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Este jueves comienza oficialmente la carrera para presidir el Eurogrupo. Y la vicepresidenta económica, Nadia Calviño, aparece como la mejor situada, si bien la elección será el 9 de julio por mayoría simple: por su perfil, por ser mujer, por su conexión con las instituciones comunitarias, por su currículum, por contar con el aval de la familia socialista en un momento en el que otro socialista del sur –el portugués Mário Centeno– sólo ha estado dos años y medio cuando lo habitual son cinco años, está bien vista por otras familias europeas.
La candidatura también está recibiendo el apoyo de los principales grupos españoles y de sus socios de Gobierno de Unidas Podemos: el ministro de Consumo y líder de IU, Alberto Garzón, tuiteaba que “sería una estupenda noticia que saliera adelante la candidatura de Calviño”.
Una nota de Moncloa difundida poco antes de las ocho de la mañana de este jueves ratificaba que el Gobierno presentaba a su vicepresidenta económica para la carrera.
“La vicepresidenta económica del Gobierno, Nadia Calviño, será candidata a la Presidencia del Eurogrupo, un órgano clave para la cooperación entre los miembros de la zona euro y la construcción de una Europa más fuerte y unida. España formalizará hoy su candidatura”, afirmaba la nota: “El presidente del gobierno, Pedro Sánchez, considera que sería un honor para el Gobierno de España que Nadia Calviño pudiera presidir el Eurogrupo, una responsabilidad que nunca ha ejercido España y que tampoco ha desempeñado antes una mujer”.
La propia ministra Calviño también ha oficializado tras el anuncio de Moncloa su candidatura al Eurogrupo a través de las redes sociales. “He registrado mi candidatura a presidir el Eurogrupo con el compromiso de seguir trabajando por una fuerte y próspera zona euro que beneficie a todos los ciudadanos europeos”, ha señalado.
Calviño cuenta con una posición privilegiada, parte como favorita y el Gobierno se está implicando para lograr el cargo, aunque con un tono muy acorde con el perfil de la candidata: con mucha discreción y sin escenografías.
No obstante, hay otros dos candidatos que han estado sonando en días previos. Uno es el luxemburgués Pierre Gramegna, que ha oficializado su candidatura a las 16.30.
Y el otro es el irlandés Paschal Donohoe, quien podría llegar a ser el principal rival por ser de la familia popular. Los inconvenientes para él es que el Gobierno irlandés aún no está formado y su nombre en algunas capitales y en Bruselas suena más bien a baza para negociar el apoyo europeo para colocar un irlandés al frente de la Organización Mundial del Comercio.
Gramegna goza de varios puntos fuertes, si bien ya perdió hace dos años y medio ante el presidente saliente, Centeno: es luxemburgués, que cotiza en la Unión Europea de manera inversamente proporcional al tamaño del país. Además, es de la familia liberal, la única que no ha presidido aún el Eurogrupo. Y cuenta con el apoyo de Jean-Claude Juncker, primer presidente del Eurogrupo –antes de que lo fuera de la Comisión Europea, como también lo fue otro luxemburgués, Jacques Santer–.
Ahora bien, aunque Luxemburgo siempre es un valor seguro en Europa –tiene múltiples sedes de organismos comunitarios, como el Consejo, el Parlamento, el Banco Europeo de Inversiones o el importantísimo Tribunal de Justicia de la Unión Europea– quizá deba pasar un poco más de tiempo antes de que vuelva a presidir una institución europea, en tanto que Juncker dejó el cargo el pasado 1 de diciembre. Y, además, el Benelux ya ha colocado a Charles Michel al frente del Consejo Europeo y el holandés Jeroen Dijsselbloem presidió el Eurogrupo entre 2013 y 2018.
El irlandés Donohoe, por su parte, cuenta con un problema no menor: el Gobierno de su país aún está pendiente de cerrarse. Por otro lado, Donohoe es de la familia popular, que no ha ocupado la presidencia del Eurogrupo desde 2013.
