El BCE sigue sin ceder a la bajada de la inflación y deja los tipos en el 4,5%, un máximo de 2008
El Banco Central Europeo (BCE) no afloja la presión sobre la capacidad de consumir de las familias o de invertir y contratar de las empresas. El consejo de gobierno de la institución monetaria sigue sin fiarse de la bajada de la inflación y ha decidido este jueves mantener los tipos de interés oficiales en el 4,5%, un máximo de 2008.
“Desde la última reunión en enero, la inflación ha seguido disminuyendo”, reconoce en cambio en su comunicado. “En las últimas proyecciones de los expertos del BCE, la inflación se ha revisado a la baja, en particular para 2024, lo que refleja principalmente una menor contribución de los precios de la energía. El personal ahora proyecta que la inflación promediará 2,3% en 2024, 2,0% en 2025 y 1,9% en 2026”, continúa. El objetivo teórico es, efectivamente, el 2%.
Habrá que esperar a abril (cuando se celebra la próxima reunión sobre política monetaria del BCE) o más bien a junio (cuando tendrá lugar la siguiente, según el calendario de la institución), para ver la primera bajada del 'precio' del dinero referencia en la eurozona.
Es decir, para que los hogares y las empresas sientan el primer alivio en las condiciones de financiación (a través del euríbor, por ejemplo) desde que, en julio de 2022, el BCE emprendiera el ciclo de austeridad monetaria más agresivo de su historia, aumentando los tipos de interés desde el 0% al 4,5% en que los dejó en septiembre, hasta hoy. Una estrategia que busca ahogar a la economía para controlar la inflación y que corre el riesgo de conseguirlo. De hecho, los expertos del organismo han reducido su previsión para el avance del PIB en 2024 al 0,6% para el bloque del euro. España es una excepción en este escenario de estancamiento.
La agresividad del BCE está cada vez más cuestionada, incluso internamente, porque la moderación de las subidas de precios es ya un hecho. En febrero, la inflación se redujo al 2,6% respecto al mismo mes del año pasado en el conjunto de la eurozona (en España fue del 2,8%). Y fuentes del propio BCE han admitido a elDiario.es que los saltos que puedan verse en próximos meses por la retirada de estímulos como la rebaja del IVA de la electricidad (en nuestro país, en marzo ha pasado del 10% al 21%) están contemplados y “son asumibles”.
Sin embargo, el debate entre las posturas más agresivas del consejo de gobierno de la institución (comandadas por Alemania) y las que piensan que “no hay que correr [con las bajadas de tipos], pero tampoco esperar demasiado” sigue enconado. Los 'halcones' siguen pidiendo que se vigilen las mejoras de los salarios y las tensiones de los precios en el sector servicios (sobre todo en los alimentos, en la hostelería o en el resto del ocio).
El principal órgano de la institución monetaria está conformado por los gobernadores de los bancos centrales de cada país del euro (entre ellos el español Pablo Hernández de Cos) y por el comité ejecutivo, al que pertenecen la presidenta Christine Lagarde y el vicepresidente Luis de Guindos, entre otros. “Las proyecciones de inflación excluyendo energía y alimentos también se han revisado a la baja y promedian 2,6% para 2024, 2,1% para 2025 y 2,0% para 2026. Aunque la mayoría de los indicadores de inflación subyacente han seguido disminuyendo, las presiones sobre los precios internos siguen siendo elevadas, en parte debido al fuerte crecimiento de los salarios”, incide el comunicado de este jueves.
“Lagarde ha dicho que el BCE sabrá mucho más en junio [sobre las expectativas de inflación], después de que se hayan publicado datos útiles. Por lo tanto, se puede suponer que cualquier reducción de tipos se pospone hasta junio o más tarde”, comenta Eric Dor, director de estudios económicos del IESEG School of Management.
La hoja de ruta del Banco Central Europeo recogería hasta cuatro bajadas de los tipos de interés oficiales en 2024. El “escenario central” de su consejo de gobierno contempla que el ciclo de recortes del 'precio' oficial del dinero empezaría en junio y lo llevaría del 4,5% actual al 3,5% o 3,25% al cierre del año, según ha podido saber elDiario.es. Pero ni Lagarde, ni ningún otro mandatario la va a confirmar explícitamente todavía.
La razón por la que Lagarde y los suyos han acordado “no atarse las manos” en sus comunicaciones es el temor a un nuevo repunte, inesperado, de la inflación. De hecho, sería ésta la única razón que retrasaría para después de junio la primera bajada de tipos en la eurozona.
“Las condiciones de financiación son restrictivas y los anteriores aumentos de las tasas de interés siguen pesando sobre la demanda, lo que está contribuyendo a reducir la inflación. El personal ha revisado a la baja su proyección de crecimiento para 2024 al 0,6%, y se espera que la actividad económica se mantenga moderada en el corto plazo. A partir de entonces, el personal espera que la economía se recupere y crezca al 1,5% en 2025 y al 1,6% en 2026, respaldada inicialmente por el consumo y luego también por la inversión”, desarrolla el BCE en su informe de este jueves.
De nuevo, será crucial lo que ocurra en Estados Unidos. La Reserva Federal (Fed), el banco central norteamericano, empezó antes y llegó más lejos en su lucha contra la inflación, hasta elevar los tipos de interés al 5,5%. La Fed tomará su próxima decisión sobre el 'precio' oficial del dinero el 20 de marzo, y podría marcar el camino al BCE.
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