El drama del aceite: los olivareros pierden 60 céntimos por kilo vendido y las envasadoras ganan 50

Analía Plaza

9 de junio de 2021 21:58 h

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Ocho años después, la ciencia les vuelve a dar la razón. Los olivareros españoles perdieron en la última campaña una media de 63 céntimos por kilo de aceite vendido, mientras que la industria envasadora ganó 50 céntimos y los supermercados, 18 céntimos.

Así se desprende del último estudio de la cadena de valor del aceite de oliva virgen extra (AOVE), un informe encargado por el Ministerio de Agricultura a la Universidad de Jaén y que el Observatorio de la Cadena Alimentaria —compuesto por representantes del sector primario, la industria, la distribución y los consumidores— aprobó este martes.

El fin de estos estudios es que haya más transparencia en el mercado y, sobre todo, que existan referencias. La ley obliga desde el año pasado a pagar a agricultores y ganaderos por encima del coste de producción, que han de acordar comprador y vendedor. Si no se ponen de acuerdo, pueden acudir a los datos validados por el Ministerio y, con estos en mano, denunciar el incumplimiento de la ley. Es por ello que, pese a las dolorosas conclusiones, desde la Unión de Pequeños Agricultores y Ganaderos (UPA) han celebrado su publicación. “Es un hito”, dicen, y una “herramienta fundamental” para que los olivareros logren precios justos por su trabajo.

Al Observatorio aún le quedan por publicar los estudios de varios productos: leche, melocotón y nectarina, carne de vacuno, de ovino, cítricos, tomate, patata y miel. Estaba previsto que el de la leche —que ha abierto un enorme conflicto entre ganaderos, industria y distribución— se aprobara junto al del aceite, pero las partes siguen sin aceptarlo y se está rehaciendo otra vez, según ha podido saber elDiario.es.

El último documento relativo al AOVE se publicó en 2013. Después llegó la crisis y esa partida se recortó. El estudio de 2012 reconoció pérdidas de entre 33 céntimos y 1,9 euros por kilo de aceite para los productores.

“No es que estemos contentos con el resultado. Es que un estudio científico, avalado por un catedrático y encargado por el Observatorio, confirma lo que venimos denunciando”, dice Cristóbal Cano, secretario de UPA Andalucía. “Todas estas herramientas deben servir para que la administración tome medidas valientes en materia de controles y sanciones”.

El Observatorio ha publicado informes relativos a dos campañas: la de 2019-2020 y la de 2018-2019. Sus resultados son distintos, lo que demuestra la volatilidad del sector. La producción del aceite está muy marcada por la vecería: hay años que el olivar da cosechas abundantes y otros que da cosechas muy pequeñas, así que hay años en los precios suben y años en los que bajan.

En 2018, según el informe, los olivareros ganaron una media de 27 céntimos por kilo, la industria ganó 18 y los supermercados 40 céntimos. En aquella campaña, todos ganaron menos las almazaras, que perdieron 1 céntimo por litro.

En 2019, sin embargo, tanto olivareros como almazaras incurrieron en pérdidas y el margen de las envasadoras se disparó. “Este resultado es revelador de lo indispensables que son las ayudas de la PAC para el mantenimiento y supervivencia de una parte muy importante del olivar español”, señala el documento.

Los precios de venta al público también variaron de un año a otro: en 2018 pagamos una media de 3,74 euros el kilo y en 2019, de 3,47. Es al rebajar el precio final de venta cuando los márgenes se estrechan para olivarero. De hecho, uno de los problemas a los que se enfrenta el aceite de oliva es ser un producto reclamo en los supermercados (como la leche). También la sustitución por otros aceites vegetales más baratos.

Que en una de las campañas analizadas casi todos salieran ganando es, para UPA, una prueba de que “es posible comercializar aceite de oliva virgen extra por encima de los costes de producción”. Aun así, destacan dos factores. Uno: que el estudio contempla distintos métodos de cultivo, tanto el olivar tradicional como el intensivo y el superintensivo, lo que puede dar una “falsa apariencia” de ser un cultivo rentable cuando el olivar tradicional no lo es. Y dos: que es necesario actualizar con frecuencia estos estudios para no quedarnos con la “foto fija”.

“Al final, los beneficios se concentran en los dos últimos escalones”, continúa Cano. “Nosotros generamos el 70% del valor y en el mejor de los casos recibimos el 59%. La asignatura pendiente es mejorar la gestión de la comercialización”.

Este año suben los precios

Pese a todo, desde el sindicato agrario destacan que la campaña actual está yendo mejor que las analizadas por el Observatorio. Los precios percibidos por los olivareros del aceite de oliva virgen extra y el virgen están entre los 3,2 y 3,3 euros por kilo. ¿A qué se debe? “No es solo que se esté cumpliendo la ley. Es que está imperando la razón y la sensatez por parte de toda la cadena”, dice el secretario.

Entre otras medidas, cita la reciente aprobación de la autorregulación obligatoria: un mecanismo que permite a las cooperativas de olivareros ponerse de acuerdo y retirar aceite del mercado para que suba de precio. También las ayudas al almacenamiento. “Nada de esto es una varita mágica, es el conjunto de muchas herramientas que puso en marcha la Administración fruto de las reivindicaciones”, concluye. “Estamos en un momento razonablemente bueno porque los precios nos permiten algo tan simple como vivir de nuestro trabajo. Y eso es lo pretendemos: que se quede de forma estructural”.