La Comisión Europea (CE) ha anunciado este martes la apertura de una investigación en profundidad para examinar si la compra de la aerolínea Air Europa por parte del grupo IAG, al que pertenece Iberia, pone en riesgo la competencia. Bruselas ha asegurado en un comunicado que le preocupa que la operación pueda reducir la competencia en las rutas aéreas nacionales españolas y en las internacionales con origen y destino en España para pasajeros.
“Examinaremos cuidadosamente si la operación propuesta afectaría negativamente a la competencia en las rutas nacionales, de corta distancia y de larga distancia con origen y destino en España, lo que podría dar lugar a precios más elevados y a una menor calidad para los viajeros”, dijo en un comunicado la vicepresidenta ejecutiva responsable de la política de Competencia, Margrethe Vestager.
La comisaria recordó que IAG, que opera con Iberia y Vueling, entre otros, y Air Europa son las principales compañías aéreas de España y que son proveedoras fundamentales de conexiones entre España, el resto de Europa y América Latina. “Es importante velar por que la recuperación del sector se produzca en un entorno competitivo que preserve una capacidad de elección suficiente para los viajeros”, añadió Vestager.
IAG y Air Europa son, respectivamente, la primera y la tercera compañías proveedoras de servicios regulares de transporte aéreo de pasajeros en España. Ambas explotan una red de rutas nacionales españolas, así como otras de corta distancia entre España y otros países del Espacio Económico Europeo (EEE) o de fuera de la UE, y rutas de larga distancia entre España y América.
La investigación preliminar de la Comisión reveló que IAG y Air Europa compiten directamente por los servicios de transporte aéreo de pasajeros en España, en particular en varias rutas entre Madrid y los EEUU y América Latina, así como en varias rutas nacionales y de corta distancia, incluidos vuelos de enlace que llevan a Madrid a los pasajeros para que puedan seguir viajando hacia los Estados Unidos y América Latina.
En esta fase, a la Comisión le preocupa que la operación propuesta pueda reducir significativamente la competencia en ciudades de origen y destino dentro de España y hacia o desde este país, entre las que ambas compañías aéreas ofrecen servicios directos.
Hay rutas que solo explotan IAG y Air Europa
La Comisión también teme el efecto de la operación propuesta en las rutas en que otras compañías aéreas dependen de la red nacional y de corta distancia de Air Europa para sus propias operaciones en el aeropuerto de Madrid y en otros aeropuertos de la UE.
Sin los vuelos de enlace de Air Europa, varias compañías aéreas podrían decidir suspender sus servicios a destinos internacionales también explotados por IAG, con lo que se reducirían las posibilidades de elección de los viajeros, según teme Bruselas.
La Comisión Europea dice haber constatado que la competencia de otras compañías aéreas, ni siquiera la de las europeas de bajo coste, ejercería probablemente una presión suficiente sobre la entidad fusionada en las rutas en las que tendría elevadas cuotas de mercado.
También parece insuficiente, añade, la presión competitiva de las compañías aéreas europeas de servicio regular o de las compañías aéreas latinoamericanas. La operación propuesta se notificó a la Comisión en un momento en el que la recuperación del sector de la aviación de las consecuencias de la pandemia de coronavirus sigue sujeta a incertidumbre.
La Comisión ha investigado en qué medida la crisis del coronavirus afectaría a IAG, a Air Europa y al funcionamiento de sus competidoras pero no ha podido determinar si, a largo plazo, las empresas seguirían compitiendo en todas y cada una de las rutas en las que competían antes de la crisis, a partir de la información disponible.
Bruselas investigará ahora en profundidad los efectos de la operación para determinar si es probable que reduzca significativamente una competencia efectiva. La operación propuesta se notificó a la Comisión el 25 de mayo de 2020. IAG y Air Europa han decidido no presentar compromisos, precisó la CE. La Comisión dispone ahora de noventa días hábiles, hasta el 5 de noviembre de 2021, para tomar una decisión. Bruselas recordó que la apertura de una investigación en profundidad no prejuzga el resultado de la misma.