La interconexión gasista de España y Portugal con el conjunto de la Unión Europea se ha convertido esta semana en una prioridad para la primera potencia económica del continente, Alemania. Su canciller, Olaf Scholz, aboga por construir un nuevo gasoducto paneuropeo, opción que hasta ahora Alemania no respaldaba porque prefería el gas ruso. Sin embargo, con la guerra en Ucrania y la amenaza de cortes en invierno, el gas que España envía a Europa a través de Francia es más relevante que nunca. Envíos que ya han aumentado de forma significativa en lo que va de año.
Este incremento queda patente en las estadísticas que publica la Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores), una entidad que depende del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico.
Sus datos ponen de relieve que, entre enero y junio, se han enviado a Francia a través de los dos gasoductos activos que atraviesan los Pirineos, por Irún y Larrau, 20.886 gigavatios hora (GWh). Este dato es superior a lo que sumaron los dos años anteriores juntos: 20.145 GWh, a razón de 14.091 en el pasado ejercicio completo y 6.054 GWh en el año en el que se desató la pandemia de coronavirus y se frenó en seco la actividad económica. Una vez llegan a Francia, Cores no desglosa si acaban en otros países o se quedan en el mercado vecino.
Como comparación para ver cómo ha crecido esta exportación de gas natural a través de los Pirineos, la cifra que se ha alcanzado en la primera mitad de este año también es más del doble de la contabilizada en los seis primeros meses de 2021, cuando se superaron ligeramente los 8.600 GWh.
En junio y julio se frenan los envíos
El conjunto de la UE está balanceando de este a oeste su modelo de aprovisionamiento de gas y, sin embargo, esta comparativa en base a los datos Cores también muestra que ha habido un frenazo en junio respecto al mes anterior. En mayo se alcanzaron los 6.200 GWh de gas enviado al país vecino y en abril fueron más de 5.600 GWh. En cambio, en junio se quedaron rozando los 3.200 GWh.
Cores aún no ha publicado lo que ha ocurrido en el mes de julio. Sin embargo, hay otra estadística, la que comunica el gestor de la red gasista, Enagás, que ya avanza los datos de envíos de gas natural a Francia durante el último mes completo. La compañía apunta que la interconexión de los Pirineos alcanzó en julio los 3.077 GWh, el doble que en el año anterior pero muy por debajo de los citados meses primaverales.
De esta evolución se deduce que la puesta en marcha de la excepción ibérica, que ha permitido poner un tope al precio de gas para contener la factura eléctrica en España y Portugal, no ha conllevado que se acelere aún más la venta de gas a Francia. Tras la puesta en marcha de esta medida, el 15 de junio, la Asociación de Empresas de Energía Eléctrica (Aelec) aseguró que el país presido por Emmanuel Macron iba a aprovechar los menores precios en la Península para disparar sus compras. De momento, no parece que haya sido así.
Acelerar la interconexión por el oeste y el este
Además, la capacidad de envío de los dos gasoductos que operan actualmente es limitada. El tope de capacidad de estas instalaciones está actualmente entre 5 y 7 metros cúbicos de gas (bcm), que España tiene previsto ampliar en unos meses entre un 20% y un 30%, hasta 8 o 9 bcn, según indicó la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, en una entrevista a RTVE. España quiere así pisar el acelerador con los dos gasoductos activos mediante la instalación de un nuevo compresor, adicional a los actuales. Sin embargo, este avance tiene un impacto limitado porque, en conjunto, solo aportará entre un 2% o 2,5% de todo el gas natural que se consume en la UE.
Por ello, hay otras dos vías de crecimiento, que elevarían el potencial de España como 'hub' gasista de la Unión Europea, aprovechando la capacidad para centralizar tanto el gas natural que llega de Argelia como el gas natural licuado, procedente en gran medida de Estados Unidos vía barcos. Estas dos vías pasan, por un lado, por acelerar la construcción del Midcat, un nuevo gasoducto que atravesaría los Pirineos catalanes y que es, precisamente, la infraestructura que ahora reclama Alemania. Este proyecto lleva años sobre la mesa pero no ha terminado de concretarse. La situación actual ha cambiado las prioridades, hasta el punto que la ministra Ribera afirma que España puede tener hecho su trabajo en ocho o nueve meses, para que el gasoducto esté listo a este lado de los Pirineos.
La otra vía para acelerar las exportaciones, es aumentar la capacidad de importación y exportación de gas natural licuado. No sólo a Francia, también a otros países como Italia a través de buques carguero. Para ello, en los próximos meses se van a poner en marcha nuevas instalaciones, como la del Musel de Gijón.
Con estos pasos, el Ejecutivo español quiere señalar a los gobiernos europeos y a la Comisión que hay compromiso por ser solidarios con el gas que necesitan los países vecinos. También, esta capacidad de suministro y el papel protagonista de España en la recepción de envío de GNL, sirven para rebajar las exigencias de ahorro energético. La Comisión las ha fijado en un 15% para los Estados miembros -recorte voluntario de momento y obligatorio si Vladimir Putin decide cerrar el grifo de gas ruso- que en España se limita al 7%.
El Gobierno de coalición esgrime así la capacidad de envío de gas natural por 'tubos' y de GNL por buques. De momento, a Francia enviamos mucho menos GNL que gas natural convencional. En lo que va de año, 246 GWh, cuando hace un año fueron 190. Más relevante es la cifra enviada a Italia. En la primera mitad de año, llegaron a puertos transalpinos 1.110 GWh de GNL, una cifra muy similar a la del conjunto de 2021, cuando se alcanzaron 1.224.
Más gas de EEUU y Rusia y menos de Argelia
Los datos que publica el organismo dependiente del Ministerio para la Transición Ecológica también recogen cómo han evolucionado las importaciones de gas, con varias conclusiones claras. Por un lado, caen las compras de gas natural a Argelia. Por otro, aumentan las de GNL a Estados Unidos, aunque se han frenado; y a Rusia, con quien no hay restricciones o sanciones en cuanto a la compra de este tipo de energía.
Sobre Argelia, en la primera mitad del año se han rebajado las compras en más de un 40%, situándose en más de 56.000 GWh. Una importación de gas producida, en su recta final, en plena crisis diplomática con el país africano, que a principios de junio rompió las relaciones comerciales con España por el cambio de postura respecto al Sáhara.
En cuanto al GNL que llega de EEUU y de Rusia, el primero se mantiene como principal suministrador, según los datos de Cores. A mitad de año ha sumado más de 78.000 GWh, mientras Rusia se ha situado en 24.016 GWh. En este caso, a pesar del conflicto, se ha comprado, mes a mes, más GNL, hasta alcanzar en junio los 8.851 GWh, prácticamente el doble que en mayo.
Las estadísticas de julio que ha publicado Enagás permiten ver un mes adicional. En estos siete meses, España ha importado de Argelia 64.534 GWh, un 42% menos que el mismo periodo del año previo. De esa cifra, el 93% llegó a través del gasoducto Medgaz y solo un 7% fue GNL. De esta forma, Argelia sigue siendo el principal suministrador de todo el gas que recibe España, pero cae su peso, porque a julio representa el 23,3% de las compras cuando hace un año rondaba el 50%. Es una cifra prácticamente igual al 23,2% que supone EEUU y por encima del 10,7% que representa Rusia.