Parece una obviedad, pero la crisis mundial del empleo continúa: en 2012, el número de personas en paro aumentó en 4,2 millones hasta cerca de 197 millones de desempleados, según el informe sobre tendencias mundiales del empleo que ha hecho público la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Un cuarto de este incremento tuvo lugar en las economías desarrolladas, golpeadas por una crisis económica y financiera que las medidas de austeridad extrema ha empeorado, como constata el propio informe. Las perspectivas de futuro de la OIT no son precisamente optimistas, ya que considera que la paulatina recuperación económica no será suficiente para frenar el paro, que podría llegar a los 210 millones de personas en todo el mundo en los próximos cinco años.
En Europa, las tasas de paro continurán creciendo a lo largo de este año y sólo comenzaran a descender “lentamente” a partir de 2014. Las condiciones económicas propias de una recesión han hecho que el ritmo de creación de empleo haya descendido y que, por tanto, las oportunidades de unas persona que se queda en paro de volver rápidamente al mercado laboral, empeoren considerablemente. La OIT señala que, como consecuencia, el paro de larga duración (las personas que llevan más de un año en busca de un empleo) se ha incrementado.
“La incertidumbre en torno a las perspectivas económicas, y las inadecuadas políticas que se han implementado para lidiar con ello, han debilitado la demanda agregada, frenando así las inversiones y la contratación. Esto ha prolongado la crisis del mercado laboral en varios países, reduciendo la creación de empleos y aumentando la duración del desempleo aún en algunos países que antes tenían tasas de desempleo bajas y mercados de trabajo dinámicos”, dice el Director General de la OIT, Guy Ryder.
Si por algo menciona el informe a España es por el paro juvenil, que llega ya al 57% entre los menores de 25 años. La OIT asegura que el desempleo juvenil, que ha empeorado enormemente desde el comienzo de la crisis, no tiene de momento visos de mejorar. “Alguna gente joven ha empezado o vuelto al sistema educativo para adquirir nuevas habilidades y tratar así de mejorar sus oportunidades en el mercado laboral. Otros han abandonado por completo el mercado o están aumentando su frustración en su búsqueda de empleo sin, sin embargo, volver a la educación”, dice el informe, que señala que este último grupo ha aumentado en los últimos años y seguirá aumentando mientras los países europeos sigan en recesión.
Ryder, muy crítico con la máxima de la austeridad a toda costa que impera en Europa, lanza algunas declaraciones que bien podrían ir dirigidas específicamente a España. “Muchos de los nuevos puesto de trabajo requieren de competencias que las personas que buscan trabajo no tienen”, asegura Ryder, que reclama a los gobiernos que intensifiquen los esfuerzos en la recualificación y formación de los parados, especialmente de los jóvenes.