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El Gobierno solventa el primer trámite de los Presupuestos en el Congreso con una fuerte división entre sus posibles apoyos 

El Gobierno de coalición ha salvado este jueves, sin problemas y como estaba previsto, el primer trámite del proyecto de Presupuestos Generales del Estado (PGE) de 2021 en el Congreso con el rechazo a las siete enmiendas a la totalidad que habían presentado PP, Vox, Junts per Catalunya, Foro Asturias, la CUP, Coalición Canaria y el BNG, a los que se sumó UPN, que no presentó enmienda propia. El Ejecutivo de Pedro Sánchez ha conseguido 198 votos, muchos más de los 175 necesarios, para tumbar las iniciativas contrarias a los nuevos PGE.

Esta victoria, sin embargo, ha sacado a la luz los problemas futuros del Gobierno para sacar adelante las cuentas públicas ante la dicotomía, imposible de solucionar por los discursos escuchados en el Congreso, que se le ha abierto entre los posibles apoyos. Ciudadanos y ERC han dejado patente la imposibilidad de acercar posturas entre ambas formaciones que se han vetado mutuamente. 

El objetivo de sacar adelante unos Presupuestos con un amplio apoyo, que tenga el respaldo de formaciones de izquierdas e independentistas además del voto favorable de Ciudadanos, se entrevé cada vez más compleja. Esta pugna va a tener además consecuencias también en las relaciones internas del Gobierno de coalición. La formación de Pablo iglesias se ha posicionado claramente para obstaculizar la participación de la formación de Inés Arrimadas en un acuerdo presupuestario. 

La segunda jornada de debate de enmiendas a la totalidad del proyecto a los Presupuestos Generales del Estado de 2021 se ha convertido en una pugna entre los posibles apoyos del Gobierno. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, ha avisado al Ejecutivo de Pedro Sánchez que “van a tener que elegir” entre “la vía sensata de Ciudadanos o la vía del separatismo de ERC y Bildu que vuelven a humillar a todos los hijos que quieren que sus hijos se escolaricen en castellano”. Momentos antes, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, había señalado en su intervención que el Gobierno debería dejar de mentir al plantear un pacto presupuestario en el que participen Ciudadanos y la formación independentista catalana: “Ciudadanos no es que sea incompatible con ERC, Ciudadanos es incompatible con la izquierda”.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, ha tratado de mantener los puentes de diálogo entre las dos formaciones y ha pedido que no se veten los apoyos a unas cuentas públicas muy necesarias. Montero ha criticado que no tenga como primer objetivo el interés de las personas en la situación de crisis que vive España y ha solicitado a ambos partidos que “no jueguen a un todo a nada”.

Una posición muy diferente a la que ha tenido su socio de Gobierno. El portavoz de Unidas Podemos en el Congreso, Pablo Echenique, ha dejado claro que Ciudadanos no cuenta con el beneplácito de la parte que le corresponde del Gobierno de coalición. “No pueden huir de la foto de Colón, señora Arrimadas, porque ustedes dependen de la ultraderecha para ser algo”, ha insistido Echenique.

Tras escuchar las diferentes posiciones ha quedado claro que el Gobierno de coalición no le quedará más remedio que optar por una de las dos partes. La líder de Ciudadanos no ha parado de insistir a la ministra “que les llega la hora de la verdad, van a tener que elegir. No podrán decir que no tenían otra opción” y ha definido las partes: “La radicalidad económica de Podemos y las cacicadas del independentismo” o “la antítesis a las concesiones al independentismo”.

“Dejen de hacer concesiones al secesionismo por un puñado de votos. Hemos hecho muchas cosas juntas por el bien de los españoles. No se dejen humillar por Analdo Otegi. Es raro que ustedes se tengan que retorcer tanto para tener a un socio económico como Bildu”, ha resaltado la presidenta de Ciudadanos.

Aunque el portavoz de Unidas Podemos se ha esmerado en su intervención para dejar claro que le cierran la puerta a la formación liberal para llegar a un acuerdo presupuestario -“Vox hace su mismo discurso pero bien cargado de coñac”-, el portavoz de ERC le ha mandado también un mensaje al partido de Pablo Iglesias con el aviso de que darle aire a Ciudadanos supondrá “salir de la ecuación, si callan frente a la operación salvar a Ciudadanos, se juegan la gobernabilidad de su país para la próxima década”.

La respuesta de Montero a Rufián ha sido una petición para que se dejen de vetos: “estos Presupuestos los puede votar ERC porque son unos Presupuestos progresistas de marcado carácter social”. La ministra ha tratado de reconducir el debate sobre los objetivos de las cuentas públicas al reseñar al portavoz de la formación independentista que “no ceda en cuestiones que sean importantes para conseguir una unidad de acción. Le digo que lo importante es el qué, y cada uno posicionarse respecto a qué aprobamos y no tanto con quién”. No parece que Montero tuviera mucho éxito.

Por parte de EH Bildu, su portavoz Oskar Matute, ha definido las cuentas públicas de 2021 como una herramienta “para acabar la deriva neoliberal del Estado que se ha impuesto desde hace unas décadas”. El portavoz de la izquierda abertzale ha recalcado que a su formación les “importa más el qué, que con el quién”, pero luego ha matizado como respuesta a la ministra que el Gobierno debe tener en cuenta que “con las políticas de izquierdas hay unos quienes y con las políticas de derechas están el PP, Vox, Ciudadanos, las empresas del Ibex y las élites que han mangoneado durante décadas”.

El PNV, a lo suyo

La portavoz económica del PNV, Idoia Sagastizabal, ha anunciado todavía queda “un buen trecho” para alcanzar un acuerdo presupuestario, donde ha destacado que formaciones políticas como la suya no tendrán palabra en “el grueso económico de los Fondos europeos”, que se “reconduzca” la subida del impuesto al diésel y que se incremente la partida destinada al País Vasco así como el cumplimiento de la ejecución de los compromisos ya adoptados: “Ni siquiera han firmado los convenios comprometidos para la entrada en las capitales vascas” del Tren de Alta Velocidad. 

A pesar de la crítica, Sagastizabal ha apuntado la “actitud proactiva y propositiva” del PNV y su “voluntad firme de dialogar y pactar”. La diputada del Grupo Vasco ha explicado que el voto en contra de EAJ-PNV a las enmiendas de totalidad presentadas por otros Grupos debe entenderse “como punto de partida de una negociación para poder discutir discrepancias, para abordar la agenda vasca con mayor profundidad y con verdadero compromiso y lealtad, de manera que se pueda avanzar con los proyectos tractores que van a venir de los Fondos europeos hacia una nueva realidad económica y social”. 

Montero le ha mandado un mensaje conciliador a la diputada del PNV al asegurar que su formación es “un socio preferente” del Gobierno. La ministra de Hacienda ha dicho que “no había dudas” de que se alcanzará un acuerdo con la formación nacionalista, admitiendo su “error al no entender” que la tributación del diésel era una línea roja“ para la formación vasca.