¿Qué papel debe de tener el Estado en el sector financiero? Desde que Bankia, y multitud de cajas, fueran rescatadas en España, la pregunta se ha repetido de manera constante en la banca española. La pregunta vuelve con las negociaciones comenzadas entre la entidad que sigue controlada por el FROB y CaixaBank. Pero España no es una excepción en Europa. En países como Reino Unido, Francia, Alemania, Italia, Países Bajos o Bélgica se encuentran también ejemplos de grupos bancarios cuyo primer accionista son sus respectivos Estados. Unos, como consecuencia de los rescates que también se sucedieron tras la crisis de 2008. Otros, por política pública.
Si se acude al listado de los 50 mayores bancos por activos en Europa en 2019, elaborado por la agencia S&P, más de una decena de las entidades presentes tienen en su accionariado al sector público, ya sean nacionales o regionales. En varios de estos casos obedece a que el Estado se ha mantenido como propietario tras haber tenido que salir al rescate de los bancos de sus respectivos países con el desplome del sector en 2008. Ese es el caso de Bankia, donde el FROB posee más del 60%, participación que se apunta que caería hasta el 14% si se cumple la fusión con CaixaBank, tras haber inyectado más de 24.000 millones de euros. Oficialmente, el Estado tiene hasta finales de 2021 como compromiso tras el rescate para salir del accionariado pero este plazo ya se ha prorrogado en dos ocasiones previas y no se descarta que se vuelva a prolongar. Este mismo problema se lo encuentran gobiernos de varios países europeos que asumen que en la actualidad, 12 años después del desplome del sector, es difícil recuperar las ayudas inyectadas en la banca.
En el listado de las más grandes de Europa con accionariado público, la primera que aparece es Royal Bank of Scotland, ahora NatWest Group, en decimoquinto lugar, cuarto en Reino Unido. Fue rescatada en 2008 por el Gobierno británico y mantiene todavía en torno al 60% de las acciones. En su caso, la fecha límite planteada para su privatización es la de 2024. Su propio presidente, Howard Davies, reconocía en diciembre en una entrevista en El País una problemática similar a la de Bankia: “El Gobierno piensa que será muy criticado si vende barato”.
El siguiente en la lista es Commerzbank, el tercer banco alemán por volumen de activos. El primer accionista, con algo más del 15% es el Estado alemán, después de haber tenido que aportar más de 8.000 millones de euros para su rescate en 2008. Su accionista público también ha intentado el camino de salida del grupo en el pasado. En 2019 se intentó una fusión con el mayor grupo financiero del país, Deutsche Bank, que acabó rompiéndose, asumiendo que los costes de esta unión podrían ser superiores a los beneficios de haberse cerrado un acuerdo.
Otro país que aparece entre el grupo de países que mantienen participaciones en bancos es Países Bajos. El Estado holandés tiene el control de ABN AMRO, la tercera entidad tras ING y Rabobank. Aunque en los últimos años se ha ido reduciendo el porcentaje del grupo en manos de Países Bajos, actualmente se encuentra en torno a un 56%. En su país vecino, el Estado belga es el propietario de otro de los bancos que aparecen en el listado de las mayores entidades de Europa: Belfius. Se trata de la tercera entidad financiera del país y nació después de que el Gobierno tuviera que inyectara dinero para rescatar el negocio de banca minorista de Dexia.
Otro Estado que es accionista de una de las mayores entidades de Europa por la vía del rescate es Italia. Si bien, este caso es más reciente. Se trata de Monte Dei Paschi de Siena, que fue saneada por el Estado en 2017, uno de los últimos casos en Europa. Cuenta con algo menos del 70% de las acciones del grupo y se puso como fecha 2021. Una de las vías que estudia el Gobierno es crear un banco malo con los activos tóxicos de la entidad y poner en venta el negocio saneado, según informaba recientemente EFE. El problema, al igual que ocurre con otros bancos en una situación similar, es que a precios actuales en Bolsa, en caída durante todo este año, el Estado podría verse con una pérdida de unos 7.000 millones de euros.
Pero no es el rescate el único método por la que todavía quedan numerosos bancos europeos con control o participación público. Existen en esta lista algunos bancos comerciales que compiten con otros privados que son propiedad de Estados. Un caso es el de La Banque Postale. Se trata de la sexta entidad francesa y tiene un nivel de activos similar al de Banco Sabadell en España. Es una filial financiera del grupo estatal de correos galo y tiene apenas 14 años de vida. Hace dos, el Gobierno francés, ya presidido por Emmanuel Macron, incorporó al grupo de La Banque Postale una de las aseguradoras más grandes del país. “Queremos crear un gran ente financiero público en favor de los territorios”, defendía Bruno Le Maire, ministro de Finanzas francés del partido La République en Marche, aliado europeo de Ciudadanos.
Pero en Europa todavía existen modelos similares a las cajas de ahorros que ya prácticamente desaparecieron de España con la pasada crisis. De hecho, las herederas de 21 de aquellas cajas, Bankia y CaixaBank, son las que ahora negocian en convertirse en un único grupo. Y alguno de estos modelos similares a las cajas de ahorros se encuentran en el citado listado de las 50 mayores entidades de Europa por activos. Por ejemplo, en el caso alemán, cuatro de las siete entidades que se encuentran en el citado ránking corresponden a cajas de ahorros propiedad de los Länder: Bayerische Landesbank, Norddeutsche Landesbank Girozentrale, Landesbank Hessen-Thüringen Girozentrale, y Landesbank Baden-Württemberg. Es un modelo similar al que tiene Suiza con sus bancos cantonales. Uno de ellos, Zürcher Kantonalbank, también está en en el listado y es el cuarto más grande del país.