Que las condiciones laborales de todos los trabajadores de las plataformas digitales, incluidos los auténticos autónomos, sean “justas”. Que en las nuevas formas de empleo haya la misma protección que en los trabajos tradicionales. Que desaparezcan los falsos autónomos y las empresas sean las que tengan que demostrar la ausencia de relación laboral. Que haya seguros de accidente para los trabajadores del transporte. Y que los algoritmos sean transparentes y no discriminatorios para regular la asignación de pedidos, las calificaciones y el precio.
Estas y otras exigencias más son las que ha aprobado el Parlamento Europeo este jueves por 524 votos a favor, 39 en contra –entre ellos, los eurodiputados de Vox– y 124 abstenciones –fundamentalmente de la extrema derecha–. En la actualidad, los trabajadores de plataformas no están cubiertos por un instrumento legal de la UE, lo que los deja en una situación legalmente precaria.
Los trabajadores de plataformas son clasificados a menudo como autónomos, lo que les priva de protección social y otros derechos laborales. Para evitar esta inseguridad jurídica, la Eurocámara plantea la inversión de la carga de la prueba, de manera que, si el trabajador impugna su situación laboral, corresponderá a la empresa demostrar la ausencia de relación laboral, y no al revés. Los eurodiputados se oponen, no obstante, a la clasificación automática de todos los trabajadores de plataformas, lo que permitirá a los que de verdad trabajan por cuenta propia, seguir en esa posición.
El texto aprobado por el pleno reclama un marco regulatorio europeo para garantizar que los trabajadores de plataformas digitales tienen la misma protección social que otros trabajadores en la misma categoría. Esto incluye las contribuciones sociales, la responsabilidad en materia de salud y seguridad y el derecho a la negociación colectiva de las condiciones de empleo.
Los eurodiputados reconocen las oportunidades para la creación de empleo y el aumento de la oferta asociados a las plataformas, pero están preocupados por la precariedad y las deficientes condiciones laborales que proliferan en el sector.
Alertan de que los trabajadores presenciales a menudo están sometidos a riesgos de seguridad y para su salud, incluidos accidentes con maquinaria, y subrayan que deben recibir el equipamiento protector necesario. A los que trabajan en tareas de transporte y reparto se les ha de garantizar un seguro de accidentes, agregan.
El informe subraya que el funcionamiento de los algoritmos utilizados para la asignación de tareas, calificaciones, fijación de precios y tarifas y procedimientos de desactivación debe ser transparente y comprensible, y comunicarse de manera clara. Los trabajadores deben tener la posibilidad de contestar las decisiones tomadas por algoritmos, que, además, deberán estar sujetas a supervisión humana.
Los trabajadores de la plataforma utilizan una aplicación (como Uber) o un sitio web (como Amazon Turk o Helpling) para ofrecer servicios a los clientes a cambio de un pago. Actualmente, muchas plataformas presentan el trabajo de plataforma como una forma de empleo atípica. Por lo tanto, las condiciones de trabajo y los derechos sociales de los trabajadores de plataformas no están consagrados en la regulación laboral estándar, lo que deja a muchos trabajadores de plataformas con menos protección que los trabajadores offline y crea una competencia desleal entre la economía gig y las empresas tradicionales.
La eurodiputada socialista Lina Gálvez ha defendido en el debate: “No es tolerable que los empleos de plataformas digitales estén por debajo de los estándares laborales.Instamos a que haya control humano detrás de los algoritmos, formación de las empresas sobre los algoritmos y transparencia sobre datos personales”.
La jefa de la delegación de Podemos en la Eurocámara, María Eugenia Rodríguez Palop, por su parte, ha argumentado en el pleno: “Defendemos reconocer la presunción de laboralidad de quienes prestan servicios a través de plataformas para luchar contra la figura del falso autónomo: rechazamos la creación de un 'tercer estatus' intermedio entre el trabajo por cuenta propia y por cuenta ajena porque precariza el empleo y debilita la protección laboral y social; regular los algoritmos de forma transparente. Detrás del marketing de la ”flexibilidad“ y la ”innovación“ se esconde una reducción de los ingresos fiscales y por cotizaciones, lo que se traduce en menos recursos para invertir en gasto social. La uberización no afecta solo a ciertos sectores: es un modelo depredador”.