La Eurocámara ha dado este viernes su visto bueno, con los votos de populares, socialistas y liberales, a una propuesta de reforma de la Política Agraria Común defendida por la Comisión Europea que, a juicio de los activistas medioambientales, se queda corta en sus ambiciones ecológicas, si bien para los populares españoles y para VOX va demasiado lejos, por lo que han votado en contra.
La propuesta supone un paso adelante con respecto a la que decae –30% de ecoesquemas subvencionables, límite de 100.000 euros a los pagos directos...–. No obstante, lo que señalan los colectivos ecologistas es que no se alinea con el Pacto Verde Europeo de la propia Comisión Europea, en tanto que las enmiendas que reclamaban esa vinculación han caído en el proceso parlamentario esta semana, mientras se mantenía continuar con el 60% de los pagos directos actuales a los agricultores con condiciones verdes “débiles o inexistentes”, según los ecologistas.
Durante toda la semana se ha debatido sobre uno de los asuntos más importantes de la legislatura para el Parlamento Europeo: la reforma de los reglamentos –planes estratégicos, organización común de mercados y el horizontal, sobre financiación y seguimiento– de la política agrícola común (PAC, 390.000 millones de euros), con miles de enmiendas de una política que representa un 40% del presupuesto de la UE.
La activista Greta Thunberg ha sido tajante sobre el resultado: “Hoy, la UE hace imposible alcanzar sus ya insuficientes objetivos climáticos y ambientales. Gracias a todos los lobistas, editores de noticias y eurodiputados que hicieron que esto sucediera. No lo olvidaremos”.
Por el contrario, la organización agraria europea Copa-Cogeca ha negado que la posición de la Eurocámara sea un “blanqueo ecológico” y ha defendido que los eurodiputados “han asumido una postura responsable”, informa Europa Press.
Precisamente la escasa vinculación de la propuesta con el pacto verde europeo ha sido una de las críticas de los socialdemócratas alemanas para caerse de la mayoría. Delara Burkhardt, portavoz de política medioambiental de los eurodiputados del SPD ha declarado: “No apoyamos la reforma agrícola, buque insignia de Europa [390.000 millones de euros hasta 2026], por no estar alineada con el el Pacto Verde Europeo ni con el Acuerdo Climático de París para que la agricultura pueda hacer su justa contribución a la lucha contra la crisis climática. La PAC tampoco refuerza la protección de especies o la estrategia de la granja a la mesa, pensada para promover mejores cadenas de producción y suministro de productos agrícolas, además de limitar el uso de pesticidas, fertilizantes y antibióticos”.
La Eurocámara fija así su posición para negociar con el Consejo (los Gobiernos), que el martes aprobaron su propuesta de reforma: que el 60% de los pagos directos vayan a estar destinados a la renta básica para la sostenibilidad de los productores y un 20% esté reservado para los nuevos ecoesquemas, los planes ecológicos voluntarios, que supusieron el mayor obstáculo en las negociaciones.
La propuesta del Parlamento Europeo, sin embargo, eleva los ecoesquemas al 30% de los pagos directos de la PAC, del mismo modo que limita a 100.000 euros los pagos directos, mientras que los Gobiernos quieren que cada país decida si imponer o no este tope. Por otro lado, socialistas, Verdes y la Izquierda Unitaria pedían un pago máximo de 60.000 euros, “teniendo en cuenta que solo el 2% de los beneficiarios reciben más de esa cantidad”, pero perdieron la votación frente a populares y liberales.
El eurodiputado del PP y portavoz de agricultura del Grupo del Partido Popular Europeo en el Parlamento Europeo, Juan Ignacio Zoido, ha lamentado que “el parlamento Europeo ha aprobado hoy una reforma de la Política Agrícola Común (PAC) que supone un cambio radical sobre la PAC que todos conocemos, que es la que siguen necesitando nuestros agricultores y ganaderos, y que es la que siempre ha defendido el PP”. “Es un día triste para la agricultura y la ganadería española”, ha dicho Zoido sobre la aprobación esta tarde de la posición del Parlamento Europeo sobre la PAC, que los eurodiputados del PP no han respaldo con su voto: “Es inaceptable que se exija a los agricultores mayores esfuerzos y objetivos más elevados. No podemos convertir una política agrícola en una política medioambiental” ha añadido.
La eurodiputada Clara Aguilera, portavoz socialista de la Comisión de Agricultura en la Eurocámara, ha subrayó que “la sostenibilidad de la PAC tiene que ser medioambiental, social y económica, porque si no hay explotaciones competitivas, no hay sostenibilidad”. Iratxe García, presidenta del Grupo Socialdemócrata en el Parlamento Europeo, ha dicho: “No queremos una política solo medioambiental: tiene que ser también social”.
“Nos hemos alejado de la propuesta inicial de la Comisión y logramos un texto mucho más progresista y eficaz que ayuda a los agricultores a competir a nivel local y mundial y que garantiza altos estándares europeos de calidad y seguridad alimentaria”, afirman los socialistas en la Eurocámara: “La PAC también será un medio decisivo para alcanzar la neutralidad en carbono para 2050: hemos incluido una revisión en 2025 para actualizar los objetivos sociales, climáticos y ambientales que la Comisión Europea establecerá con las estrategias del pacto verde, la biodiversidad y la estrategia de la granja al plato”.
