El comisario europeo de Acción por el Clima y Energía y exministro del PP, Miguel Arias Cañete, ha vaticinado este viernes un panorama “muy complicado” para las eléctricas europeas por las enormes inversiones en redes que deberán acometer en los próximos años, que la Comisión Europea cifra en un billón de euros, y ante los sistemas tarifarios en vigor, que ha instado a liberalizar. Cañete ha expuesto su visión sobre la Unión energética europea en una charla en la sede en Madrid de la Fundación de Análisis de Estudios Sociales (FAES), con su presidente, José María Aznar, como maestro de ceremonias. Para Cañete, el think tank del PP es “una casa que también es suya porque desde sus comienzos ha sido patrono de esta fundación”, ha recordado Aznar.
Sentado a la izquierda del expresidente del Gobierno y en presencia de, entre otros, Borja Prado, presidente de Endesa, la eléctrica a la que asesora Aznar, Cañete ha dibujado “un panorama ciertamente preocupante” para la UE en materia de seguridad energética. Ha instado a “empezar a ver qué pasa con el sistema de formación de precios y tratar de eliminar los precios regulados” de la electricidad, “un tema que no es menor” y que es uno de los tradicionales caballos de batalla de la Comisión. En el caso de “los precios que están por debajo de coste”, Bruselas, ha recordado, puede actuar si considera que se trata de ayudas de Estado.
Respecto a las renovables, ha abogado por “buscar sistemas de apoyo” que sean “más orientados al mercado para que no haya distorsiones en la competencia” sin repetir “los errores del pasado”: “Hemos logrado el desarrollo tecnológico pero con unos costos muy muy importantes”. Y ahora ya “hay tecnologías muy maduras pero hay otras” que todavía “van a necesitar apoyos”.
La “explosión” de estas fuentes plantea “dos problemas”, según Cañete: la necesidad de más interconexiones para evacuar la energía que sobra en momentos de elevada producción y “ver cómo se plantea” la retribución de las fuentes tradicionales (esencialmente centrales de gas natural) que le sirven “back up”. El “problema de los pagos por capacidad” a estas tecnologías de respaldo es “para mí una pesadilla”, porque “en cada país se apoya de una manera”, ha subrayado.
Cañete, que ha recordado que ha sido ministro de medio ambiente “una temporada”, se ha mostrado “convencido” de que “la lucha contra el cambio climático es el desafío más grande que tiene planteado el mundo en este siglo” y ha señalado que “la evidencia científica no cuestiona” que hay que frenar el incremento de las temperaturas. Ello “va a exigir un acuerdo global” en la cumbre del Clima de París prevista para el próximo diciembre“.
El español ha asegurado que conciliar sus dos carteras, la política climática y energética, “no es tan complicado”, si se compara con la tarea de armar un mercado de la energía plenamente integrado. El comisario ha abogado por la diversificación de fuentes de suministro ya que, ha recordado, Europa importa un 53% de la energía que consume con un coste de 1.000 millones de euros diarios. En el mayor importador de energía del mundo, hay seis Estados que dependen de un único proveedor “y por tanto son absolutamente vulnerables. Por ello, ha insistido en su propósito de ”desarrollar una estrategia“ en el ámbito del gas natural licuado, teniendo en cuenta el potencial de las plantas regasificadoras”. España, que tiene la mitad de las plantas de este tipo en Europa, “puede convertirse en un hub mediterráneo” siempre que se refuerce la interconexión con Francia, que es “nula”.
Tras la charla, como manda la norma en FAES, Aznar ha instado a los periodistas a abandonar la sala de cara al coloquio posterior. Antes de la intervención de Cañete, el expresidente del Gobierno pidió un minuto de silencio en memoria de las víctimas de la tragedia aérea de los Alpes franceses.
Al acto asistieron, además de Prado (que se marchó tras la charla de Cañete), otras personalidades relacionadas con el sector energético como Fernando Becker, máximo responsable de Iberdrola España y ex consejero de la Junta de Castilla y León con el PP; Pedro Miró, consejero delegado de la petrolera Cepsa; Andrés Seco, director de Operación de Red Eléctrica; la exministra de Exteriores Ana Palacio, actual consejera de Enagas; la secretaria general de la patronal gasista Sedigas, Marta Margarit; o Marina Serrano, del bufete Pérez Llorca y exconsejera de la Comisión Nacional de la Energía (CNE).