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Un día con 13 horas de apagón en Cuba en una barriada a seis kilómetros de Varadero
Santa Marta (Cuba), 17 mar (EFE).- La única luz en el barrio la irradian las llamas de una fogata frente a la casa de Juan Luis, de 54 años. “Mire, éste es nuestro calentador”, dice al señalar una olla que puso a hervir sobre el fuego para que su familia se duche con agua caliente.
Su casa, enclavada en el barrio de chabolas de Pura y Limpia, junto a Cárdenas (occidente de Cuba) no ha tenido electricidad prácticamente en todo el día.
Los apagones son una cruz desde hace años pero en los últimos dos meses se han exacerbado con la crisis energética que sufre la isla, a tal punto que una jornada con más de 10 horas sin corriente –como la de esta noche– es lo común.
Por averías en las obsoletas centrales y falta de combustible, la isla lleva semanas con largos cortes diarios, apagones que llegan a afectar simultáneamente hasta el 45 % del país.
Al entrar en la casa de Juan Luis, de piso de tierra, el refrigerador desprende un penetrante hedor al no poder mantener fríos los alimentos.
Para sortear las penumbras, Juan Luis conecta varios focos en una vieja batería de coche que hace tiempo rescató de un basurero. Y ha improvisado una cocina con una olla arrocera rearmada por él mismo, aunque con la falta de corriente, el invento solo sirve de adorno.
“Nadie sabe del trabajo y las dificultades que pasamos nosotros (...) Y yo he trabajado duro por este país”, se lamenta con EFE este exalbañil, que ahora se dedica a hacer carbón y vive con su esposa, Ivette, de 47, y su hija, de 11.
Eso por no hablar de los salarios que se ha comido la inflación: “No da”, dice Juan Luis.
Dos realidades
Pura y Limpia, ubicado cerca de un abandonado central azucarero, está a escasos seis kilómetros de Varadero, el gran polo de turismo de sol y playa del país.
Tanto él como sus vecinos —varios de ellos trabajan en la zona turística— ven a diario dos realidades abismalmente distintas.
Viajar en coche desde Varadero al barrio es muestra de ello: en un punto del trayecto, cuando se deja atrás la hilera de hoteles, casas de renta y restaurantes privados, el alumbrado público se apaga.
“Me voy para el apagón”, dicen los vecinos que trabajan en el centro turístico cuando regresan a casa, le contó a EFE una vecina que prefirió no dar su nombre.
“¿Por qué ellos [los turistas y quienes viven en Varadero] tienen más preferencia que nosotros? ¿Somos perros?”, se quejó a EFE uno de los habitantes de Pura y Limpia, horas antes de que diera la noche.
Juan Luis y su esposa se expresan en los mismos términos: “¿Por qué nosotros, que vivimos cerca de Varadero, no podemos tener una mejor condición de vida?”.
El Gobierno ha apostado desde hace años en el turismo como motor de la economía, sumida desde 2020 en una profunda crisis por la pandemia, el endurecimiento de las sanciones estadounidenses y los errores en la política económica y monetaria nacional.
Sin embargo, el turismo no logra repuntar tras la covid-19 -en 2023 sumó 2,4 millones de turistas, la mitad de los de 2018 o 2019-, pese al esfuerzo inversor del Gobierno que, no sin polémica, ha priorizado este sector.
Pasado y futuro
Juan Luis siempre apoyó al Gobierno, y hasta hoy tiene buenas palabras para el fallecido expresidente Fidel Castro. Pero se queja amargamente de su realidad actual y la considera “peor” que el conocido como Periodo Especial en la década de los noventa, tras el colapso del bloque socialista europeo.
Cree además que las últimas reformas, como la legalización de las empresas privadas en 2021 —una parte significativa se dedica al comercio minorista de alimentos, en su mayoría importados y con precios fuera del alcance de los salarios estatales— han dejado a personas como él a la deriva.
Y las explicaciones de que esta nueva crisis se debe en buena medida al embargo de EE. UU. contra Cuba ya le saben a poco.
El ministro de Energía y Minas, Vicente de la O, aseguró recientemente que “en un futuro” la situación “va a ser mejor”, pero sin entrar en detalles. Según los expertos, cualquier solución sostenible para el problema sistémico del sector energético sólo podría venir a largo plazo y tras una fuerte inversión que actualmente Cuba no tiene capacidad de ejecutar.
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