Con toda su anterior cúpula juzgada, y ahora condenada, por las tarjetas black, Bankia busca dejar atrás uno de los capítulos más oscuros de la compañía y del sector financiero español. Lo hace con la intención de ser un banco profesional, que se quite el sanbenito de aquella época. Pero no es el último terremoto que le queda a la entidad. La otra gran causa judicial, que investigará la salida a Bolsa a partir de noviembre, y la privatización marcarán el próximo año de la empresa que hoy preside José Ignacio Goirigolzarri.
La investigación de las black se inició por una información exclusiva de eldiario.es publicada el 13 de diciembre de 2013. Esa información destapada por eldiario.es durante la investigación de los correos de Blesa provocó una auditoría interna en la actual Bankia, que confirmó el escándalo y lo envió a la Fiscalía Anticorrupción. Los correos de Miguel Blesa, presidente de Caja Madrid llegaron a la redacción de eldiario.es a través de una fuente anónima derivada por la plataforma ciudadana Xnet.
El Estado se mantiene como el accionista mayoritario del grupo, a través del Fondo de Reestructuración y Ordenación Bancaria (FROB), que ostenta más del 60% del capital. Según el plan inicial, el organismo que gestionó el rescate financiero en 2012 debería salir del accionariado de la compañía a finales del próximo ejercicio.
El Gobierno inyectó 22.400 millones de euros en el rescate a la entidad financiera. De ese total, a través de dividendos y de dos ventas de participaciones, la última en diciembre de 2017, el FROB ha recuperado apenas 2.800 millones. Así, todavía faltan unos 19.500 millones por recuperar. Sin embargo, la participación del organismo en la entidad, apenas supone 6.848 millones.
El valor en Bolsa actual de Bankia es de 3,6 euros por acción, pero pese a haber encadenado unas semanas de subidas, todavía se encuentra por debajo de los más de 4 euros con los que empezó el año. La compañía ha sufrido, al igual que el resto del sector, un mal 2018 en el mercado por el retraso en las expectativas de las subidas de tipos de interés del BCE. Sin embargo, en el caso de Bankia hay una presión extra respecto a sus competidores. Los analistas consideran que el hecho de tener la nube de la privatización encima y ser una de las entidades que más está afectada a los tipos de interés bajos lastran todavía más su valor bursátil. Sin tener en cuenta los dividendos que reciba en este periodo, el Estado necesitaría que el valor por acción fuera de 10,40 euros, un nivel que nunca ha alcanzado la compañía.
Así, la ministra de Economía, Nadia Calviño, reconoció este mismo mes que pese a que el objetivo es la privatización, “no es momento para planteárselo por los bajos precios” y que se tiene que trabajar por “maximizar la recuperación de las ayudas”. “Más que correr, lo importante es recuperar ayudas públicas”, aseguró.
Uno de sus predecesores en el cargo, Luis de Guindos, llegó a asegurar a comienzos de este año tras dejar el Ministerio, que había que privatizar Bankia “cuanto antes”. Sin embargo, tanto Calviño como Román Escolano, quien sustituyó a De Guindos, han mostrado más cautela, ya que en la situación actual las pérdidas para el Estado serían millonarias.
Pese a esta situación y a la intención de ampliar en la medida de lo posible la amortización del rescate, el Ministerio mantiene los planes de salida en 2019 y apunta que no se ha planteado todavía su ampliación.
En esta idea ha incidido también recientemente el propio presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, quien señaló que “no parece el mejor momento”. Sus rivales en el sector bancario apuestan sin embargo por una Bankia privatizada más pronto que tarde. “No creo en los bancos públicos, cuanto antes se privatice, mejor”, aseguró Francisco González, presidente de BBVA, en una entrevista con ABC hace unas semanas. En esta línea se han movido también otros directivos del sector.
En cuanto al negocio, Bankia es en la actualidad la quinta mayor entidad de España por volumen de activos, superando los 208.000 millones de euros, y la cuarta en capitalización bursátil, con unos 11.000 millones. La empresa se encuentra inmersa en la integración de BMN, entidad con la que se fusionó el pasado año, en una de las últimas operaciones de concentraciones financieras en España, y tras la cual tiene abierto un ERE para 2.000 personas.
La empresa se encuentra además desarrollando un plan estratégico hasta 2020, periodo en el cual pretende multiplicar el reparto de dividendos. De decidir Economía mantener su participación en Bankia, podría recibir 1.500 millones de euros, según las previsiones de la entidad. Otros de los puntos de esta estrategia supone dirigir a la empresa a nuevos nichos y reducir su exposición al mercado hipotecario, uno de sus principales lastres durante la crisis económica.