El fantasma de la recesión se asoma en Bruselas. El comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, ha anunciado este lunes tras el Eurogrupo una “contracción en la actividad económica para los próximos meses”. Eso sí, Gentiloni espera que la zona euro pueda recuperarse después: “La economía se está desacelerando y se avecina una contracción al menos durante los meses de invierno. Si pensamos en los indicadores de frecuencia y de sentimiento económico, lo que vemos es que hay muchos indicios de contracción en la actividad económica para el próximo invierno, para los próximos meses. Es algo en lo que tenemos que trabajar. Tenemos que intentar mantener cifras positivas para el año que viene”.
En este sentido, el comisario italiano se ha agarrado a las buenas cifras de paro, que contrastan con las malas de inflación: “En este momento la muy buena noticia sigue siendo el mercado laboral”.
Ya en septiembre, el escenario “pesimista” del BCE proyectaba un -0,9% del PIB para 2023%, y la semana pasada, la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, asumía daba por hecha recesión, aunque le quitaba importancia por considerarla suave. Después del segundo aumento consecutivo de 75 puntos básicos del BCE en los tipos de interés, Lagarde dijo el pasado jueves: “No creemos que esta recesión sea capaz de domar la inflación”.
Gentiloni, quien presentará el próximo viernes las previsiones económicas de otoño de la Comisión Europea, se ha referido también a los esfuerzos públicos que están haciendo los países para contrarrestar la crisis energética y sus consecuencias en hogares y empresas: “Lo que vemos en 2022 es un impulso fiscal importante, en torno al 2% del PIB, dirigido sobre todo a las medidas destinadas a mitigar el precio de la energía, en torno a un 1,25%. Esta expansión fiscal, que es importante, puede reforzar las presiones inflacionistas, y eso es algo que no queremos. Pero sabemos que intervenir y dar una respuesta a esta situación es algo necesario”. El último dato de Eurostat apunta a un crecimiento del 0,2% en el tercer trimestre y a una inflación del 10,7% en octubre en la zona euro.
Así, Gentiloni ha afirmado: “Entre todos, tenemos que conseguir tres cosas. Primero, que las medidas sean asequibles desde el punto de vista fiscal; segundo, que sean medidas dirigidas a los más vulnerables; y, en tercer lugar, que mantengan las señales de precios”.
Según los cálculos de Bruselas, “la mayor parte de las medidas de ayuda, en torno al 70%, se aplican a todo el mundo o a una mayoría de la población, sin focalizarse, lo cual es un progreso si lo comparamos con las mismas estimaciones que hicimos hace unas pocas semanas. Pero yo creo que se puede seguir progresando todavía, a pesar de que somos conscientes de que la focalización no siempre es algo fácil desde el punto de vista político y técnico, sobre todo cuando uno tiene que reaccionar con mucha rapidez. Tenemos que trabajar juntos para mejorar nuestros resultados, entre otras cosas porque lo probable es que el precio de la energía siga siendo alto en el futuro. Pedimos medidas específicas, tenemos que hacer más si queremos evitar problemas fiscales en el próximo año. La cautela no significa no adoptar medidas dirigidas a la emergencia energética, desde una actitud fiscal de mucha prudencia puede haber excepciones para medidas de apoyo relacionadas con la emergencia energética”.
El vicepresidente económico, Valdis Dombrovskis, ha añadido: “Vamos a publicar el pronóstico económico económico el 11 de noviembre. Va a confirmar la desaceleración de la economía, el debilitamiento de la economía junto con una alta inflación. En lo que respecta a la respuesta presupuestaria, es una combinación delicada de políticas, porque la política fiscal y política monetaria no deberían funcionar con propósitos opuestos. Por lo tanto, no recomendamos un estímulo fiscal de base amplia, sino un enfoque fiscal más prudente con medidas de apoyo temporales y específicas. En cuanto a las medidas de apoyo, también hemos realizado una evaluación de cuán temporales y específicas son las medidas de apoyo adoptadas por los Estados miembros y, lamentablemente, la mayoría de esas medidas no son específicas. Así que discutiremos cómo hacerlo de una manera más específica”.
