El Banco Central Europeo (BCE) ha suspendido las compras de algunos bonos emitidos por la filial financiera de Volkswagen tras el escándalo del fraude de los motores, que ha dilapidado cerca de un tercio del valor bursátil del fabricante alemán y de momento se ha cobrado la cabeza de su hasta ahora presidente, Martin Winterkorn.
La decisión de excluir temporalmente a Volkswagen del programa de compra de bonos del BCE supone un golpe para la financiera del grupo, Volkswagen Financial Services AG, que, según Wall Street Journal, está evaluando si debe efectuar provisiones para reducir el valor de los coches afectados por el fraude que sirven como garantía de los créditos otorgados por esa filial de Volkswagen a los compradores de sus vehículos y a los concesionarios.
La compañía, que es uno de los mayores emisores de deuda de Europa, podría tener que hacer frente así a unos mayores costes financieros y a mayor presión en su capacidad de ofrecer préstamos para aumentar las ventas tras el escándalo. La decisión del BCE se produce después de los comentarios negativos de las agencias de calificación crediticia que podrían tener como resultado un incremento de los costes financieros para Volkswagen Financial Services. Moody's rebajó la semana pasada la perspectiva de la filial a negativa desde estable, citando los “efectos dominó” del escándalo de emisiones de Volkswagen.
Según Financial Times, la revisión del BCE concluirá a lo largo de esta semana, mientras los riesgos para la solvencia de la entidad han crecido notablemente a raíz de las acusaciones, aunque la presencia de organismos públicos alemanes en el accionariado de la compañía reduce el riesgo de un impago.
Volkswagen Financial Services tiene más de 11.000 empleados y activos valorados en 114.000 millones de euros. El año pasado contribuyó al beneficio del grupo automovilístico con 781 millones de euros, el 14% del total. El 15% de sus contratos de financiación tiene su origen en Norteamérica y el 70%, en Europa.