Ahorrar desde pequeños es el inicio del patrimonio futuro y, por ello, uno de los primeros regalos que hay que hacer a los hijos es una hucha, una tradición que no deben perder las nuevas generaciones de padres.
Lo destaca a Efe la experta bursátil Francisca Serrano, autora del libro “Hijo rico, hijo pobre” (Espasa), en el que incluye 50 ejercicios para que los padres enseñen a sus hijos a ganar dinero.
Serrano no es economista, no tiene un máster en finanzas y hasta hace poco más de una década no sabía lo que era el Ibex 35; pero, tras estudiar derecho y trabajar como funcionaria, un día, quizá por una conversación con un empresario, despertó en ella su espíritu empresarial y decidió formarse en Bolsa.
Hoy se gana el sueldo “entrando y saliendo diariamente de los mercados financieros”, colabora con revistas y programas de radio financieros, imparte cursos y escribe libros, cuyos beneficios aporta a la lucha contra el cáncer (ella padeció esta enfermedad hace años) o para pozos de agua en Burkina Faso, el segundo país más pobre del mundo.
Serrano, que para su nuevo trabajo se ha basado en las claves que utiliza con su hijo de 10 años, valora que la reforma educativa de la Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) quiera potenciar la educación financiera en los colegios desde edades tempranas.
Jugar al Monopoly o a otros juegos de mesa similares, dejar que los niños paguen al salir de compras con ellos, demostrarles que el dinero no llega solo del cajero o el regalo de una hucha son propuestas “sencillas y fáciles” de poner en marcha para que las nuevas generaciones estén mejor formadas en finanzas que “las de EGB”, argumenta.
A los adolescentes también se les puede explicar cómo los tipos de interés pueden multiplicar sus ahorros y subraya que la familia debe acompañar al banco al joven cuando vaya a abrir su primera cuenta o su primer depósito; “es un momento importante en su vida”, recalca.
Según el último informe PISA, el 16,5 % de los alumnos españoles de 15 años no alcanzan un nivel básico de competencias financieras, saben para qué sirve una factura pero tienen dificultades para interpretarla.
Por ello, la también autora de “Mueve tus ahorros y gánate un sueldo” considera que la palabra “inversión” debe formar parte del vocabulario de los menores desde los 14 años aproximadamente y entender que “el dinero genera dinero” si se sabe cómo hacerlo.
Además de la hucha, Serrano es defensora de la paga semanal a los hijos, cantidad que variará según la capacidad de los padres, aunque nunca se les debe dar más de “la media”, sostiene.
Esa cantidad de paga puede aumentarse -continúa- si los chicos y chicas hacen algún trabajo para merecerlo, como hacer de camarero en una fiesta familiar o limpiar el coche.
La paga semanal, según Serrano, debería acabar a los 18 años y, si la economía de la familia lo permite, dejar que el joven tenga su tarjeta de crédito para los gastos de su vida diaria, aunque estipulando unos límites en el gasto.