Ofensiva final de Bruselas para que se apruebe el Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la Unión Europea, conocido por sus siglas en inglés, TTIP. La comisaria de Comercio, Cecilia Malsmtrom, anunció en rueda de prensa la propuesta que Europa hará a Estados Unidos para instaurar un mecanismo de resolución de disputas en el marco de este acuerdo que esté inspirado en las actuales cortes internacionales de justicia y no en arbitrajes al uso en los tratados de comercio. Hasta ahora se había propuesto, y votado en el Parlamento Europeo varias veces con resultados poco favorables, un mecanismo de arbitraje que se conocía por sus siglas en inglés ISDS (Investor-State Dispute Settlement) y que suponía que árbitros procedentes del sector privado dirimieran conflictos entre Estados y empresas.
La revuelta en la bancada del grupo socialdemócrata, que aseguró que no votaría a favor del TTIP si no se introducía una dimensión pública al mecanismo, con jueces de carrera y audiencias públicas, devolvió la propuesta a los corrales y ha obligado a la Comisión, en conversación con los estados miembros, a pasar el verano reinventando la fórmula para que logre superar este curso.
Ante la prensa, Malsmtrom ha asumido que la forma en la que se había planteado el ISDS había alejado a la opinión pública del tratado y había generado una profunda desconfianza. La comisaria espera recuperar crediblidad con esta propuesta que debe ser ahora aceptada por EEUU, por lo que puede cambiar en su resolución final. Le han cambiado hasta el nombre al mecanismo que ahora será una Corte de Inversión y que según la sueca impartirá lo más parecido a la Justicia pública que se administra en los Estados de la Unión Europea.
En este sentido, para formar parte del tribunal se exigirá ser juez o una experiencia acreditada asimilable que ya se recoja en los organismos de Justicia actuales (y que cubra a aquellos Estados que no tienen una figura de juez al uso). Además, los nombramientos de estos jueces se harán por parte de la UE y de EEUU y se anunciarán con anticipación. Habrá audiencias públicas, consultas online y se garantizará que no haya conflictos de interés. Además se crea un tribunal de apelación que funcionará como el actual que rige en la Organización Mundial del Comercio (OMC).
Ante las dudas sobre la legitimidad de que una Corte imparta Justicia entre un país soberano y una empresa privada, Malstrom ha explicado que existen discriminaciones (a empresas extranjeras) por parte de Gobiernos democráticos y que lo que busca el tribunal es una compensación económica y en ningún caso que el Estado soberano cambie la ley. Así, un inversor podrá denunciar a un Estado ante este nuevo tribunal por razones de discriminación de género, raza, religion, por nacionalización o por expropiación.
La comisaria ha asegurado que la propuesta que llevan ahora ante Estados Unidos cumple con todos los requisitos de la ley europea y espera que sea un revulsivo para que se apruebe el acuerdo.
La nueva Corte además será el mecanismo de disputa utilizado en otros tratados de comercio que firme Europa, y podría afectar incluso al de Canadá. Además, la Unión Europea trabajará para crear una Corte Internacional de Inversión de acuerdo con otros países para que regule el resto de acuerdos que se firmen.