La brecha salarial en una industria feminizada: cuando se paga peor a la maestra de producción que al conserje

Laura Olías

25 de marzo de 2021 22:34 h

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Salario hora de una maestra de fabricación en el convenio de conservas de pescado: 8,33 euros. Se trata de la mayor categoría profesional dentro del proceso de fabricación y recae en manos de mujeres en una amplísima mayoría. Salario base de un conserje: 9,06 euros. Este puesto “sin especial responsabilidad” está ocupado en cambio sobre todo por hombres. A veces la brecha salarial entre hombres y mujeres existe, pero es difícil de mostrar. No es tan burda como pagar distinto a dos trabajadores (hombre y mujer) que ejercen el mismo puesto. Demostrar las desigualdades de género más sutiles y normalizadas es lo que se ha propuesto CCOO en su campaña 'Pescar derechos', que trata de desentrañar y acabar con discriminaciones de género en la industria del pescado.

El sindicato ha presentado este jueves la campaña, acompañada de un estudio que analiza la brecha salarial en el sector mediante una valoración neutra de los puestos de trabajo. Eva Perujuániz, socióloga de la Federación de Industria de CCOO y responsable del informe, ha explicado en qué consiste esta “valoración neutra”: se trata de medir de manera objetiva el valor de los puestos de trabajo, como recomienda la UE y siguiendo la guía del Instituto de las Mujeres.

A través de cuatro grandes factores (conocimientos y aptitudes; responsabilidad; esfuerzo, y condiciones de trabajo), compuestos por varias categorías, la metodología asigna unos puntos a cada una de ellas y permite obtener un valor cuantitativo que “mide” un determinado puesto. La intención del sindicato es que este método sea utilizado en los planes de igualdad de las empresas del sector y ayude a aflorar discriminaciones ocultas y normalizadas.

“La desigualdad salarial viene de una vieja inercia que hay que combatir de forma taxativa”, ha destacado Unai Sordo, secretario general de CCOO, en la presentación de la campaña. Sordo ha recordado que la industria del pescado ha sido un oficio desempeñado históricamente por mujeres y que esto explica en parte sus bajas remuneraciones hoy en día. De las mujeres, pero también de aquellos hombres que se dedican a ella. “Los salarios en este sector se percibían como una especie de complemento salarial para las familias, un complemento del salario de los hombres”, ha recordado.

De la categoría profesional a los complementos

Gracias a la información de los convenios colectivos de la industria del pescado y de 340 encuestas a trabajadores del sector, el sindicato detecta varios focos de discriminación salarial. En primer lugar, la asentada en las categorías profesionales. Esa maestra de fabricación –a la cabeza de este proceso gracias a su experiencia y especialización en la tarea fundamental de la industria– que gana menos que el conserje.

En la tabla que se puede consultar debajo, CCOO calcula el salario base anual. El de una maestra de fabricación en el sector de conservas de pescado alcanza los 14.403,25 euros anuales. Por debajo de todos los puestos masculinizados, salvo el de peón. Por encima están también las remuneraciones de otros puestos “sin especial responsabilidad”, como los denomina el convenio colectivo, como el de conserje y ordenanza.

De la valoración salarial de las categorías profesionales se desprende “una infravaloración del trabajo que desarrollan mayoritariamente las mujeres en el sector”, recoge el informe.

El siguiente foco detectado de brecha salarial radica en los complementos salariales. “Complementos y pluses, con un criterio de adjudicación no demasiado objetivo y del que mayoritariamente se ven beneficiados los puestos y categorías fundamentalmente ocupadas por hombres”, recoge el informe. En concreto, se señalan dos pluses: el de penosidad y el ligado a la productividad.

Pese a que la valoración neutra realizada asigna una mayor penosidad a puestos feminizados de la cadena de producción, como la “sierra, corte” y el “fileteado”, los puestos que cobran en mayor proporción complementos salariales por penosidad son otros, masculinizados, como los de “autoclave-esterilización, personal de calidad” y el personal de “mantenimiento”.

Eva Perujuániz ha destacado el plus de productividad como el que muestra con más claridad la brecha de género. “¿Quiénes lo cobran mayoritariamente? Quienes no producen, los hombres”, ha sostenido la socióloga. El complemento está más presente en puestos de “mantenimiento, almacén, encargados y emparrillador/a”, todos masculinizados. “Sólo encontramos la presencia del puesto feminizado de 'corte' dentro de los puestos un peso significativo dentro de los complementos salariales por producción”, reza el estudio.

Además, el sindicato pone el acento en otro foco de discriminación de base, desde que un trabajador o trabajadora pone un pie en la fábrica. Se trata de un fuerte sesgo de género en el acceso en la industria del pescado, que provoca que los puestos sean altamente feminizados o masculinizados, apenas mixtos. “Cuando alguien entra a trabajar en esta industria, podemos decir que en función sexo ya le ocupan en un puesto de trabajo. Esto es un primer elemento de brecha, a la entrada, porque no todos están igual retribuidos”, ha explicado Perujuániz.

El estudio arroja el siguiente dato: todos los puestos de trabajo por encima de los 1.000 euros al mes son masculinizados, ocupados mayoritariamente por hombres. Ninguno de mujeres, pese a sostener en sus manos el proceso de producción, clave en una industria. Eva Perujuániz destacó también cómo las mujeres son las que más sufren los contratos temporales y a tiempo parcial en esta industria, frente a los contratos indefinidos, que están más asentados en los puestos masculinizados.

Siguiente paso: denuncias ante Inspección y tribunales

Tras esta fase de análisis, CCOO ha iniciado la campaña 'Pescar derechos' para desplegar la acción sindical en varias direcciones. Agustín Martín, secretario general de la Federación de Industria, ha explicado que la inicial consiste en tareas de concienciación para que las trabajadoras del propio sector y la población conozcan esta discriminación salarial menos evidente. Para ello pondrán en marcha un “semáforo” que evalúe la situación de igualdad en las empresas del sector, como ya hizo el sindicato con las cárnicas y su utilización de falsos autónomos.

Además, el estudio y la valoración neutra de puestos de trabajo pretenden servir de guía para la negociación de los planes de igualdad de la industria del pescado, que son una herramienta fundamental dentro de las empresas para mejorar y avanzar hacia la igualdad entre hombres y mujeres.

Por último, Agustín Martín ha advertido de que el sindicato también pretende llevar ante la Inspección de Trabajo y los tribunales aquellas situaciones concretas en las que detecten discriminación salarial en las empresas y en los propios convenios colectivos. Unai Sordo ha confiado en que, al igual que ocurrió con las falsas cooperativas en la industria cárnica, la campaña se salde con mejoras salariales y un cambio de cultura en el sector que combata la alta precariedad.