La actividad económica seguirá creciendo este año, superando con creces los niveles de riqueza previos a la crisis de 2008. Pero el Gobierno no contempla que esta pujanza económica logre generar el mismo nivel de empleo que se tenía en 2007 al menos hasta finales de 2020. Esto supone casi tres años de decalaje entre que se recupera el nivel de riqueza del país y este se traslada a la creación de empleo.
Estas son algunas de las conclusiones que ha presentado el ministro de Economía, Luis de Guindos, en la actualización de las previsiones macroeconómicas para 2018 y que son el pistoletazo de salida, junto con la aprobación del techo de gasto, para la elaboración de las cuentas públicas del próximo ejercicio.
El dato del que el ministro ha sacado más pecho es la revisión al alza del crecimiento de la economía, que ahora se espera que crezca el 3%, frente al 2,5% que se vaticinaba en los anteriores pronósticos. Estaba claro desde principios de año que la previsión era muy prudente, y el Banco de España ya ha aventurado que en el segundo trimestre del año la economía española ha crecido un 0,9% frente a los primeros tres meses de 2017. De seguir a este ritmo, se superaría esta cifra del 3%, un punto que ha recalcado con insistencia el ministro, que asegura que la cifra es muy “prudente” y que el consenso del mercado sitúa la mejoría muy por encima.
Pero por ahora, esta actividad no llegará con el mismo vigor a la creación de empleo. Pese a las buenas cifras que se proporcionan desde el Gobierno, la tasa de paro apenas baja una décima respecto a la previsión anterior. De hecho, aunque en 2020 se recuperase el dato de empleo previo a la crisis, con más de 20 millones de personas trabajando, la tasa de paro aún estaría por encima del 11%. Un dato muy alto que habla de un importante colectivo de personas que no lograrían encontrar trabajo ni siquiera tras más de un lustro de economía creciendo a toda mecha.
En cuanto a las cuentas públicas, el ministro Cristóbal Montoro ha recordado que España saldrá este año del proceso de déficit excesivo lo cual permite al Gobierno subir un “moderado” techo de gasto que apenas será del 1,3%. Frente a un crecimiento de la economía de más de un 3% y una inflación por encima del 1%, este crecimiento es en realidad una congelación.
Ahora el techo de gasto de 119.834 millones de euros tiene que recibir el visto bueno de un Congreso en minoría para el PP, para el que el PSOE ya ha manifestado su voto en contra. Con todo, el Gobierno ya tiene comprometido un pacto con formaciones minoritarias como Ciudadanos o PNV para sacar adelante los Presupuestos de 2018.
Por lo pronto, y en línea con lo pactado con Ciudadanos, Montoro reconoce que “hay margen” para bajar los impuestos para 2018 y que se sentará en los próximos días a negociar esta bajada con la formación naranja. Albert Rivera quiere conseguir un recorte del IRPF. Montoro ha advertido de que ese margen se conseguiría solo “si no le hacen gastar en otras cosas”.