España tiene hoy menos personas en paro que antes de la pandemia, pero cuando se miran los datos al detalle se observan algunas cifras preocupantes. El desempleo de larga duración, aquel que supera el año, y sobre todo el paro de larguísima duración, que se extiende más allá de los cuatro años, están por encima de los registros previos a la irrupción del coronavirus. Hay por tanto un desempleo que se cronifica, especialmente en algunos territorios de España, para lo que CCOO ha reclamado revisar las políticas para este colectivo.
El sindicato ha publicado su último informe sobre el 'Mercado de trabajo y protección social', correspondiente a la segunda mitad de 2021. El estudio da cuenta de una recuperación del mercado laboral por la pandemia más rápida frente a otras crisis del pasado, que ha supuesto volver al número de trabajadores y al de parados desde hace meses. “En el último trimestre del año la tasa de paro es del 13,3%, la más baja desde finales de 2008”, subraya CCOO.
Una mejoría en el empleo que el sindicato achaca sobre todo a los ERTE, la herramienta estrella para 'hibernar' cientos de miles de puestos de trabajo durante esta crisis. Pero, aun teniendo en cuenta la recuperación, CCOO recuerda el elevado número de personas desempleadas en España ya desde antes de la pandemia y, en concreto, el problema del paro de larga duración, que se define como aquel que se prolonga durante más de un año.
100.000 parados de larga duración más
Según la encuesta de población activa (EPA), en el cierre de año previo a la pandemia (2019) había casi 1,4 millones de personas en esta situación de paro de larga duración, después de varios años en los que se venía reduciendo este dato de manera progresiva. Al cierre de 2021, el número de personas paradas desde hace más de un año se situó cerca de 1,5 millones de desempleados. 100.000 personas más.
En términos relativos, casi la mitad de las personas desempleadas, el 48%, está en paro de largo duración. Esta situación prolongada sin empleo no solo es desfavorable porque hay personas que quieren trabajar y no pueden, sino porque además la protección social que tienen va mermando con el paso del tiempo. A finales de 2021, un 35% de las personas paradas no recibían prestaciones, algunas de ellas por agotar su derecho de protección y otras por no haber cotizado lo suficiente para acceder a ella.
Estos datos explican algunas otras realidades más que preocupantes, como el elevadísimo porcentaje de personas desempleadas que viven por debajo del umbral de la pobreza. Casi la mitad del total antes de la pandemia.
Pero es que una de cada cinco personas en paro, el 20%, está afectada por paro de larguísima duración, aquel en el que las personas llevan en desempleo más de cuatro años. En diciembre de 2021 este afectaba a 628.062 personas, según los datos del Servicio Público de Empleo (SEPE) facilitados a CCOO, mientras que al término de 2019 se extendía sobre 581.853 personas. En términos relativos, este desempleo de larguísima duración estaba situado en el 18% antes de la pandemia.
Revisar las medidas contra el desempleo estructural
“Buena parte de la población activa se enfrenta al riesgo de paro estructural. Se necesitan medidas para abordar este problema, formación, capacitación, financiación para la reconversión de estas personas y posibilitar su vuelta al trabajo”, considera CCOO.
El informe señala varios focos donde afecta más el paro de larga duración, como entre las mujeres: estas suponen casi el 60% del total y el 65% de las personas afectadas por el desempleo de larguísima duración (más de cuatro años). También de las personas de avanzada edad, ya que el 40% de las personas paradas de larga duración tienen más de 50 años. Entre aquellas que llevan en desempleo más de cuatro años, el 74% supera esta edad.
El sindicato pide al Gobierno reconsiderar las políticas aplicadas hasta el momento. “No parece que los planes puestos en marcha para estas personas, como el Reincorpora-T para prevenir y reducir el paro de larga duración, hayan tenido la efectividad esperada, además de que ha finalizado su vigencia y no está prevista su continuidad”, apunta el estudio que presentaron hace unos días Carlos Bravo, secretario de Políticas Públicas y Protección Social de CCOO, y Hortensia García, técnica de la secretaría, en Madrid.
El informe señala que en siete territorios la tasa de paro de larga duración supera la media del 48%, “con Ceuta (66,8%) y Melilla (60,1%) a la cabeza, seguidas de Asturias (59,3%) y Canarias (58,5%)”.
La reforma laboral del Gobierno de Mariano Rajoy fue muy amplia y tuvo lugar en varios decretos que alteraron el despido, la negociación colectiva, pero también la protección por desempleo. El primer gobierno de Pedro Sánchez ya eliminó los recortes al subsidio para mayores de 52 años, que en algunos de sus puntos fue invalidado hasta por el Tribunal Constitucional. Pero todavía quedan varios recortes a la protección de las personas en paro de la época de Rajoy, algo que CCOO también ha pedido revocar en su informe.
Carlos Bravo exigió que se recupere la protección por desempleo del 60% de la base reguladora a partir del séptimo mes en paro, desde el 50% actual que decretó el Gobierno del PP. También, recordó Bravo, se obligó a que una parte de la cotización la asumiera la persona desempleada. Según las cuentas del sindicato, la reversión de la reforma de las prestaciones contributivas ascendería “a unos 1.500 millones de euros anuales”.
CCOO considera que, al igual que ha ocurrido con las pensiones donde se han sacado varios “gastos impropios” a Presupuestos, habría que dejar de pagar con cotizaciones sociales en materia de desempleo algunos gastos que hoy se asumen, como en políticas activas de empleo, que suponen “unos 6.000 millones al año”, explicó Bravo.