Las crisis se pueden afrontar de varias maneras, apretando el cinturón o apostando por soluciones innovadoras. Una muestra de ello es el gasto en I+D que llevará a cabo Apple en 2019 tras ver cómo por primera vez en los últimos siete años los ingresos por ventas de sus teléfonos iPhone son inferiores al 50% del total, pasando a representar el 48% frente al 63% del último año.
Están tan centrados en conseguir nuevos productos que han disparado la inversión en I+D un 15% en lo que va de año frente a los primeros nueve meses de 2018. Llevan gastados cerca de 11.000 millones de euros y se estima que acaben el año con un gasto en innovación de 14.400 millones, más de lo que destinó España a I+D+i en 2017, último año con datos cerrados (14.063 millones). Según datos provisionales de la Fundación Cotec, al año siguiente, 2018, se dedicaron en nuestro país 14.900 millones a investigación, una cifra ligeramente superior a la Apple.
Las ventas de iPhone, el producto estrella de la empresa con sede en Cupertino, alcanzaron los 109.019 millones en los últimos nueves meses, un 14,92% menos que durante el mismo período de su pasado ejercicio fiscal. Estos ingresos siguen siendo más de la mitad del total de 196.134 millones facturados por ventas de productos, lo que hace que su influencia sobre el conjunto de los resultados sea determinante.
La investigación es el motor de la economía del conocimiento, y por ello el director de la Fundación Cotec Jorge Barrero considera lógico lo que está haciendo Apple. “Si tienes un problema de competitividad tienes que mirar el origen en tu capacidad para innovar”. Sin embargo, señala que no todas no todas las compañías tienen esa visión ni la capacidad de financiación. “Lo pueden hacer porque tienen caja. Si tú no has sido capaz de obtener esa financiación te quedas sin gasolina”.
En todo caso Apple, y por ende todas las empresas y administraciones públicas españolas sumadas, se quedará lejos de lo que invirtió Amazon en I+D en 2018: 23.000 millones de euros, según un informe de PwC. De acuerdo al último EU R&D Scorecard, un informe que elabora anualmente la Comisión Europea en el que registra la inversión global en I+D, le seguirían surcorena Samsung, con 13.400 millones de euros. Después la estadounidense Alphabet (13.300), la alemana Volkswagen (13.100), la estadounidense Microsoft (12.200) y la china Huawei (11.300). Mientras, Apple se situó en séptima posición con 9.300 millones de euros. Esto dejará de ser así tras la enorme apuesta por la I+D.
Entre las más inversoras a nivel mundial no aparece ninguna empresa española. Dentro de las europeas, la primera empresa española que aparece en el listado de la CE es Banco Santander, en el número 29, con 1.470 millones de inversión en 2018, un 14,8% menos que un año antes. Le siguen Telefónica, con 862 millones (un 4,9% menos), en el puesto 45; y Amadeus, que invirtió 763 millones, que esta vez sí supusieron un incremento del 5,1% y le situaron en el puesto 52. Por su parte, Grifols elevó un 48,2% su inversión hasta los 316 millones en 2018 y se colocó en el puesto 99 de las europeas que más invierten en investigación.
“Me provoca una cierta envidia ver como los ejecutivos de Apple interpretan una crisis de ventas como una oportunidad para redoblar los esfuerzos en innovación”, señala el director general de la Fundación Cotec. “En España ha habido reacciones sectoriales diciendo que investigaban si les iba bien. Dando a entender que es un lujo cuando es al contrario, si investigas probablemente te vaya bien”, afirma.
Para Barrero es inevitable que la crisis afecte a la innovación, pero considera injusto que se haya visto contaminada por los problemas financieros globales, ya que en España en ningún momento hubo una “burbuja de innovación”. “En la mayoría de las economías avanzadas la caída de inversión en I+D+i fue un momento puntual, incluso en algunos casos ni se llegó a frenar porque se consideró que era uno de los sectores que garantizaban la economía del bienestar”, afirma.
Para el director de Cotec el problema en España es que mientras el PIB volvía a crecer la inversión seguía bajando. “El ensañamiento de los recortes de las políticas públicas ha sido superior a la media. No solo no la hemos protegido, sino que nos hemos ensañado con ella. Además, se ha mantenido en el tiempo por voluntad política y se ha juntado con un bloqueo político que no ha permitido revertirlo. El último borrador de presupuestos era bueno para la innovación”, señala. Según un indicador adelantado elaborado por Cotec, España ha recuperado en 2018 los niveles de inversión en I+D previos a la crisis (en torno a 14.900 millones de euros).
Cuando realizamos la radiografía de la innovación se tiende a sacar una foto del conjunto del país, sin embargo, los parques tecnológicos suelen ir por regiones. Un ejemplo es Estados Unidos, un país que en la foto global sale beneficiado gracias a zonas como Silicon Valley que consiguen revertir las malas cifras de la mayoría de regiones americanas. “España es un país tan diverso y desigual que en la foto global no salimos muy bien. Pero hay zonas como Cataluña o Madrid que en ciencia y educación están a la altura de los mejores países europeos”, afirma Barrero. “Aquellos territorios que sean capaces de atraer talento serán donde mejores condiciones de vida haya, y España puede jugar en esa liga”, afirma.
Según el último informe de Cotec, con datos de 2017 del INE, la inversión española en I+D creció un 6% en 2017, con las empresas, que aumentaron un 8,2% su inversión, como principales contribuyentes. Sin embargo, el aumento de la inversión española en I+D en 2017 no ha reducido la diferencia respecto al promedio europeo, ya que mientras el esfuerzo español solo ha crecido una centésima, del 1,19% al 1,20% del PIB, el promedio europeo ha crecido tres, pasando del 2,04% al 2,07%. Para la Fundación, “el objetivo de alcanzar el 2 % de inversión en I+D sobre el PIB para 2020 sigue siendo un reto imposible de lograr en la práctica”.
De país aislado a líder en innovación
Los países asiáticos son un ejemplo de como usar la innovación para revertir la situación del país. “Japón pasó en apenas varias décadas de ser un país aislado y sin salir de la edad media a ser una de las principales economías mundiales gracias a un fuerte esfuerzo en innovación y educación”, señala Barrero sobre el proceso vivido en ese país entre finales del siglo XIX y principios del XX. Marcas como Sony, Canon, Panasonic o Nintendo se convirtieron en líderes en su sector a través de productos innovadores.
Se creía que Japón se convertiría en la primera potencia mundial pero finalmente su crecimiento se detuvo, entre otras cosas por la existencia de una burbuja inmobiliaria y financiera que acabó por explotar en los años noventa. Ahora es el turno de China. “Hace muy poco tiempo su manera de competir era copiando y con salarios bajos, y ahora está liderando la investigación en áreas donde se prevé un fuerte impacto económico como la inteligencia artificial”, afirma Barrero.
Según la agencia oficial Xinhuá, los fondos destinados a investigación y desarrollo (I+D) en China aceleraron su crecimiento al 11,6% en 2017, hasta los 1,75 billones de yuanes (unos 250.000 millones de euros). El país asiático ha incrementado un 99% su inversión en I+D en entre 2009 y 2015. Mientras tanto, España ha reducido un 5,8% su inversión en el mismo periodo.