El BCE anuncia un nuevo mecanismo para frenar la escalada de las primas de riesgo tras reunirse de urgencia este miércoles “para discutir las condiciones actuales del mercado”. Según el comunicado del Banco Central Europeo, después de una reunión de tres horas de su Consejo de Gobierno, la entidad se compromete “a actuar contra los riesgos de fragmentación”, es decir, ante los riesgos de que haya países que sufran mucho más que otros para colocar su deuda: “La pandemia ha dejado vulnerabilidades duraderas en la economía de la zona del euro que, de hecho, están contribuyendo a la transmisión desigual de la normalización de nuestra política monetaria entre jurisdicciones [países]”.
“A raíz de esta evaluación”, dice el BCE, “el Consejo de Gobierno ha decidido aplicar flexibilidad en la reinversión de los reembolsos vencidos en la cartera de PEPP [el plan de compra de deuda pública lanzado durante la pandemia], con el fin de preservar el funcionamiento del mecanismo de transmisión de la política monetaria, una condición previa para que el BCE pueda cumplir con su mandato de estabilidad de precios [mantener la inflación en torno al 2%]”.
Además, el Consejo de Gobierno ha decidido “acelerar la finalización del diseño de un nuevo instrumento antifragmentación para su consideración por parte del Consejo de Gobierno”. Es decir, un nuevo instrumento de compra de deuda para ayudar a países como Italia y España, mientras se usan las reinversiones de los vencimientos para comprar más a Italia, España y Portugal con el fin de relajar las primas de riesgo.
El anuncio se produce después de que el rendimiento de la deuda a 10 años de Italia subiera por encima del 4% por primera vez desde 2014 esta semana, lo que da indicios de que los inversores no están convencidos de que el BCE pueda aumentar los costes de endeudamiento y mantener los rendimientos de los bonos de los miembros más vulnerables de la región al mismo tiempo.
El encuentro ha tenido lugar después de que las rentabilidades exigidas a los bonos de Italia o España hayan alcanzado esta semana niveles de 2014, por encima del 4% en el caso de la deuda transalpina a diez años y del 3% en el de la española.
No obstante, el rendimiento del bono español a diez años bajaba al comienzo de la sesión de este miércoles hasta el 2,942%, tras concluir la jornada del martes en el 3,098%. Asimismo, el interés del bono italiano a diez años también bajaba notablemente y se situaba en el 3,972%, frente al 4,219% del cierre del martes.
La rentabilidad del bono español a diez años, que hace un año era del 0,395% y que en diciembre de 2020 llegó a entrar en territorio negativo como consecuencia de la intervención del BCE, ha registrado un fuerte aumento desde finales del pasado mes de enero ante el giro de la política monetaria de los bancos centrales en respuesta a la escalada de la inflación.
Por su parte, el bono alemán ofrecía este miércoles una rentabilidad del 1,718%, reduciendo la prima de riesgo de la deuda española equivalente hasta los 123 puntos básicos, tras superar ampliamente los 130 puntos básicos el martes.
La representante alemana en el directorio del BCE, Isabel Schnabel, subrayaba este martes que el organismo no va “tolerar” que se produzca un incremento desordenado de las primas de riesgo. “No vamos a tolerar cambios en las condiciones de financiación que vayan más allá de los factores fundamentales y que amenacen a la transmisión de la política monetaria”, afirmó Schnabel durante su intervención en un acto en París, informa Europa Press.
La semana pasada, el BCE anunció que tiene la intención de subir los tipos de interés en un cuarto de punto en julio, como paso previo a una nueva subida en septiembre para luchar contra la inflación disparada. La institución no ha aumentado los tipos en más de una década. El euro ha subido un 0,6%, a 1,0475 por dólar, tras el anuncio de la reunión.
En efecto, el BCE anunció el jueves pasado una primera subida de tipos de 0,25 puntos en julio, rompiendo la tendencia de la ultima década, y el fin de las compras de deuda pública iniciadas al principio de la pandemia, ante la escalada de precios reflejada en cifras récord de inflación en la eurozona. En todo caso, el BCE afirma en relación con el programa de compras de emergencia por la pandemia (PEPP): “ Las compras netas en el marco del PEPP también podrían reanudarse, si fuera necesario, para contrarrestar las perturbaciones negativas relacionadas con la pandemia”.
“La alta inflación es un gran reto para todos”, sostuvo el Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) la semana pasada, que afirmaba que “se asegurará de que la inflación vuelva a su objetivo del 2% a medio plazo”.
“En mayo, la inflación volvió a aumentar significativamente, principalmente debido al incremento de los precios de la energía y los alimentos, también por el impacto de la guerra”, decía el organismo presidido por Christine Lagarde: “Pero las presiones inflacionarias se han intensificado, con un fuerte aumento de los precios de muchos bienes y servicios”.