Alberto García Valera, director general de Tributos durante parte de la etapa de Mariano Rajoy en el Gobierno y fichado recientemente por la consultora EY (antigua Ernst & Young) para dirigir su oficina de Sevilla, será el nuevo consejero andaluz de Hacienda, Industria y Energía, según ha anunciado este lunes el nuevo presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla.
Perteneciente al cuerpo de inspectores de Hacienda desde 1996, García Valera va a ocupar ese puesto, una de las seis consejerías “del cambio” que se ha reservado el PP (Ciudadanos se ha quedado otras cinco), desde la que se encargará de implantar, entre otras medidas, la práctica eliminación del Impuesto de Sucesiones y Donaciones a la que se han comprometido el PP, Ciudadanos y Vox.
Lo hará tras una breve estancia en EY, en la que apenas ha permanecido unos meses, en un fichaje que suscitó acusaciones de “conflicto de intereses” por parte de Ciudadanos en julio pasado. Madrileño muy vinculado a Sevilla, el nuevo consejero andaluz de Hacienda fue nombrado director de Tributos por Cristóbal Montoro en diciembre de 2016 y permaneció en ese cargo (un puesto clave en Hacienda) hasta que el pasado 20 de julio la ministra María Jesús Montero le cesó.
Para entonces, su situación ya era muy delicada, después de que El Mundo avanzase cuál iba a ser nuevo destino, EY. Tras la llegada del PSOE al Gobierno, García Valera había pactado con esta multinacional su aterrizaje en la firma para después del verano, para dirigir su oficina en Sevilla. Pero, entretanto, seguía en su puesto, colaborando en el diseño de la subida de impuestos que preparaba el nuevo Gobierno.
EY es una gran consultora que presta servicios de asesoría fiscal a las empresas y que en los últimos años ha fichado a otros ex altos cargos como la exsecretaria de Estado de Presupuestos Marta Fernández Currás o el exsecretario de Estado de Hacienda Miguel Ferre. La tardanza en relevar a García Valera cuando ya se conocía su siguiente destino en la empresa privada fue muy criticada por algunos grupos, entre ellos, Ciudadanos, el ahora socio del Gobierno de Moreno Bonilla en Andalucía, ante la posible existencia de un conflicto de interés.
Así, tal como contó El Mundo, el portavoz de Ciudadanos en la Comisión de Hacienda del Congreso y presidente de la Comisión de Presupuestos de la Cámara Baja, Francisco de la Torre (que también es inspector de Hacienda), consideró “obsceno” que el ahora consejero andaluz siguiera en el cargo, por el riesgo de que dejara en las nuevas leyes de impuestos vericuetos que pudieran aprovechar futuros clientes.
“¿Es consciente el Gobierno de que existe un evidente conflicto de intereses entre los de un gobierno que quiere recaudar de las grandes empresas, y los de estas grandes empresas que son clientes de una consultora en temas fiscales, especialmente cuando se están diseñando subidas fiscales supuestamente para estas grandes empresas?”, se preguntaba entonces De la Torre, que calificaba su situación de “insostenible”.
Por su parte, el presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda del Estado, José Luis Groba, comparó el caso de García Valera con el del ex seleccionador de fútbol Julen Lopetegui, en el sentido de que ambos tenían ya nuevo destino mientras ejercían papeles de alto interés general, aunque en su opinión el caso del entonces jefe de Tributos era mucho peor. “Es el paradigma del conflicto de interés”, afirmó.