Lo dijo este jueves por la noche el presidente francés, Emmanuel Macron: “Tenemos que reducir nuestra dependencia sobre el gas ruso”. Y el propio Gobierno ruso lo ha dicho después de la decisión alemana de congelar el gasoducto Nord Stream 2 tras el ataque ruso a Ucrania: “Ahora Europa tendrá que pagar mucho más por el gas”.
España lleva muchos meses pidiendo a la Unión Europea una reforma del mercado energético, junto con países como Francia, para evitar que el disparado precio del gas impacte tan directamente en la factura de la luz de las familias. Hasta ahora, la respuesta de la Comisión Europea y del resto de socios no ha sido positiva.
Pero ahora hay una guerra en Europa que impacta directamente en el precio de los combustibles fósiles, en tanto que Rusia es uno de los principales exportadores de gas y petróleo a Europa.
Con las bolsas arrastrando caídas y los precios energéticos en escalada, se reúnen este viernes en París los ministros de Economía de la UE (Ecofin) para analizar las consecuencias de la invasión rusa sobre Ucrania que, como ya ha dicho el comisario de Economía, Paolo Gentiloni, “aumenta las incertidumbres” y se cuela en el debate abierto sobre la reforma de las reglas fiscales, en el sentido de reforzar las posiciones de la flexibilidad para evitar asfixiar la recuperación tras la pandemia.
Así, la vicepresidenta primera de España y ministra de Economía, Nadia Calviño, ha afirmado que, aunque “España tiene una menor exposición” a la economía rusa que otros países de la UE “las relaciones están muy centradas en el ámbito de los hidrocarburos”, y, en todo caso, pedirá a la UE “poner en marcha una serie de medidas de apoyo, sobre todo al sector agroalimentario”, para que las sanciones europeas o las posibles respuestas rusas “no tengan un impacto negativo sobre la economía europea”.
Calviño reconoció que el conflicto “tiene un impacto negativo desde el punto de vista de la incertidumbre y la volatilidad de los mercados”, y apostó por “medidas eficaces de apoyo” para evitar que se ponga en riesgo la recuperación económica.
Calviño insistió también en la posición del Gobierno español a favor de una “acción decidida” para reformar las normas europeas en el sector energético y que la actual escalada de precios no afecte a los ciudadanos y las empresas.
Esta semana, Calviño y la vicepresidenta tercera y ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, enviaron una carta a la Comisión Europea pidiendo que aceleren la reforma del sistema de fijación de precios de la energía.
“Hoy reforzaré el mensaje de la carta para asegurar que el marco normativo comunitario permite tener instrumentos para amortiguar el impacto negativo sobre las familias y las empresas europeas, que al final está resultando en una transferencia de rentas a Rusia que está agrediendo la propia esencia y valores de la UE”, ha afirmado Calviño.