Joe Biden sigue marcando el paso. El regreso de Estados Unidos a la multilateralidad está siendo decisivo para la posibilidad de cumplir los objetivos climáticos acordados en París, pero también para que se alumbre un impuesto mínimo mundial para las grandes empresas. Y este lunes, en Bruselas, ante los ministros de Finanzas europeos, la secretaria del Tesoro de EEUU, Janet Yellen, ha emplazado a la UE a no aflojar en los apoyos fiscales dispuestos desde hace un año para superar la crisis económica, sanitaria y social del coronavirus, y cuyo instrumento estrella, los fondos del Next Generation EU, se pondrá en marcha en las próximas semanas.
Yellen ha pedido mantener el grifo del gasto abierto durante todo este año y el siguiente, algo que está previsto, pero incluso ha hablado de reforzar los apoyos fiscales, es decir, un sostenimiento económico público, para evitar una salida desigual de la crisis.
“En la Unión Europea, la respuesta fiscal a la crisis ha sido decisiva y sin precedentes”, ha dicho Yellen a los ministros, según un comunicado del Tesoro estadounidense, “tanto en el ámbito de los Estados miembros como de la UE. Y el BCE también ha respondido de forma rápida y contundente, con una serie de acciones que lograron contener las primas de riesgo y ayudaron a preservar condiciones financieras favorables”.
Yellen ha reconocido que “la incertidumbre sigue siendo alta”, por lo que “es importante que la posición fiscal siga siendo de apoyo hasta 2022. De cara al futuro, es importante que los Estados miembros consideren seriamente medidas fiscales adicionales para garantizar una recuperación nacional y mundial sólida, con una recuperación europea duradera que beneficie a todos los ciudadanos de la UE”.
La responsable del Tesoro estadounidense entiende que “una parte esencial de la recuperación duradera es la creación de un marco fiscal de la UE con suficiente flexibilidad para permitir que los países respondan enérgicamente a las crisis e inviertan en infraestructura sostenible: investigación, desarrollo y tecnología para hacer frente a la crisis climática. Pero también otras áreas que pueden fomentar la convergencia económica y el crecimiento inclusivo. El marco fiscal debe respaldar una economía del futuro”.
El presidente del Eurogrupo y ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe, ha afirmado tras la reunión: “Coincidimos en que los esfuerzos de esta pandemia están lejos de haberse terminado. Todavía necesitamos vacunar más, lidiar con las variantes. Aunque la situación es mucho mejor que hace un año, no podemos ser complacientes. Los comentarios de Yellen son los mismos que hemos hecho nosotros antes: que hay que seguir con los apoyos durante 2022. El espíritu de lo que dijo Yellen es compatible con el consenso del Eurogrupo”
En todo caso, Estados Unidos avisa de que “dar apoyo fiscal para rescatar las economías e invertir en una recuperación inclusiva no significa dejar de lado la cautela”. Por eso, porque cree que “la sostenibilidad fiscal a largo plazo es de vital importancia”, llama a trabajar para poner en marcha un impuesto mínimo global de al menos el 15%, en línea con el compromiso reciente del G20: “Esperamos que todos los Estados miembros de la UE se sumen al consenso y que la Unión Europea avance en este tema. Necesitamos fuentes de ingresos sostenibles que no dependan de gravar aún más los salarios de los trabajadores y exacerbar las disparidades económicas que todos queremos reducir. Necesitamos poner fin a que las grandes empresas transfieran los beneficios a países con impuestos bajos, y a los trucos contables que les libran de pagar su parte”.
Desbloqueo de los primeros 9.000 millones para España
Está previsto que este martes los ministros de Finanzas de la UE (Ecofin) den el último visto bueno al plan de recuperación español para el fondo anticrisis de la UE (Next Generation EU), lo que supone desbloquear los primeros 9.000 millones del anticipo, que debería llegar en las próximas semanas.
El plan español ya tiene el aval de la Comisión Europea y está previsto que reciba el visto bueno de los ministros junto a otros 11 planes nacionales, como los de Francia, Italia y Alemania.
No obstante, hay países, como Holanda, que habrían querido ver “más definición” en algunas de las reformas de España, como la del mercado del trabajo o la de las pensiones, que están pendientes del diálogo social, explicaron fuentes diplomáticas a Efe. Sin embargo, no hay obstáculos a la aprobación del plan.
Una vez recibido el visto bueno del Ecofin, aún quedará un último paso formal, la firma del acuerdo financiero entre Madrid y Bruselas, para que el anticipo de 9.000 millones sea desbloqueado. El Ejecutivo comunitario da por hecho que esto ocurrirá antes de que acabe julio, si bien fuentes del Gobierno apuntan que la tramitación y verificación puede llevar varias semanas por lo que no descartan que pudiera irse hasta agosto, informa Efe.
Después de que empiece a circular el anticipo, España podrá solicitar formalmente el siguiente desembolso, de unos 10.000 millones, que previsiblemente llegará antes de que acabe el año porque el Gobierno tampoco espera problemas para su tramitación al tratarse de objetivos fijados hasta julio de 2021, ya vistos con la Comisión.
A España le corresponden unos 140.000 millones del fondo de recuperación de 750.000 millones de la UE. Por el momento, el Gobierno sólo ha pedido los 69.500 millones que llegarán en forma de transferencias, y ha dejado para más adelante la parte de préstamos.