“No puedo anunciar previamente cifras y detalles de las previsiones económicas de otoño, en unos días vamos a publicar el pronóstico. Puedo darles esta evaluación cualitativa de que indicará un mayor debilitamiento de la economía y confirmará una alta inflación”, ha afirmado el letón: “En lo que respecta a la inflación, esperamos que siga un camino descendente, primero porque los precios de la energía han alcanzado su punto máximo. Y también porque estamos tomando una serie de medidas que intervienen en el mercado de la energía, para que los precios de la energía se ralenticen. Y también, el Banco Central Europeo está haciendo su trabajo en términos de respuesta de política monetaria. Por eso es importante que la política fiscal no contradiga estos esfuerzos por mantener una política fiscal prudente”.
“Creo que estamos en un momento en el que hay que acertar”, ha dicho la vicepresidenta primera española, Nadia Calviño: “El Banco Central Europeo, los distintos gobiernos, tenemos que articular bien nuestras políticas económicas para garantizar que controlamos la inflación sin poner en riesgo el crecimiento económico y la creación de empleo. Afortunadamente, los datos de nuestro país apuntan a que en el mes de octubre ha habido una importante bajada de la inflación. Estamos hablando de una inflación en el entorno del 7%. Esperamos que se mantenga en el entorno de este nivel en los próximos meses y que retome la senda descendente en el año 2023, y todo ello en un contexto de fuerte crecimiento económico y creación de empleo. Los datos de octubre en el mercado de trabajo también confirman la buena marcha del mercado laboral en España, con más de 100.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social. Niveles mínimos históricos de tasa de paro, de tasa de tasa de paro juvenil, de tasa de temporalidad. Todo ello apunta a que la economía española sigue teniendo un crecimiento fuerte, con creación de empleo y empleo de más calidad. Esta tiene que ser nuestra senda, la de seguir conteniendo la inflación, corrigiendo nuestros desequilibrios fiscales, reduciendo el déficit y la deuda pública en ratio de PIB y en un entorno de crecimiento económico y creación de empleo que nos permita, por tanto, seguir generando prosperidad para todos los ciudadanos”.
El ministro francés de Economía, Bruno Le Maire, ha añadido: “Nuestro tema principal sigue siendo la inflación y el aumento de los precios en la zona euro y en toda Europa. La inflación pesa sobre nuestros ciudadanos y nuestras empresas. Nuestro objetivo estratégico debe ser volver a un nivel más bajo de inflación en Europa lo antes posible. Debe existir una perfecta coordinación entre la política monetaria que lleva a cabo el Banco Central Europeo y las políticas presupuestarias de los Estados miembros. También debemos asegurarnos de que exista una perfecta coordinación entre las políticas presupuestarias de los Estados miembros y que todos respeten estricta y rigurosamente el marco común que ha definido la Comisión Europea en materia de ayudas de Estado para apoyar a nuestras empresas”.
En cuanto a las reglas fiscales, sobre las que Bruselas presentará una propuesta este miércoles, el ministro francés ha dicho: “Queremos reglas comunes, queremos responsabilidad estatal y queremos mantener oportunidades de inversión, porque obviamente no puede haber una zona monetaria unida y fuerte sin reglas comunes respetadas por los 19 estados miembros y reglas que se controlen. Sentirse responsable de salir de deudas y volver a las reglas comunes. Y creo que es una buena política dejar que los Estados se hagan cargo de esta reducción de la deuda y la vuelta a la salud de las finanzas públicas”.
El ministro de Finanzas alemán, Christian Lindner, ha señalado por su parte: “La financiación sostenible de los Estados y la reducción de la deuda y el nuevo endeudamiento a medio plazo es crucial para que la política fiscal del Estado no contrarreste la política monetaria del BCE. Y con este entendimiento común, esperamos poder seguir dando forma a la respuesta europea a la inflación. Estamos en una situación inflacionaria, en una unión monetaria común. Las reglas son importantes. Juntos debemos emprender el camino de vuelta a la solidez de las finanzas públicas. Todo el mundo está actualmente haciendo una gran cantidad de deuda. Pero es crucial para la credibilidad de la unión monetaria que todos muestren la salida”.