Nueva Delhi, 11 dic (EFE).- Miles de campesinos se afanaban este sábado en desmontar las acampadas en torno a Nueva Delhi en las que han protestado de forma continua desde hace más de un año contra una reforma agraria, en un ambiente de victoria después de que el Gobierno aceptara sus demandas.
“¡Preparativos en marcha para dar una gran bienvenida a los campesinos! Se están haciendo preparativos en las aldeas en Punjab, Haryana, Uttar Pradesh y Rajastán para dar la bienvenida y celebrar el regreso de los valientes agricultores que se hicieron con la victoria tras un año”, dijo en Twitter el Samyukt Kisan Morcha (SKM), una organización que reúne a decenas de sindicatos agrícolas.
En Ghazipur, uno de los varios puntos de acceso a la capital ocupados desde hace algo más de un año, la televisión delhí NDTV mostró a los manifestantes estaban atareados hoy en desmontar las estructuras de metal y bambú que les han servido de refugios improvisados contra el calor, el frío y la lluvia.
Los sindicatos agrícolas detrás de las protestas anunciaron el pasado jueves el fin de las manifestaciones, aunque formalmente la retirada comenzó a partir de hoy.
La decisión llegó después de la decisión del Gobierno de Modi de derogar tres leyes que buscaban liberalizar el comercio agrícola, que fueron aprobadas hace algo más de un año por el Parlamento indio pero cuya entrada en vigor fue suspendida por el Tribunal Supremo.
La intención del Gobierno era reformar profundamente la comercialización de productos agrícolas y el mercado, relajando una serie de reglas sobre el precio mínimo de venta, el almacenamiento y la negociación con la industria.
Los agricultores sin embargo consideraron que esto dejaría en manos de las grandes empresas el control del comercio, oprimiendo aún más a los granjeros, que son la mayor fuerza de trabajo de la India.
Esto provocó inmediatamente uno de los mayores movimientos de protesta a los que ha debido enfrentarse el primer ministro, Narendra Modi, y la marcha de miles de campesinos hacia Nueva Delhi.
Ademas de la anulación de las leyes, los campesinos tenían una serie de demandas que incluía la revisión de los precios mínimos de venta sobre la producción, una política gubernamental creada para proteger el valor de las cosechas ante la fluctuación del mercado.