Auge y caída de Svenson: en la lista de morosos de Hacienda y en manos de otro fondo tras ir a concurso

De caso de éxito del capital riesgo español a declararse en quiebra, entrar en la última lista de morosos de Hacienda con más de 600.000 euros de deuda y acabar en manos de un fondo, otro más, especializado en reestructuración e inversión en compañías en situaciones especiales.

Es la historia reciente de Svenson, el líder español de los tratamientos capilares. El pasado 3 de julio, el fondo NK5, especializado en reflotar compañías en problemas, confirmaba la compra de la unidad productiva de esta empresa, poniendo fin a un proceso de ocho meses que “asegura” la continuidad de esta marca, con más de medio siglo de trayectoria en España, “y el mantenimiento del 89% de los puestos de trabajo, apostando por el crecimiento y el servicio a sus clientes”.

La operación, por un importe que no se ha hecho público, abarca 32 clínicas y 320 trabajadores del grupo de soluciones médicas y estéticas capilares. Fue formalizada el 30 de junio, dos días después de que un juez de lo Mercantil decretase la fase de liquidación del concurso voluntario de acreedores que Svenson presentó en febrero para que NK5 y la Administración concursal, en manos de la firma KPMG, rubricaran la compra de su actividad productiva.

También el 30 de junio la Agencia Tributaria publicaba una nueva edición, la décima, de su ya clásica lista de grandes deudores con Hacienda, aquellos con deudas superiores a los 600.000 euros. Una de las nuevas incorporaciones a ese listado, junto a nombres como el del ex árbitro José María Enríquez Negreira, investigado por posibles amaños con el FC Barcelona, era la de Svenson SL.

En concreto, la empresa aparecía con una deuda con el Fisco de 660.535 euros a 31 de diciembre de 2022. Tras autorizar la venta de su actividad productiva a NK5, el juez Juan Carlos Picazo Menéndez, del Juzgado Mercantil 7 de Madrid, acordó el pasado 14 de julio abrir oficialmente el proceso de liquidación de esa firma morosa con Hacienda, cuya deuda está por ver si cobrará el Fisco.

El grupo, que en su web ofrece este mes tratamientos capilares “sin IVA”, una técnica publicitaria que el Gobierno ha llamado en el pasado a “evitar”, por ser estas prácticas “engañosas” y afectar a la “moral fiscal”, lleva años en una situación muy complicada.

Su caída ha corrido paralela a la popularización de los injertos capilares en España y el auge de las operaciones de bajo coste con viajes todo incluido en Turquía, en un negocio en el que además han llegado nuevos entrantes: desde pequeños establecimientos low cost a Capilcinic o Insparya, la red de clínicas del multimillonario futbolista portugués Cristiano Ronaldo, por citar alguno de los nombres más conocidos. 

La mala racha de Svenson se agravó sobremanera con la pandemia y las restricciones sanitarias, hasta que en febrero pasado solicitó voluntariamente el concurso, la antigua suspensión de pagos. El movimiento vino acompañado de la oferta de compra de la unidad productiva por parte de NK5 que se ha rubricado hace unas semanas.

El objetivo de esta firma, cuyos responsables han declinado atender a elDiario.es, es “relanzar el negocio de Svenson, apostando tanto por el crecimiento orgánico como inorgánico, reforzando su estructura financiera y a sus gestores, que seguirán al frente de la compañía con el apoyo de NK5”, dando “un nuevo impulso a la gestión y a la actividad comercial de la compañía”, según explicó en julio el fondo.

El presidente ejecutivo y socio fundador de NK5, Juan José Nieto, recalcó al anunciarse la compra que este es un proyecto muy importante y refleja lo que el fondo “es capaz de hacer”: identificar buenas compañías con problemas financieros en los que, “colaborando” con las diferentes partes afectadas, promueven procesos que permiten conseguir estructuras equilibradas sobre las que crecer.

Fundado en 2015 por Nieto, exdirectivo de Goldman Sachs, Telefónica, Antena 3, Service Point o Arcano, entre otras compañías, y consejero de distintas empresas cotizadas y no cotizadas, NK5 ha intervenido en firmas como Siro, Isastur y Verdifresh. En esta operación fue asesorado por Cuatrecasas mientras que Svenson contó con el asesoramiento de Garrigues.

La operación más rentable

Ahora NK5 se propone dar un giro a la trayectoria de Svenson, que desde su fundación hace ya más de 50 años ha atendido a más de 600.000 clientes, y que lleva dos décadas cambiando de manos entre distintos fondos con suerte dispar. En abril de 2002, el español Nazca Capital compró la empresa mediante un LBO (Leveraged Buy Out) que supuso la entrada de un nuevo equipo directivo, en una operación valorada en 22 millones de euros (10 millones de inversión y otros 12 millones de deuda asumida). 

Apenas dos años después, ese fondo español vendió el 25% de la empresa por 11 millones, recuperando así de una tacada toda la inversión inicial. Y en 2006, poco antes del estallido de la burbuja en España, vendió por la friolera de 121 millones el resto de su participación en la compañía a otro fondo, Investindustrial, en el que participa las familias italianas Benetton y Bonomi (dueño en España de Port Aventura en Tarragona de la mano de KKR), junto a BBVA y directivos de la empresa.

“Svenson ha sido la operación más rentable del capital riesgo en los últimos cinco años”, aseguró entonces uno de los socios de Nazca, Álvaro Mariátegui, tal y como recogió Cinco Días.

Y hasta ahí las buenas noticias para los fondos. Porque a partir de entonces llegó la cuesta abajo de Svenson. En 2017, BBVA y los Benetton abandonaron el capital con fuertes pérdidas y la empresa quedó en manos de la firma 4Advanced, según informó El Economista. Y desde entonces, como una calvicie galopante, la situación de la cadena, cuyas acciones llevan años en manos de un vehículo en Luxemburgo, ha ido a peor, en un proceso que la pandemia y el confinamiento de 2020 aceleraron vertiginosamente.

Ese año, la facturación se desplomó hasta unos 16 millones, frente a los 32 millones que facturaba unos años antes. Y el pasivo, las deudas, se situaban en 22,7 millones, frente a un activo de algo menos de 4 millones, con un patrimonio neto negativo superior a los 12 millones.

La empresa recurrió a las líneas de liquidez del ICO frente a la pandemia (cerca de 363.000 euros) y en 2021, su auditor, Deloitte, ya advirtió de la existencia de incertidumbres sobre su continuidad, como consecuencia del incumplimiento de sus compromisos con las entidades financieras. Ese año, en paralelo a la búsqueda de nuevas fuentes de financiación, inició el proceso para la solicitud de un préstamo de 5,5 millones al fondo de rescate para pymes afectadas por la Covid que lanzó el Gobierno. Finalmente, y en paralelo a la entrada en la lista de la vergüenza de Hacienda, el proceso ha desembocado en la reciente entrada del fondo NK5.