El problema para Calviño sería que cualquiera de los dos, en particular el irlandés si llega hasta el final y no usa esta baza para negociar el apoyo europeo a que el comisario europeo Phil Hogan presida la Organización Mundial del Comercio, pueden ser vistos con buenos ojos por los autodenominados frugales (Austria, Dinamarca, Suecia y Países Bajos) y hanseáticos, los halcones fiscales de la UE, muchos de los cuales están recelosos –cuando no beligerantes– con el fondo de recuperación de la pandemia.
Si votaran en bloque a candidatos alternativos a Calviño, lo cual es altamente improbable y sería en el caso de que los hubiera, sumarían muchos votos, pero como máximo quedarían en 9 sobre 10: Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania, Países Bajos, Irlanda, República Checa y Eslovaquia, además de la frugal Austria.
Y no está claro, por ejemplo, que Finlandia, gobernada por una primera ministra que encabeza una coalición rojiverde y liberal, no vaya a mirar con simpatía a la primera mujer que pueda presidir el Eurogrupo.
Hace poco publicaba Financial Times que la Nueva Liga Hanseática podría representar un problema en la elección de Calviño, en tanto que suelen estar en contra históricamente de las propuestas defendidas por España: fondo de garantías de depósitos bancarios, armonización fiscal, reaseguro de desempleo europeo, presupuesto de la zona euro, etc... “Pequeños países con poco peso”, como ha dicho Calviño alguna vez y recuerda ahora Financial Times y los propios hanseáticos recuperan como supuesta ofensa.
Además de las alianzas internacionales, Calviño ha de superar las alianzas políticas. El PP europeo tiene a uno de los suyos en liza y ha estado tratando de aguar la candidatura, según ha publicado El Mundo. De acuerdo con la información, importantes dirigentes populares europeos han intentado desacreditar en los últimos días en Bruselas una candidatura que, en líneas generales, cuenta con muy buena opinión en ámbitos comunitarios, donde Calviño ha trabajado muchos años en el pasado.
En todo caso, Esteban González Pons, vicepresidente del grupo popular europeo en la Eurocámara, ha apoyado la candidatura en cuanto se ha hecho pública:
Un apoyo que ha ido en la misma línea que el portavoz en Europa de Ciudadanos, Luis Garicano: “Nadia Calviño cuenta con el perfil adecuado porque tiene tanto la experiencia de formar parte de un Gobierno nacional como la de las instituciones europeas. Sus conocimientos sobre el presupuesto de la Unión serán muy útiles para los acuerdos que tendrá que lograr el Eurogrupo este año. Además, espero que convierta al Eurogrupo en una institución más democrática mediante la rendición de cuentas ante el Parlamento Europeo. Por lo tanto, cuenta con todo nuestro apoyo para convertirse en la primera mujer que presida el Eurogrupo”.
Un apoyo que también ha llegado de la portavoz de Podemos en el Parlamento Europeo, María Eugenia Rodríguez Palop.
En declaraciones es esradio, el portavoz de Vox en el Congreso, Iván Espinosa de los Monteros, también se ha expresado sobre este asunto y ha respaldado la decisión, informa Efe.
Si se descuentan los hanseáticos y que Grecia ya ha manifestado su apoyo a Calviño, el país más importante gobernado por los populares es Alemania, que tiene capacidad para inclinar balanzas en la Unión Europea.
Pero Alemania está gobernada por una gran coalición, y Calviño sí parece contar con el visto bueno del vicecanciller y ministro de Finanzas, Olaf Scholz, del SPD. Así, como España suma al resto de países del sur, muy golpeados por la crisis del coronavirus y con los que está compartiendo reivindicaciones para el fondo de recuperación, como Francia, Italia, Portugal, Malta y Chipre, acaricia el objetivo.
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