Carlos Slim está a punto de tomar el control de una compañía centenaria en España, FCC. Este magnate mexicano lleva invirtiendo en el país desde hace ya dos años. Pero, ¿Quién es este magnate mexicano que pasa sus vacaciones en Avión (Ourense) que ha disputado el puesto de hombre más rico del mundo con Bill Gates y Amancio Ortega?
Hijo de un inmigrante libanés en México, los coqueteos empresariales de Carlos Slim se remontan a su infancia cuando su padre le obligaba a apuntar en cuadernos sus compras. Más tarde, los cimientos de su imperio empresarial se forjaron en los años 80 durante la crisis de deuda mexicana cuando aprovechó para invertir en activos a bajos precios y comenzó una serie de inversiones con las telecomunicaciones como punto de partida. Creó entonces un grupo de inversiones bautizado como Carso. El empresario mexicano comenzó a diversificar sus inversiones en Latinoamérica para posteriormente ampliar su área de inversión a todo el mundo. En España, Slim es ahora el máximo accionista de FCC -donde está preparando su asalto al control total- y de Realia, donde ya ha lanzado una oferta por el 100% de la inmobiliaria. Pero además, es accionista de Caixabank y controla el Real Oviedo. En el terreno internacional, en 2008 entró en el accionariado del periódico The New York Times.
Carlos Slim ha coqueteado durante varios años con la primera posición de la lista de los más ricos del mundo. Sin embargo, los cambios regulatorios en materia de telecomunicaciones en México hicieron que su fortuna disminuyera en 20.000 millones el año pasado lo que le hizo descender hasta el quinto puesto según los datos que maneja Bloomberg. Las acciones de América Móvil -el gigante de las teleco que es el cuarto actor del sector a nivel mundial- sufrieron el mayor descenso desde 2008 debido a un cambio regulatorio con la entrada en vigor de la ley antimonopolio mexicana que impulsó la entrada de otros grandes operadores como la estadounidense AT&T.
Entre las operaciones más visionarias realizadas por Slim se encontró una inversión del 3% en Apple en 1997. Antes de ser el gigante empresarial en el que se convirtió, el inversor mexicano decidió comprar acciones en la compañía de la manzana en medio de tiempos turbulentos. Lo hizo antes de que Steve Jobs volviera a la empresa y lanzara el iMac, el ordenador que popularizó a la compañía y la elevara a la categoría de gigante tecnológico. Con esta operación, Slim consiguió una revalorización que multiplicó por cinco su inversión desde los 18 euros hasta los 100.
De hecho, la estrategia de Slim ha ido casi siempre encaminada en ese sentido: encontrar activos baratos y comprar a precio de ganga aquellas empresas que veía que se podían revalorizar. En general, esta es la táctica que está siguiendo en España donde ya controla la inmobiliaria Realia -que estuvo dos años con el cartel del se vende sin que nadie la quisiera- y ha lanzado ahora una oferta por el 100% de la misma a unos precios cercanos a mínimos en bolsa.
Además, el millonario mexicano está ahora preparándose para controlar el 100% de FCC donde tiene ya un 27% del capital de la empresa tras haber llegado a un acuerdo en noviembre de 2014 con la tradicional socia de control, Esther Koplowitz. En ese momento, ambos accionistas llegaron a un pacto para que ninguno de los dos superara el porcentaje del 29,9% por el que están obligados a lanzar una oferta de compra por el 100%. Este viernes 5 de febrero, FCC comunicó a la CNMV que las condiciones del pacto habían cambiado, en un giro necesario para que Slim pueda controlar la constuctora. Las acciones de la empresa cotizan alrededor de los 6,7 euros cuando llegaron a estar en máximos de 83,9 euros antes de la crisis financiera.
En España, Slim tiene también participación en La Caixa, donde entró en el accionariado en 2011 tras comprar una participación en Criteria antes de convertirse en Caixabank. El millonario mexicano continúa siendo accionista de la entidad y ocupa un puesto en el patronato de la Fundación La Caixa. Slim tiene además una participación mayoritaria en el Real Oviedo.
Los orígenes del imperio
Este licenciado en ingeniería civil por la Universidad Nacional Autónoma de México fue inculcando el germen de los negocios en sus hijos -Slim es viudo y tiene cuatro hijos- que son directivos dentro del grupo Carso. Un conglomerado empresarial que ha ido creciendo desde que se creó en 1980 bajo su primigenio nombre de Grupos Galas -cambió su nombre a Carso en 1990- hasta tener divisiones que van desde el consumo (con el Grupo Sanborns) hasta la construcción pasando por las telecomunicaciones.
América Móvil es el monstruo que se creó a partir de la privatización de Telmex -la operadora pública mexicana- en medio de la crisis de deuda que atenazaba al país en 1982, el punto de partida del imperio que poco a poco ha ido creando Slim. Una privatización rodeada de críticas porque en la práctica supuso la creación de un monopolio de las telecomunicaciones -las normas de la privatización garantizaban siete años de monopolio- en el país centroamericano. En un primer momento Slim junto con France Telecom y SBC Communcations se hicieron con el control del 53% de la compañía, para posteriormente aumentar su participación hasta que el estado mexicano se deshizo del restante en 1991.
Los siguientes pasos de Carlos Slim tras aprovechar la privatización de las telecomunicaciones en México fueron dirigidos a incrementar su peso en la región mientras seguía incrementando su fortaleza en su país de origen a través de compras de empresas de otros sectores. Aprovechando la crisis de las puntocom en el año 2000 se dedicó a adquirir empresas -o participaciones- de las que habían quebrado. Entre ellas, se hizo con parte de AT&T Latin America a partir de la cual desarrolló su negocio en la zona.