El Banco de España se ha adherido este viernes a las críticas formuladas la pasada semana por el Banco Central Europeo frente al impuesto a la banca que se está tramitando en el Congreso. Sin embargo, considera que se trata de un impacto pequeño dentro de los beneficios del sector. El director general de estabilidad financiera, Ángel Estrada, ha defendido que supondrá “entre un 5% y un 6%” de los beneficios del sector. Estrada ha sido el encargado de presentar el Informe de Estabilidad Financiera que presenta el organismo dos veces al año y que cifra en el 12% el impacto del nuevo tributo en los beneficios españoles de las entidades afectadas.
El documento presentado este viernes por el organismo supervisor presenta un escenario positivo para el sector bancario, aunque con cautelas. “La rentabilidad se ha situado en tasas alrededor del 10%, es superior a la que teníamos antes de la pandemia”, ha asegurado Estrada, quien ha añadido que “la rentabilidad de los bancos españoles se encuentra por encima de otros sistemas europeos”. Es decir, la banca española logra destacar por su rentabilidad, junto a la italiana, cuando en el pasado se situaba a la cola del continente. Esta mejora permite a la banca contar con un colchón añadido para poder afrontar “pérdidas inesperadas”, como ha asegurado el responsable de estabilidad financiera del organismo.
Son distintos los datos que muestran que el sector afronta la incertidumbre de los próximos trimestres por la inflación y la subida de interés. Uno de ellos, que se destaca en el informe, es que la morosidad ha alcanzado este año su nivel más bajo desde 2008, cuando estalló la gran crisis financiera. Los bancos cuentan con “un aumento de la calidad del balance”. Además, los préstamos que se encontraban en “vigilancia espacial”, un paso previo al impago, se han reducido en los últimos meses tras las subidas que se produjeron durante la pandemia.
El informe del Banco de España incluye un pequeño test de estrés al sector bancario español. Esta prueba supone valorar la resistencia del sector a dos escenarios. Uno base que supone cumplir con las previsiones de evolución macroeconómica trazadas por el supervisor. El segundo, severo, supone un encarecimiento de la energía o de los alimentos y un freno en la economía. En ambos casos, el Banco de España señala que la banca española podría resistir los impactos para la economía. Si bien, advierte que los bancos se pueden encontrar con la necesidad de usar más capital del inicialmente previsto para amortiguar las posibles pérdidas.
Es por ello que Estrada solicita a los bancos “prudencia”. “Resulta fundamental mantener una elevada prudencia en sus políticas de provisiones y de planificación de capital”, apunta el informe. Es decir, pide a los bancos que estudien bien los distintos escenarios macroeconómicos y en base a los mismos tomen nuevas decisiones sobre provisiones. Algunas entidades las han elevado en los últimos meses ante la incertidumbre por los riesgos derivados de las subidas de precios. Sin embargo, el Banco de España evita dar una instrucción general a las entidades sobre su reparto de dividendos, una política que algunos han ampliado recientemente. “La recomendación de ser prudentes sigue encima de la mesa”, se ha limitado a señalar Estrada.
Uno de los asuntos delicados en los próximos meses es el impacto que las subidas de precios y de tipo de interés tengan sobre la capacidad de los hogares de menores rentas para poder acometer este aumento de gastos. Así, el Banco de España estima que los hogares que se encuentra entre el 40% que menos ingresos percibe, una fuerte subida de tipos puede llegar a suponer entre un 11% y un 16% de su renta. Además, un 13,8% de los hogares ya se encuentran en una situación de vulnerabilidad financiera, por las elevadas cargas que tienen que afrontar por sus deudas respecto a sus ingresos.
El Banco de España ha puesto también el foco en el mercado inmobiliario. Durante los últimos meses se ha vivido una aceleración en la concesión de hipotecas y en los registros de compras y ventas de inmuebles. “Las compraventas de vivienda han seguido mostrando una notable fortaleza, si bien en el período más reciente se observan algunas señales de ralentización”, señala el informe del Banco de España. Es decir, se ven datos, como los recibidos en verano, que indicarían un freno en el crecimiento, aunque todavía tendría que confirmarse en los próximos meses. En cualquier caso, Estrada ha señalado que no existe en España un problema de sobrevaloración de los activos inmobiliarios, lo que podría traducirse en un desequilibrio. “Es muy moderada”, ha asegurado.
El supervisor ha analizado igualmente la evolución de la morosidad en los préstamos que se concedieron a empresas durante la pandemia avalados por el ICO. La mayor parte de los periodos de carencia han vencido y el Banco de España considera que los niveles de morosidad de estos préstamos no son mayores que el de otros tipos de financiación.