El gigante inmobiliario chino Evergrande ha suspendido su cotización en la Bolsa de Hong Kong a petición propia, según ha informado la compañía en un comunicado. Este conglomerado empresarial arrastra desde el pasado verano una crisis por las dudas que existen de que pueda afrontar una deuda elevada, lo que podría tener un efecto contagio en el sistema financiero de otros países.
“A solicitud de la compañía, la negociación de las acciones de la compañía se detuvo a las 9.00 del 3 de enero de 2022 en espera de la publicación por parte de la compañía de un anuncio con información privilegiada”, indicó la empresa sin aportar más detalles.
La suspensión de la negociación de las acciones de Evergrande ha coincidido con la publicación en el periódico chino 'Cailian' de que Evergrande ha recibido de las autoridades locales de Danzhou la orden de demoler en diez días un total de 39 edificios al determinar que Evegrande obtuvo de manera ilegal los permisos para su construcción.
El conglomerado inmobiliario chino, que acumula un pasivo superior a los 300.000 millones de dólares (263.671 millones de euros), reconoció a principios de diciembre que no existen garantías de que pueda disponer de los fondos necesarios para hacer frente a sus obligaciones financieras.
De hecho, las agencias de calificación S&P Global Ratings y Fitch declararon a la compañía en “impago selectivo” e “impago restringido”, respectivamente, después de que no realizara los pagos de los cupones de sus pagarés senior en dólares y una vez expirados los períodos de gracia correspondientes. Desde el pasado mes de septiembre, Evergrande ha estado revisando su estructura de capital y su posición de liquidez con la ayuda de sus asesores financieros y legales, evaluando todas las opciones estratégicas disponibles, y manteniendo un diálogo permanente con sus acreedores.
El 31 de diciembre, en un mensaje de fin de año para los empleados del grupo, su presidente y fundador, Xu Jiayin, anunciaba que la tasa de reanudación de los proyectos inmobiliarios del comglomerado había llegado al 91,7 %, al tiempo que prometía un “futuro brillante” para la compañía. Sin embargo, el mes pasado, la agencia de calificación de deuda Fitch había declarado a Evergrande en suspensión de pagos por no abonar las cantidades que adeudaba a sus bonistas 'offshore'.
La agencia de calificación también mencionó entonces la “incertidumbre” acerca de la situación del grupo, que había creado recientemente un “grupo de control de riesgos” que contaba con la presencia de Xu Jiayin y con la de compañías estatales de la provincia suroriental de Cantón -donde Evergrande tiene su sede- y de instituciones financieras.
Tras la creación del grupo, el banco central y los reguladores de bancos y mercado de valores enviaron mensajes de tranquilidad asegurando que el riesgo de contagio de la crisis de Evergrande era “controlable”. Asimismo, el pasado 26 de diciembre, la inmobiliaria había prometido que el número de viviendas entregadas a sus compradores llegaría a 39.000 en diciembre, más que en los tres meses previos.
A finales de 2021, algunos comentaristas apuntaron que el Partido Comunista de China había moderado su lenguaje con respecto al sector inmobiliario, lo que se interpretó como una posible flexibilización de las restricciones que Pekín impuso al acceso a la financiación bancaria para las promotoras más endeudadas. En 2021, sus acciones perdieron un 89% de su valor.