Este lunes comienza la negociación del último paquete de cambios de la reforma de pensiones y el ministro José Luis Escrivá ha despejado con rotundidad una primera cuestión que aún sobrevuela en el debate: el período de cómputo de la pensión no se ampliará a 35 años. “En ningún caso estamos hablando de 35 años”, ha afirmado el responsable de la Seguridad Social en una entrevista a primera hora en RNE.
El periodo de cómputo para calcular la pensión futura es una de las cuestiones que abordará la mesa de negociación del diálogo social que arranca este 12 de septiembre. El ministro José Luis Escrivá ha reiterado que su propuesta pasa por tocar varias “palancas” en este sentido. Una de ellas es la ampliación del periodo, como se ha anunciado a Bruselas, que hoy está fijado en los 25 últimos años de carrera laboral.
Pero esta extensión iría de la mano “al mismo tiempo” de otras dos posibles palancas: la opción de descartar los “peores años” de cotización por parte de los trabajadores y/o “una mejora del tratamiento de las lagunas” en la carrera de trabajo. “Tenemos que discutir con los agentes sociales cuál es la mejor combinación”, ha afirmado el ministro.
35 años no, “pequeños ajustes”
Preguntado por la posibilidad de que el periodo se ampliara hasta los 35 años, como se barajó en el pasado y generó una gran polémica en el Ejecutivo, el ministro de la Seguridad Social ha reiterado que esta cifra no figura en la propuesta del Ministerio. “En ningún caso estamos hablando de 35 años. Estamos hablando de pequeños ajustes por este elemento de equidad”, ha asegurado.
El ministro ha explicado que esta reforma afecta a la “equidad” del sistema, “que el sistema sea más equitativo desde el punto de vista de las nuevas carreras profesionales”. “El planteamiento tradicional de carreras profesionales donde los últimos años de cotización son los mejores” ya no se cumple tanto, ha apuntado Escrivá.
“Desgraciadamente, en casi uno de cada tres trabajadores sus últimos años de cotización ya no son los mejores, por lo que hay que dar una vuelta a cómo se determina el periodo de referencia para la pensión”, ha sostenido. Escrivá ha confiado en volver a alcanzar un consenso con los agentes sociales sobre cómo hacerlo, al igual que en el primer bloque de la reforma de pensiones y en la de los autónomos.
Aumento de la pensión máxima y la cotización
El segundo cambio de esta última fase de la reforma de pensiones conllevará “un aumento de la pensión máxima”, ha explicado José Luis Escrivá, que ha apuntado que en España es inferior a otros países de nuestro entorno.
Ello irá de la mano de un incremento en lo que cotizan los salarios más elevados, de la base máxima de cotización, ahora en los 4.139,40 euros mensuales. Por encima de esa cantidad, los salarios no cotizan a la Seguridad Social, con una lógica ligada a que las pensiones públicas también tienen un máximo (2.819,5 euros al mes). Ambas variables se aumentarán de manera “progresiva” y “suave”, ha sostenido el ministro.
Escrivá ha destacado que este punto tiene “una virtualidad” desde el punto de vista de la sostenibilidad del sistema público de pensiones: se incrementan los ingresos en “las décadas de los 30 y 40”, que es donde existe el mayor reto para el sistema por la jubilación de los baby boomers, y aunque más adelante aumentará el gasto, se trata de un momento en el que las cuentas de la Seguridad Social estarán menos tensionadas, ha argumentado.