La Comisión Europea ha alertado este miércoles del uso “generalizado” de contratos temporales en España y de los efectos negativos que supone para la productividad del país, al mismo tiempo que ha criticado que “fracasan” con frecuencia al servir de pasarela hacia carreras laborales estables y pueden estar asociados a un elevado riesgo de pobreza.
El Ejecutivo comunitario ha presentado su informe anual sobre desequilibrios macroeconómicos, en el que advierte de que, a pesar de la “fuerte” recuperación, España no ha superado completamente el “legado” de la crisis y de que se enfrenta aún a una serie de desafíos.
Entre ellos, denuncia que España posee una de las tasas más altas de contratos temporales de la Unión Europea y denuncia que el “uso generalizado” de los contratos temporales, muchos de ellos de “muy corta duración”.
Además, el informe apunta que estos contratos “fracasan” con frecuencia al actuar como “trampolín” hacia carreras laborales estables y pueden estar asociados a malas condiciones de trabajo y a un elevado riesgo de pobreza.
Bruselas reconoce que las últimas reformas laborales parecen haber tenido efectos positivos para reducir la segmentación entre contratos fijos y temporales, pero subraya que siguen incentivando la contratación temporal.
Por otro lado, el informe indica que el riesgo de pobreza en España, a pesar de que empezó a reducirse en 2015, sigue siendo demasiado alto, especialmente en el caso de menores de edad, así como que sigue creciendo entre aquellas personas que tienen un puesto de trabajo.
En este sentido, Bruselas destaca que la cobertura “limitada” de beneficios sociales, exceptuando las pensiones, y la “falta de coordinación” entre empleo y servicios sociales “dejan a muchos desempleados sin apoyo a sus esfuerzos por entrar de nuevo en el mercado laboral”.
RIESGOS A MEDIO PLAZO DE LAS CUENTAS PÚBLICAS
En el lado positivo, Bruselas afirma que la economía española continúa en una senda de “fuerte recuperación” y el crecimiento seguirá siendo “sólido” aunque se vaya a sufrir cierta desaceleración. No obstante, recalca que aún se enfrenta a algunos retos, y entre ellos subraya también que la sostenibilidad de las cuentas públicas presenta riesgos en el medio plazo.
Con respecto a esta cuestión, el Ejecutivo comunitario ha señalado que la cooperación de las comunidades autónomas es “crucial” para que España cumpla sus objetivos fiscales. También ha sugerido aumentar el control sobre los gobiernos regionales, afirmando que “el uso limitado de herramientas preventivas y correctivas (...) no han dado suficientes incentivos para la disciplina fiscal.
Asimismo, el informe de la Comisión Europea subraya que “el ajuste fiscal no está suficientemente apoyado por los impuestos al consumo”, y apunta de nuevo a la “gran brecha del IVA” y a los impuestos medioambientales.
ENDEUDAMIENTO Y DESEMPLEO, PRINCIPALES DESEQUILIBRIOS
De esta forma, la Comisión Europea ha mantenido a España en su lista de doce países de la Unión Europea con desequilibrios macroeconómicos debido principalmente al elevado endeudamiento público y privado y a las altas tasas de desempleo, a pesar de la reducción “significativa” durante los últimos tres años.
En concreto, Bruselas señala que experimenta una “fuerte” recuperación que “apoya el reequilibrio de la economía”. Sin embargo, añade que los “grandes volúmenes de desequilibrios en forma de deuda externa e interna, tanto pública como privada, siguen suponiendo vulnerabilidades en un contexto de alto desempleo”.
En este sentido, el Ejecutivo comunitario reconoce los avances del sector exterior gracias a los superávit de la balanza por cuenta corriente desde 2013 y la reducción del endeudamiento privado, aunque destaca que sigue siendo “relativamente alta” en el caso de los hogares.
Sin embargo, afirma que el porcentaje de deuda pública sobre el PIB “no va a entrar en una senda descendente” por los “grandes pero menores déficits” y prevé que la ratio siga creciendo en el medio plazo, hasta alcanzar incluso el 108% en 2027.
Con respecto a la tasa de desempleo, el informe remarca que las últimas reformas han “amortiguado” la caída del empleo en las últimas etapas de la crisis y destaca que la reducción del desempleo ha sido “significativa” durante los últimos tres años. Aún así, afirma que el desempleo es todavía “muy elevado”, especialmente entre la población joven y los trabajadores menos cualificados.
“Se han tomado medidas para fortalecer la competitividad, pero acciones adicionales ayudarían a mantener el superávit exterior, asegurar una reducción sostenible del déficit público y apoyar el crecimiento”, concluye el análisis de Bruselas.