El Banco Mundial ha vetado hasta septiembre de 2024 a una filial de GMV, multinacional española que lidera el control de los satélites europeos Galileo, por “prácticas colusorias, corruptas y fraudulentas” en dos adjudicaciones en Vietnam.
La empresa ha reconocido la existencia de prácticas irregulares en la adjudicación de dos contratos en ese país del sudeste asiático para el proyecto de “Desarrollo de la Ciudad Sostenible de Danang” y el de “Transporte Urbano de Hanoi” a su filial Grupo Mecánica del Vuelo Sistemas, SAU, dedicada al desarrollo de sistemas inteligentes de transporte y contratista de numerosas administraciones en España.
La decisión hace “inelegible” a esa filial para participar en proyectos y operaciones financiadas por el Banco Mundial y sus instituciones.
El organismo explica que responsables de GMV “se confabularon con dos consultores de diseño para obtener ventajas competitivas injustas” en dos licitaciones, acordaron pagar una comisión a un agente para que influyera “indebidamente” en la adjudicación de un contrato, y no revelaron su participación en la redacción de los pliegos de ambos concursos.
“Son prácticas colusorias, corruptas y fraudulentas, respectivamente, según la definición de los Procedimientos de Sanciones del Banco Mundial”, indica el organismo.
El proyecto de Danang, aprobado en 2013 y con un presupuesto total de 272 millones de dólares, busca mejorar los sistemas de drenaje, recolección y tratamiento de aguas residuales de esa ciudad vietnamita y su red viaria y de transporte público. El de Hanoi, aprobado en 2007 y con unos 155 millones de dólares de presupuesto total, se diseñó para aumentar la movilidad urbana en áreas específicas de la capital vietnamita, fomentando el uso del transporte público y reduciendo la congestión del tráfico.
La sanción es parte de un acuerdo por el que GMV ha aceptado su responsabilidad en las prácticas detectadas, “que ocurrieron bajo un antiguo equipo de gestión”, destaca el Banco Mundial.
La empresa española, que preguntada por elDiario.es ha rechazado hacer comentarios, se ha comprometido a no presentarse a proyectos del Banco Mundial en el curso de una auditoría y de una serie de “acciones correctivas voluntarias, incluidas mejoras en el programa de cumplimiento”.
“Como condición para la exoneración de la sanción según los términos del acuerdo de conciliación, la empresa se compromete a desarrollar más su programa de cumplimiento de integridad, de conformidad con los principios establecidos en las Pautas de cumplimiento de integridad del Grupo del Banco Mundial”.
Se trata de la segunda sanción de este tipo para una gran empresa española tras la impuesta hace unos meses a decenas de filiales de la constructora FCC.
Historia de éxito
GMV, domiciliada en el Parque Tecnológico de Tres Cantos (Madrid), está presidida desde 2001 por Mónica Martínez Walter, hija del fundador. Se creó en 1984 y cerró 2019 con unos ingresos totales de 245 millones de euros, de los que el 57,1% (140 millones, un 30% más) procedieron de su principal actividad, el negocio de Espacio.
El grupo cerró 2018 con 1.850 empleados (hoy son más de 2.000), la mayoría de alta cualificación, 191 millones de facturación y beneficios de 3,8 millones, según sus cuentas consolidadas, disponibles a través de Insight View. Con más del 65% de su actividad en el exterior, a esa fecha tenía sedes en Portugal, Polonia, Estados Unidos, Francia, Alemania, Rumanía, Reino Unido, Holanda, Malasia y Colombia.
La de GMV ha sido hasta ahora una historia de éxito en la industria espacial española. Es el primer proveedor independiente del mundo de Sistemas de Control en Tierra para operadores de satélites comerciales de telecomunicaciones y líder en el Segmento de Tierra de Sistemas de Navegación (EGNOS y Galileo). También es el principal proveedor de sistemas de mando y control C4I del Ejército de Tierra español y el primer proveedor nacional de sistemas inteligentes para el transporte.
“En el sector TIC se ha constituido en referente nacional como proveedor de soluciones y servicios avanzados de ciberseguridad en redes IP, aplicaciones de movilidad y aplicaciones TICs para las Administraciones Públicas”, explicaba en su informe anual de 2018.
Ese año, la Agencia Espacial Europea (ESA) adjudicó a GMV el proyecto GSC-FOC2 para el mantenimiento y evolución del Segmento Terreno de Control (TCS) para el control de los satélites de Galileo, el sistema europeo de navegación satelital competidor del GPS estadounidense. Fue el mayor contrato adjudicado en la historia de esta industria en España, por un importe global de 250 millones, muestra de “la excelente reputación de la compañía, su acentuada competitividad y fiabilidad, que es consecuencia de las enormes capacidades que GMV ha desarrollado en los últimos años”, explicaba la empresa en su informe de gestión de 2018.
GMV forma parte del proyecto GEODE (GalilEO for EU DEfence), para el desarrollo del segmento de usuarios militares del Servicio Público Regulado (PRS) de Galileo, uno de los proyectos de cooperación en materia de defensa más ambiciosos lanzados bajo el paraguas del Programa Europeo de Desarrollo Industrial de la Defensa (EDIDP) de la Comisión Europea. Cofinanciado por Bélgica, Alemania, Italia, Francia y España, GEODE cuenta con el apoyo de la UE con una subvención de unos 44 millones. El proyecto será ejecutado por un consorcio formado por 30 empresas de 14 países de la UE e incluye a GMV como parte de la contribución española.
GMV, que según contaba hace unas semanas “es ya el sexto grupo industrial que más empleo genera en el sector espacial en Europa”, abrió en febrero una oficina permanente en Bruselas, en línea con la expansión internacional de su actividad, para “reforzar la comunicación y la coordinación en el marco de los programas de la EU actualmente en marcha y en las nuevas iniciativas, como Secure Connectivity Constellation, Quantum Encrypted Communications y Space Traffic Management”.