La oferta del BBVA ha superado la del Banco Santander y CaixaBank, con lo que se hará con Catalunya Banc, la entidad nacionalizada que tiene su origen en Caixa Catalunya. Con esta operación, el BBVA amplía notablemente su presencia en Catalunya y el Estado tendrá que dar por perdidos cerca de 12.000 millones, según han confirmado a Efe fuentes próximas al proceso. El grupo presidido por Francisco González, que ya se adjudicó la entidad Unnim, ha ofrecido cerca de 1.200 millones de euros, pero aún así su oferta sería más generosa que la del Banco Santander y CaixaBank, han añadido otras fuentes.
El BBVA, Santander y CaixaBank presentaron ofertas en firme por Catalunya Banc el pasado viernes para aprovechar la oportunidad de adquirir una entidad nacionalizada que acumula más de 13.600 millones en ayudas, de ellas, 12.600 directamente del Estado. El francés Société Générale, otro de los interesados por el grupo catalán finalmente desistió de pujar.
A la espera de que se conozcan oficialmente los detalles de la operación, la oferta de BBVA estaría muy por debajo de los 2.500 millones de patrimonio neto con los que cuenta Catalunya Banc. A juicio de los expertos consultados, la operación es “redonda” teniendo en cuenta el precio ofrecido, que el Estado está dispuesto a cubrir parte del coste de las reclamaciones por preferentes, cláusulas suelo y coberturas de tipos de interés (swaps) e incluso una probable indemnización a Mapfre si BBVA rompe el acuerdo de bancaseguro que la compañía tiene con Catalunya Banc. Además, BBVA podrá sacar buen provecho a los créditos fiscales.
El FROB, el fondo de rescate español, confiaba en que subastar la entidad catalana en el tercer intento y que no fuera necesaria una segunda vuelta porque la mejor oferta fuese un 50% superior y 200 millones más generosa que la segunda.
En febrero de 2013, Francisco González desveló públicamente que el banco estudiaba la opción de pujar en el segundo intento de subasta de Catalunya Banc “con todo el interés posible”, al igual que había reconocido días antes el Santander. En aquel momento, el banquero argumentó que la experiencia decía que cuando se ofrecía a un comprador un esquema de garantía sobre parte de la cartera de la entidad subastada, las ayudas del Estado se podían reducir. Pero ante la negativa del Estado, a través del FROB, a conceder nuevas ayudas en forma de epa, la subasta quedó desierta y hubo que replantearse una vía alternativa para que Catalunya Banc ganara atractivo.
Narcís Serra y la cúpula de CX, a juicio por subirse el sueldo
Hasta 54 exmiembros del consejo de dirección de Catalunya Caixa fueron imputados el año pasado por un delito de administración desleal, haber aumentado el salario de los miembros del comité de dirección en 2010, cuando la situación de la entidad catalana era crítica y estaba a punto de ser intervenida por el FROB. Ese mismo año CX tuvo que pedir 1.250 millones de euros al fondo de reestructuración.
Entre los directivos imputados está el exministro socialista Narcís Serra, nada menos que presidente de la entidad desde 2005. En su caso, así como el de Adolf Todó, entonces director general, el juez considera que hay indicios de delito por administración desleal porque ellos tenían “poder de decisión” sobre la entidad.
Una entidad que acumula 13.600 millones en ayudas
Desde el momento de su creación, el grupo fruto de la fusión de Caixa Catalunya, Tarragona y Manresa empezó a recurrir a las ayudas públicas y solicitó un préstamo de 1.250 millones con la promesa de que los devolvería. Sin embargo, el tiempo demostró que lejos de retornar un solo euro a las arcas públicas, el grupo era incapaz de cumplir con las exigencias de capital y tras suspender las pruebas de estrés europeas, el Estado acabó dando por perdidos los primeros fondos aportados e inyectándole 1.718 millones más.
Aún así no era suficiente para reforzar un grupo, cuyas cajas habían llevado a cabo una política de riesgos totalmente imprudente, como lamentaron recientemente en el FROB, y que hizo que acabara necesitando 9.084 millones de la ayuda europea a la banca española. Es decir, 12.052 millones, que rebasaron los 13.000 millones al incluir una aportación de más de 1.000 del Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) para dar liquidez a los miles clientes a los que vendió participaciones preferentes y deuda subordinada.
A pesar de todo ello, el Estado se vio obligado la semana pasada a poner otros 572 millones para que Catalunya Banc se quitara de encima casi 6.400 millones de euros en hipotecas tóxicas, pues casi seguro que con ellas encima ningún banco hubiera estado dispuesto a pujar.