Sicav y socimis son los dos vehículos de inversión que han sido puestos en tela de juicio en los últimos meses por su escasa fiscalidad. Las primeras, tributan a un 1% del impuesto de Sociedades, y las segundas, al 0%. Por ello, Unidos Podemos ha propuesto recientemente subir los impuestos a ambas estructuras societarias, para destinarlo a políticas de vivienda.
Las sicav tienen más recorrido histórico en España. Creadas en los años ochenta, siempre han creado opiniones enfrentadas, por el uso que han dado algunos grandes patrimonios a sus ventajas fiscales. Sin embargo, en los últimos años se ha intensificado el debate político al respecto, lo que ha levantado incertidumbre entre los inversores, que ven peligrar los privilegios que aportan las sicav.
Tal es así, que los inversores han comenzado a dar salida a su dinero de estos vehículos y destinarlo a otras vías. Las cifras son claras. En los últimos tres años han salido 3.000 millones de euros de estas sociedades, han desaparecido 577 sicavs y hay 30.000 accionistas menos, según datos de Inverco, la organización que engloba a las instituciones de inversión colectiva.
Actualmente, existen algo más de 2.700 sicav en España con 431.000 accionistas que suman un patrimonio superior a los 31.000 millones de euros. Tras alcanzar el pico más alto en 2015, la tendencia a la baja ha sido constante. Solo en el último año el patrimonio se ha recortado en más de 700 millones de euros, han desaparecido 170 sociedades y casi 20.000 accionistas.
Carlos Magán, miembro de Analistas Financieros Internacionales (AFI), liga este declive a que hacia 2015 se empezó a poner sobre la mesa de manera seria en el debate político la idea de limitar o eliminar las sicav, “especialmente por partidos de izquierdas como Podemos”. “Desde entonces ha habido un goteo a la baja, gente que prefiere liquidar la sociedad o convertirla en un fondo de inversión”, apunta Magán.
En esta misma línea se ha situado Sebastián Albella, presidente de la CNMV, que esta semana apuntaba a la “incertidumbre sobre su futuro” como causa para la reducción de la inversión en estos vehículos. Sin embargo, el responsable del organismo supervisor aseguró que “no le consta que vaya a haber cambios” por parte del actual Gobierno, pese a la petición de Unidos Podemos.
Magán señala que la caída no ha sido importante, “en torno al 2%” al año. Sin embargo, considera que lo más significativo es que disminuye cuando el patrimonio de los fondos de inversión no deja de crecer. Entre agosto de 2015 y el octavo mes de este año, últimos datos disponibles en Inverco, los fondos españoles han incrementado su patrimonio en 55.000 millones de euros, un 25% más.
Las sicav son vehículos de inversión colectiva, es decir, gestionan, según marca la normativa, el patrimonio de varios inversores. La diferencia con un fondo de inversión es que se constituyen en sociedad, con su consejo de administración y su junta de accionistas, según explica Magán.
La regulación obliga a que estas sociedades tengan un mínimo de 2,4 millones de euros de patrimonio y 100 accionistas. Sin embargo, es común que las sicav tengan un accionista mayoritario y el resto con intereses menores, a los que se les conoce en jerga financiera como mariachis. De este modo, este mayor accionista tiene el control de la sociedad y toma las decisiones, desvirtuando el origen de estos vehículos. Ocurre algo similar en las socimis. La regulación también obliga a que haya varios socios y, en la práctica, ocurre que algunas de estas sociedades están controladas por un propietario con el 97 o el 98% de las acciones.
“El problema es la mala utilización que se puede hacer, por ello consideramos que tiene que contar con controles adicionales para evitar este un uso indebido”, añade el analista. Se refiere a que se utilice en ocasiones como un instrumento para invertir un único patrimonio, algo que la ley no permite.
Hacia otros vehículos o hacia Luxemburgo
El experto descarta que este “goteo” de salida de sicavs se esté produciendo por un tema de rentabilidades. “Son las mismas que un fondo de inversión”. En su opinión, hay distintos casos, como aquellas que se crearon en el boom previo a la crisis y que consideran que ya no les compensa o aquellos grandes patrimonios que ven mejores rentabilidades en volver al ladrillo que en los mercados financieros.
Pero hay un tercer caso, según Magán. El analista apunta que hay sicavs, especialmente los mayores patrimonios, que se desplazan a Luxemburgo. En el ducado centroeuropeo existe una legislación sobre las sicavs que sí permite que estén compuestas por un único patrimonio.
En este sentido, la Ministra de Hacienda, María Jesús Montero, aseguró este jueves que se está estudiando la posibilidad de trasladar la supervisión de las sicav de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) a la Agencia Tributaria. “Estamos viendo la posibilidad de que vuelvan a la Agencia Tributaria, y de meter mayores controles, mayores mecanismos de regulación, al objeto de que efectivamente destinen su trabajo a aquello para lo que se han diseñado y que no sirvan para ocultar rentas o para tener alguna actividad que sea opaca al fisco” aseguró en una entrevista en Antena 3.
La ministra apuntó que no está sobre la mesa la supresión de estas sociedades, al considerar que pueden jugar un papel en la economía española. Sin embargo, Montero advirtió que en ocasiones estos instrumentos se han convertido en vehículos para el fraude fiscal.
En la actualidad, el grupo Banco Santander es el líder destacado en la gestión de todas estas sociedades de inversión. Según datos de Inverco, hasta agosto contaba con 5.330 millones de euros de de patrimonio en sus 475 sicavs gestionadas. Le sigue el grupo Banca March, con 3.200 millones en 120 sociedades. Cierra el podio BBVA con algo más de 3.100 millones en 318 sicavs. Otros de los grandes grupos son Bankinter, Sabadell, Credit Suisse o UBS.