El Banco de España obvia el límite de 30 euros al gas en su rebaja de previsiones por la guerra en Ucrania

Daniel Yebra

5 de abril de 2022 22:58 h

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Las previsiones macroeconómicas que este martes presentó el Banco de España serán papel mojado en próximas semanas si la Comisión Europea aprueba el límite de 30 euros por megavatio hora al gas para las centrales de generación eléctrica que utilizan esta materia prima, la denominada “excepción ibérica” propuesta por España y Portugal.

Una medida que bajaría “la factura eléctrica a la mitad”, según explicó la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista concedida a elDiario.es. Estimación que también hizo suya este martes en la rueda de prensa tras el Consejo de Ministros la vicepresidenta económica, Nadia Calviño.

La institución rebajó nueve décimas la proyección de crecimiento del PIB para 2022 y otro punto porcentual para 2023, hasta el 4,5% y el 2,9%, respectivamente, por el golpe de la guerra, y principalmente por la escalada de los precios de la energía que ha provocado en los últimos meses.

Un incremento que ya se ha filtrado al conjunto de la cesta de la compra. El IPC (Índice de precios de consumo) general aceleró al 9,8% en marzo y el propio Banco de España espera que alcance de media el 7,5% este ejercicio. En este indicador tiene un peso clave el espectacular encarecimiento de la electricidad, para el que el INE solo tiene en cuenta en su metodología los contratos domésticos que están acogidos al precio voluntario al pequeño consumidor (PVPC). Estos contratos son los más expuestos a las subidas del mercado mayorista y recogerían de forma inmediata la bajada que propiciaría la citada solución ibérica.

La estimación del Banco de España incluye un impacto positivo de dos décimas en el crecimiento de la actividad económica y de hasta ocho décimas de reducción de la inflación con las medidas fiscales aprobadas por el Gobierno en el plan de choque: bonificación de los carburantes, prórrogas de las reducciones de impuestos sobre la electricidad o límite a la actualización de los alquileres.

Sin embargo, no valora el tope al gas, que está pendiente de la aprobación de Bruselas, ni siquiera en supuestos alternativos al escenario central (ver gráfico).

El informe del Banco de España que recoge las proyecciones sí reconoce que “esta medida podría suponer una fuerte rebaja en los precios mayoristas de la electricidad y, en consecuencia, tener un impacto significativo sobre los precios pagados por los consumidores”.

Tras conocerse la propuesta, distintos expertos coincidieron en que, si la Comisión Europea aprueba limitar el precio del gas en 30 euros para rebajar la electricidad, tendrá “un impacto muy significativo y automático” sobre la escalada del IPC.

“No obstante, dado que se desconoce el modo en que esta medida se concretará finalmente, no se ha incluido en las proyecciones impacto alguno asociado a ella”, concluye el Banco de España.

Escenarios para un corte de suministro de Rusia

El organismo sí que ha contemplado perspectivas alternativas al escenario central para el crecimiento y la inflación según supuestos extremos, como “un cierre de todos los flujos comerciales bilaterales entre Rusia y la Unión Europea (UE), incluidos los relativos a las materias primas energéticas”.

En esta hipotética consecuencia de la invasión de Ucrania y de las sanciones europeas a Rusia, la institución española construye tres predicciones: una según “una capacidad de sustitución baja”, otro “media” y la última “alta”, que implicaría un avance de hasta 1,5 puntos más de la inflación general en 2022 –del 7,5% del escenario central al 9%– y una rebaja de hasta 1,3 enteros más acusada para el crecimiento del PIB –del 4,5% a quedarse cerca de un 3%–.

“Y sería el impacto más limitado en la eurozona de este escenario, porque aquí sí cuenta la menor relación directa de España con Rusia”, destacó Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística del Banco de España en la presentación de las proyecciones.

Esta ventaja no impide que la subida actual de los precios del petróleo, del gas y de otras materias primas en los mercados internacionales por el efecto de la misma guerra en Ucrania suponga un golpe mayor para nuestro país que para el resto de grandes economías de la UE.

Un golpe mayor para el poder de compra respecto a la media europea

El golpe es también mayor para el poder de compra de los hogares españoles respecto a la media europea. El Banco de España admite que los trabajadores están perdiendo “mucho poder adquisitivo”, que está provocando un consumo de la bolsa de ahorro acumulada durante la pandemia, que cifra en 85.000 millones de euros y que espera que mengüe en un tercio en 2022 como consecuencia de las subidas de precios generalizadas.

Volviendo precisamente a la inflación, más allá del IPC general, y yendo a la cesta de la compra subyacente, que excluye energía y alimentos por considerarlos los elementos más volátiles, la institución proyecta que se quedará en el 2,8%. Eso sí, advierte de que en esta cesta sin electricidad, gas o gasolina, que están disparados, el 60% de los bienes y servicios ya supera un ritmo de subidas de más del 2%.

En otra simulación alternativa al escenario central de las proyecciones, el Banco de España considera que si los hogares consumieran dos tercios de ese ahorro, y no solo uno, como respuesta al encarecimiento de la vida, el crecimiento del PIB se aceleraría 0,4 puntos porcentuales.

“El aumento del consumo resultante generaría un incremento de los niveles de PIB y de empleo de cuatro décimas en 2022 y de otras dos décimas adicionales entre 2023 y 2024”, incide el informe.

Impacto sobre los más pobres

El Banco de España advierte de que, ante la actual escalada de los precios, “se resentirá la capacidad de compra de los hogares de menores ingresos, para los cuales el gasto en bienes energéticos representa una proporción más elevada dentro del total”.

“Además, las tasas de ahorro de estos hogares suelen ser comparativamente más reducidas y la proporción de quienes han podido acumular ahorro extraordinario durante la pandemia es más limitada, por lo que disponen de menor margen para amortiguar el efecto del aumento de la factura energética sin ajustar a la baja su consumo de otros bienes y servicios”, añade.