El Ministerio para la Transición Ecológica asume que el futuro corredor de hidrógeno con Francia no va a estar en funcionamiento hasta 2030. La próxima semana, en la Cumbre Euromediterránea de Alicante del próximo 9 de diciembre, los líderes de España, Francia y Portugal van a discutir los detalles sobre la financiación, el reparto de costes y la duración de este proyecto, bautizado primero como BarMar y luego como H2 Med.
Fuentes del departamento de Teresa Ribera asumen que esa tubería submarina, la alternativa al gasoducto transpirenaico vetado por Francia, no va a estar finalizada hasta 2030, basándose en la experiencia con otros proyectos de interés común (PCI) de la UE del pasado. En el ministerio recuerdan que solo la tramitación de cualquier infraestructura de este tipo puede dilatarse hasta 3 años y que la construcción del último gasoducto submarino que se ha hecho en Europa, el Nord Stream 2, llevó cinco años.
La estimación de que la tubería este operativa ya para 2030 está en línea con la que hizo nada más anunciarse el proyecto la ministra francesa de Energía, Agnès Pannier-Runacher. Tras el acuerdo político alcanzado en octubre entre Pedro Sánchez, Emmanuel Macron y António Costa para llevar a cabo este proyecto, la vicepresidenta tercera, Teresa Ribera, señaló que en un periodo de “cuatro a cinco años” podría estar construido el nuevo tubo submarino para el trasiego de gas natural e hidrógeno verde entre Barcelona y Marsella.
Interés común
Tras la declaración de octubre de Sánchez, Macron y Costa, el corredor verde de hidrógeno se englobaría en los proyectos transfronterizos de interés común, los conocidos como PIC, lo que permite autorizarlos de forma acelerada y optar a ayudas financieras directas del Mecanismo Conectar Europa de la UE. El objetivo es transportar gas e hidrógeno a Francia y de allí al norte de Europa, fundamentalmente Alemania. Esa infraestructura podría transportar un 10% del objetivo europeo de producción de hidrógeno verde (de origen renovable) de 20 millones de toneladas en 2030.
Sobre el papel hay tres trazados de proyectos anteriores que son testimoniales, pero eso, recalcan en el ministerio, no quiere decir que vayan a ser la base del proyecto final. Las discusiones técnicas empezarán a partir de la cumbre del próximo día 9.
El hidrógeno verde todavía no es competitivo y necesita ayudas. Pero el Gobierno cree que España, gracias a su posición privilegiada para la producción de renovables, tiene una enorme oportunidad con este vector energético. Hace dos años, el coste de producción del hidrógeno se valoraba en 1,5/kg para el denominado hidrógeno gris (el producido a partir de gas que ya se emplea en la actualidad), en 2 euros/kg para el azul (de origen fósil, pero en el que se captura el CO2) y el renovable en 7-8 euros el kg.
Pero, con la espectacular subida del gas del último año, el hidrógeno de origen fósil se situaría ya en unos 5 euros/kg, según las estimaciones del ministerio, que afirma que hay ya industrias que ya están pensando en sustituir el gas por hidrógeno renovable.
El departamento de Ribera reconoce que las necesidades de agua para producir hidrógeno son evidentes. Pero defiende que va a ocasionar que se deje de producir hidrógeno gris, que requiere mucha más agua para su producción que el verde. Las estimaciones que manejan en Transición Ecológica son que en 2050 en España las necesidades de agua para producción agrícola sean entre 100 y 1.000 veces superiores a las del hidrógeno, por lo que la disponibilidad de ese recurso no va a ser un factor limitante, afirman.
El objetivo que se plantea el Gobierno a 2030 es sustituir el 25% del consumo actual de hidrógeno gris, que actualmente asciende a 500.000 toneladas anuales. Por proyectos, no será: actualmente hay planteados 80 en España con una capacidad de 15,5 gigavatios (GW), cuando el objetivo a 2030 son 4. Aunque seguramente muchos no lleguen a término.
Previsiblemente se va a revisar ese objetivo de capacidad de producción de hidrógeno en la actualización del plan nacional integrado de energía y clima (PNIEC) que se va a hacer el próximo año. Y para marzo está previsto que se ponga en marcha un sistema de garantías de origen como el que ya existe para las renovables o el gas de origen renovable.
Transición Ecológica admite que el transporte de hidrógeno a través de tubería desde el norte de África es una alternativa con la que España va a tener que competir. Pero recuerda que la apuesta de la UE es importar lo menos posible de terceros países y no repetir los errores del pasado dependiendo de productores concretos, tras la mala experiencia con el gas ruso.
El hidrógeno puede utilizarse para descarbonizar sectores difíciles de electrificar, como la industria (que ya lo utiliza) o el transporte pesado de larga distancia, marítimo, ferrocarril o aviación. En residencial no es una prioridad. Hay varios tipos: verde (renovables), rosa (de origen nuclear), gris (el 99% del que se consume ahora, generado con gas) o el azul.
Ya hay casos en España como la planta de fertilizantes de Iberdrola en Puertollano (Ciudad Real), un proyecto integral con 20 MW que incluye una planta fotovoltaica en autoconsumo, conectada a la red para reducir el coste del electrolizador; tiene asociada una pequeña batería y un pequeño depósito de hidrógeno. También hay una pequeña flota de autobuses de hidrógeno en Barcelona.