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Los fabricantes ganan: la Eurocámara aprueba por seis votos el sistema que permitirá a los coches contaminar más

El Parlamento Europeo ha estado a punto de tumbar el acuerdo de la Comisión Europea y el Consejo de la UE –el órgano que representa a los 28 estados miembros- de finales de octubre, según el cual los nuevos sistemas de medición de dióxido de nitrógeno (NOx), más estrictos que los que había antes de estallar el escándalo Volkswagen, permitirán también a los vehículos contaminar un 110% más que ahora hasta 2021, y un 50% en adelante. Lo ha hecho por una diferencia de seis votos, con 61 abstenciones.

La Eurocámara, que ha mostrado su disconformidad a lo largo de los últimos meses, tenía la potestad de tumbar esa propuesta, y no lo ha hecho por 317 votos a favor del veto frente a 323 en contra. Es una victoria de los fabricantes y del sector de la automoción por una razón: antes de su acuerdo con el Consejo de la UE, la Comisión reaccionó al engaño de la firma alemana Volkswagen anunciando su propia medida, un nuevo sistema de test que permitía contaminar solo un 60% más que ahora hasta 2019, y un 20% a partir de esa fecha. Un plan que reveló eldiario.es y que fue completamente desarbolado el 28 de octubre.

En el voto también han influido cuestiones relacionadas con el empleo. Toda la izquierda del GUE y todos los verdes han votado a favor de tumbar la propuesta de contaminar más. Casi todos los liberales hicieron lo propio (el español Enrique Calvet, exUPyD, votó en contra), al igual que los socialistas: no así los 14 diputados del PSOE, que decidieron abstenerse en bloque. El Partido Popular Europeo, salvo excepciones, se opuso al veto contra los nuevos test. Lo mismo que los acólitos de Marine Le Pen, que votaron en contra.

¿Por qué se permite contaminar más? Hay un consenso sobre que los nuevos test, al hacerse en condiciones reales (con el vehículo en marcha) y no en laboratorio, deben tolerar un margen mayor de contaminación de NOx que antes. A este reajuste de las emisiones contaminantes al alza se le conoce como “factor de corrección”.

“El Parlamento Europeo ha decidido someterse al acto completamente ilegal de los estados miembros y de la Comisión”, ha clamado al terminar la votación la eurodiputada verde francesa Karima Delli. “Es intolerable que tras el escándalo Vokswagen cedamos todos ante el canto de sirena de la industria del automóvil”.

A falta de revelarse el detalle de los resultados, es evidente que ha habido un voto nacional que ha atravesado los partidos, divididos en función de su conciencia más o menos ecológica. La presión de algunos estados miembros sobre los eurodiputados ha sido una constante, así como las relaciones entre el sector del coche y los europarlamentarios, llegándose al el extremo de que los primeros han llegado a redactar enmiendas para los segundos.