El pasado 23 de diciembre la Seguridad Social publicó el informe de ejecución presupuestaria en el periodo enero-noviembre de 2021, con unos ingresos –derechos reconocidos– por cotizaciones de 118 millardos de euros, lo que representa un incremento del 7,9% con respecto a 2020 y del 4% respecto a 2019.
Para valorar la importancia económica de esta cifra, recuérdese que es algo superior a los pagos realizados por pensiones públicas en el mismo periodo (117.000 millones de euros) y que los ingresos tributarios en igual periodo ascienden a 207.000 millones.
El crecimiento del 7,9% se produce en un escenario de práctica estabilidad normativa, ya que sólo desde el 1 de septiembre se incrementan las bases mínimas de cotización en un 1,6%, como resultado de la subida del Salario Mínimo Interprofesional, pero se mantienen la base máxima y los tipos de cotización.
El notable crecimiento del 9,3% en las cotizaciones sociales de los ocupados es tanto más sorprendente si se tiene en cuenta, como afirma la nota de prensa de la Seguridad Social, que estas cotizaciones se encuentran todavía afectadas por las exoneraciones a los trabajadores acogidos a ERTE, que restan 1.952 millones de euros hasta el 30 de noviembre.
Si el crecimiento de las cotizaciones en diciembre iguala al de noviembre, el año se cerrará con 129.000 millones, lo que significa un crecimiento del 7,7% respecto a 2020 y del 4% respecto a 2019. Como los ingresos de 2019 representan el máximo histórico de las cotizaciones, ya puede afirmarse que en 2021 se batirá el récord recaudatorio por cotizaciones sociales.
Además, como la previsión de ingresos por cotizaciones en 2021 contenida en el Libro Amarillo del Presupuesto de 2022 ascendía a 125.000 millones, también puede afirmarse que las cotizaciones sociales superarán la previsión en 4.100 millones de euros.
Como los ingresos tributarios van a superar en 4.670 millones de euros la cifra prevista para 2021 (como ya se contó en España batirá este año su récord de ingresos fiscales publicado en elDiario.es), la suma de impuestos y cotizaciones sociales superará en unos 8.800 millones de euros la cifra prevista para 2021 en el Libro Amarillo del Presupuesto de 2022. Las previsiones presupuestarias no sólo han sido realistas sino que pueden ya calificarse de prudentes.
La Seguridad Social publica cifras de afiliación, pero no de los salarios y otras rentas sujetas a cotización. Los afiliados crecen un 2,4% entre enero y noviembre, superando la media de 2019 y marcando también un máximo histórico. Para los salarios disponemos de la serie trimestral de la Agencia Tributaria que excluye a los empleados del hogar y está referida al Territorio Común.
Con los salarios de la Agencia Tributaria, que cubren hasta el tercer trimestre de 2021, y las cotizaciones sociales de los trabajadores en Régimen General, que se conocen hasta noviembre de 2021, puede estimarse el crecimiento de los costes salariales de los empleadores (empresas y administraciones públicas) en 2021.
El tipo efectivo de cotización (cotizaciones sociales en porcentaje de los salarios) crece un 1,7%, reflejando el incremento ya citado de las bases mínimas que se produce el 1 de septiembre.
El crecimiento del 7,1% obtenido para 2021 en los costes salariales de los empleadores contrasta con el crecimiento del 5,3% que la Contabilidad Trimestral del INE estima para la Remuneración de los Asalariados en los tres primeros trimestres del año. Este es otro indicio de la infraestimación del crecimiento nominal de la economía en 2021 en el que, a mi juicio, incurre la Contabilidad Nacional del INE.