La portavoz de Podemos en el Parlamento Europeo, María Eugenia Rodríguez Palop, ha afirmado: “Lamentablemente, esta PAC solo tiene un bonito envoltorio verde. No va a servir para alcanzar los objetivos medioambientales y de conservación de la biodiversidad de la UE, y puede darle la puntilla a la agricultura tradicional y a las pequeñas explotaciones”. Sira Rego, la portavoz de IU en la Eurocámara, también es crítica: “Hemos pedido que se adapte la PAC a los objetivos climáticos que se ha marcado la UE y esta propuesta no nos ayudará a cumplir el Pacto Verde Europeo. Hemos pedido que se ajuste el techo máximo de ayudas directas en favor de los pequeños productores y esta propuesta sigue premiando a los grandes tenedores de tierra y a las corporaciones agrícolas. Hemos pedido normas más estrictas para mejorar las condiciones laborales de las personas que trabajan en el campo y esta PAC continúa la línea de la precariedad. Hemos pedido medidas específicas para romper la brecha de género y combatir la despoblación y nos encontramos en esta nueva PAC una mera declaración de principios”.
El eurodiputado Ernest Urtasun, vicepresidente del grupo Verdes/ALE y eurodiputado de Catalunya en Comú ha dicho por su parte: “Hemos votado en contra de la reforma de la PAC porque constituye una amenaza para el Green Deal europeo, no beneficia a los pequeños agricultores, no fomenta la producción local y sostenible de alimentos, no previene la pérdida de biodiversidad y no detiene la degradación de nuestro medio ambiente. La mayoría de los miembros del Parlament Europeo, populares, socialdemócratas y liberales, han votado a favor de una PAC desfasada y en contra de una política agrícola europea moderna, una mayor protección de la biodiversidad y una mejor protección del clima y el medio ambiente”.
Las críticas de activistas medioambientales ha caído en cascada “Los eurodiputados han rechazado diez enmiendas para vincular el futuro de la PAC con el pacto verde europeo. Están claramente en un estado de total negación sobre la biodiversidad y las crisis climáticas”, ha dicho WWF.
El director de política agrícola de la UE de Greenpeace, Marco Contiero, ha afirmado: “Los eurodiputados han firmado una sentencia de muerte por la naturaleza, el clima y las pequeñas explotaciones agrícolas, que seguirán desapareciendo a un ritmo alarmante. Durante más de 60 años, la política agrícola europea ha sido ciega al impacto de la agricultura en la naturaleza, recompensando a los agricultores por producir más o expandir sus granjas. El Parlamento de la UE continúa deliberadamente con esa destrucción mientras los científicos advierten de que la agricultura debe cambiar para hacer frente a la crisis climática y proteger la naturaleza. Esto también podría convertirse en una sentencia de muerte para los objetivos del Pacto Verde Europeo”.
En 2018, España era el segundo país más beneficiado por la Política Agrícola Común de la UE obteniendo un 12,1% de los fondos, según el Parlamento Europeo, solo por detrás de Francia (16,9%), y seguido de otros Estados miembros como Alemania (10,8%) e Italia (9,5%). Estas cifras suponen más de 45.000 millones de euros asignados a España durante el periodo 2014-2020 para un sector primario que representa en torno a un 2,8% del Producto Interior Bruto (PIB) del país.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), a finales de 2018, más de 825.000 españoles trabajaban en el sector primario, una cifra que ha permanecido prácticamente inalterable hasta la última encuesta de población activa (2º trimestre 2020) con 763.000 personas empleadas, en plena crisis económica, social y sanitaria derivada de la pandemia del Covid-19.
Agricultores de sofá
Otra de las enmiendas aprobadas por la Eurocámara pide que la nueva PAC destine sus ayudas a aquellos profesionales que desarrollen “al menos un nivel mínimo de actividad agraria”, de forma que queden excluidos los llamados agricultores de sofá, informa Europa Press. Con esta definición, el Parlamento Europeo quiere blindar las ayudas para que lleguen a agricultores y ganaderos que desarrolla una verdadera actividad del sector primario.
De hecho, la enmienda aprobada por los eurodiputados especifica que los países deberán definir al agricultor “activo” en sus legislaciones nacionales de forma que garantice que no se concedan pagos directos a personas físicas o jurídicas “que gestionen aeropuertos, servicios ferroviarios, instalaciones de abastecimiento de agua, servicios inmobiliarios, instalaciones deportivas y recreativas permanentes”.
En concreto, tendrá que asegurar que sólo se conceden ayudas a la renta a “personas físicas o jurídicas, o grupos de personas físicas o jurídicas, que desarrollen al menos un nivel mínimo de actividad agraria y proporcionen bienes públicos de conformidad con los objetivos del plan estratégico de la PAC”.
Esta definición aprobada por la Eurocámara choca de frente con la posición acordada por los ministros de Agricultura de los Veintisiete en la reunión a comienzos de la semana que se prolongó durante 42 horas: los gobiernos acordaron eliminar la definición de agricultor 'genuino' que proponía el Ejecutivo comunitario y dejaron margen para que cada Estado miembro adopte su propio concepto al respecto.
El Reglamento sobre los planes estratégicos se aprobó por 425 votos a favor, 212 en contra y 51 abstenciones. El Reglamento sobre la organización común de mercados recabó 463 votos a favor, 133 en contra y 92 abstenciones. A favor del Reglamento sobre financiación, gestión y seguimiento de la PAC, por su parte, votaron 434 eurodiputados, 185 votaron en contra y 69 se abstuvieron.