremos decisiones estrictamente meritocráticas”, ha señalado.
El presidente de Bankia ha asegurado que haber anticipado la fusión de la entidad con CaixaBank en un momento de cambio abrupto del entorno ha permitido contar con una mayor opcionalidad en el mapa de consolidación y afrontar la integración desde una mayor fortaleza financiera. “Ante un cambio tan rápido del entorno, el consejo de administración, que ya en el pasado había dedicado varias sesiones al análisis de la consolidación del sector en España y el posible papel que Bankia podía jugar, entendió que la anticipación era un factor estratégico clave”, ha indicado Goirigolzarri en la junta de accionistas celebrada este martes para aprobar el proyecto común de fusión.
El presidente de Bankia, que no ha hecho referencia en su discurso a la recuperación de las ayudas públicas que se inyectaron en el banco para reflotar la entidad en 2012, ha destacado en su discurso el cálculo ya planteado por ambos grupos en la presentación del acuerdo en septiembre de que se generarán 1.000 millones de euros de sinergias anuales. Este total se divide de la siguiente manera: 290 millones de euros de ingresos adicionales tras la suma de ambas entidades y 770 millones de ahorro de costes.
Goirigolzarri asume que ahora comienza un proceso complejo en la integración de ambos bancos que “conlleva riesgos”, aunque ha apuntado que las dos entidades tienen experiencia en la última década en esta clase de operaciones. No en vano, suman en su balance más de una veintena de las antiguas cajas de ahorros.
Este jueves será el turno de los accionistas de CaixaBank. También se espera un mero trámite en esa cita, puesto que Criteria, presidida por Isidro Fainé, tiene el 40% de la entidad. La decisión final, ha señalado Goirigolzarri, es responsabilidad del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital, que a su vez necesitará el informe previo, entre otros organismos, del Banco de España y del Banco Central Europeo así como de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia.