La banca pública acapara la mitad de las mejores notas de los test de estrés europeos
El pasado marzo se dio carpetazo al último banco de propiedad pública que quedaba en España. Bankia era absorbida por CaixaBank y el Estado dejaba de tener un 61% de aquella entidad para contar con el 16% del principal grupo en el país. Con ello, quedó definitivamente aparcado el debate sobre si debía o no haber un banco público, especialmente con un sector cada vez más concentrado. Sin embargo, este modelo denostado por muchos en España es más habitual de lo que se piensa a nivel europeo. Y no son pocos los países que cuentan con una entidad mediana o grande con estas características.
Algunos de estos bancos públicos reciben, además, el respaldo de los supervisores. Al terminar el pasado mes la Autoridad Bancaria Europea (EBA), responsable de la supervisión del sector a nivel comunitario, presentó sus famosos test de estrés o pruebas de residencia al sector bancario del viejo continente. Este extenso análisis exponía a más de medio centenar de entidades significativas a nivel europeo a una hipótesis en la que la crisis económica provocada por la pandemia se extendiera hasta 2023. La mitad de las mejores notas en esta prueba fueron obtenidas por bancos públicos. Si además se suman los modelos cooperativos, solo cinco de las quince entidades mejor valoradas eran privadas.
Aunque al hablar de estas pruebas se habla de 'notas', se trata en sentido estricto de la solvencia de un banco. La EBA pone en común el capital del banco con sus activos ponderados por riesgo. De ahí, se extrae un porcentaje —el ratio CET1— y, cuanto mayor sea, más alta es la nota de dicha entidad. Uno de los argumentos que se realizan habitualmente contra la banca pública es que un servicio público al margen del mercado puede devenir en una entidad con problemas. Sin embargo, siete de las quince mejores notas son de bancos públicos, que acaparan tres de los grupos más resistentes a una crisis prolongada.
Si bien es cierto que el análisis de la EBA incluye a múltiples ejemplos de bancos, no todos con modelos comerciales de banca minorista, el sector público tiene un amplio protagonismo. En Países Bajos, Bélgica, Francia, Dinamarca o Portugal existen bancos públicos que, además de tener un tamaño importante en sus respectivos mercados, destacan por su solvencia y resistencia en los escenarios más pesimistas que se dibujan en este tipo de exámenes.
En la prueba realizada durante los últimos meses, el mejor parado ha sido un banco holandés de propiedad pública, NWB Bank. Se trata de una entidad que está controlada mayoritariamente por las autoridades regionales del agua y participan el Estado y las provincias. Obtuvo una ratio del 37,8%, frente a la media europea del 10,5%. Sus clientes son básicamente autoridades públicas y financia proyectos de infraestructuras del agua, de vivienda social, hospitales universitarios o instituciones de formación profesional. Pese a estar centrado básicamente en el sector público, suma más de 100.000 millones en activos, un tamaño similar en España al de Bankinter o la nueva Unicaja tras absorber a Liberbank.
El segundo banco público en el ranking elaborado por la EBA aparece en la tercera posición, el BNG Bank, también holandés. En este caso, la mitad está en manos del Estado y el resto lo poseen las provincias y distintos estamentos públicos. Su nota fue del 23%. Al igual que NWB. sus clientes principales son las propias administraciones públicas, a las que ofrece financiación “en condiciones favorables”. Suma 160.000 millones en activos. El danés DNB ocupa la cuarta posición del listado. Aunque cotiza en Bolsa, su primer accionista, con el 34% del capital, es el Estado, lo que le otorga una posición muy destacada frente al resto de inversores, entre los que figuran los mayores bancos de inversión del mundo. Tiene 250.000 millones en activos, un nivel similar a Sabadell.
En Portugal opera la Caixa Geral de Depositos, que ocupa la novena posición en el ranking con el 15%. Este banco comercial, que hace un par de años vendió a Abanca su negocio en España, es propiedad del Estado portugués. El grupo es algo más pequeño que los anteriores, con 91.000 millones en activos. La polaca PKO, cuyo primer accionista con un tercio del capital es el Estado, figura en la undécima posición de la lista, con idéntica nota que la lusa. Cierran el listado de las 15 mejores notas del examen otros dos bancos públicos: el belga Belfius y el holandés ABN Amro. Ambos están controlados por sus respectivos estados tras los rescates durante la pasada crisis financiera. Tuvieron más de 13,5%.
A los siete bancos públicos se unen otras dos entidades con modelos similares a las cooperativas de crédito: el sueco Länsförsäkringar y el danés Nykredit. Además, el también sueco Swedbank, décimo en el listado, tiene como primer accionista a un grupo de cajas de ahorros regionales del país escandinavo. Así, son solo cinco bancos privados, en sentido estricto, los que figuran en este listado: SEB y Handelsbanken (Suecia), Volkswagen Bank (Alemania), Pekao (Polonia) y KBC (Bélgica).
Por tanto, con distintos modelos de negocio y con motivaciones muy diferentes, ya sea por decisión de política económica como por herencia del rescate de 2008, no es extraño encontrar en países como Francia, Alemania, Polonia o Países Bajos ejemplos de banca pública. En España, el único grupo bancario que queda con participación estatal, CaixaBank (16%), no participó en estas pruebas realizadas por la EBA precisamente por encontrarse en plena absorción de Bankia.
Los españoles, a la cola
Los bancos españoles que sí participaron (Santander, BBVA, Bankinter y Sabadell) obtuvieron unos resultados discretos, aunque todos superaron las pruebas. Únicamente Bankinter lograba situarse en la hipótesis tan negativa planteada por la EBA por encima de la media europea. Además, Sabadell obtenía el tercer peor resultado, solo superando a Mote dei Paschi y HSBC. La media española, del 8,95%, se situaba sensiblemente por debajo de la comunitaria, solo superando a Alemania, Italia e Irlanda.
Incluso en el caso del escenario base que dibuja la EBA en su examen al sector bancario europeo, similar a las proyecciones internacionales que se hacen de la economía, la banca española aparece a la cola de Europa en cuanto a nota. En concreto, la media de los cuatro bancos analizados fue de 14,10%, solo superando a Irlanda. La media comunitaria se sitúa en el 15,79%. En este caso, ninguna entidad española alcanza esa media del continente, siendo Banco Santander el mejor posicionado con el 14,94%.
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